❝Seo Changbin es el hijo mayor de una familia con gran renombre, decidido a encontrar el amor -o al menos con quien fingirlo- realiza una fiesta de antifaces en su hogar. ¿Qué pasaría si sus padres se enteran que cayó ante los encantos de un caballe...
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Miraba la cafetera como si fuese lo más entretenido que había en el lugar, su padre había pedido permiso para retirarse por unos minutos e ir a buscar algo, que suponía, serviría para explicarle las cosas desde su perspectiva a Seungmin pero aquello no quitaba los nervios que le habían invadido. Dio un respingo cuando sintió unas manos aferrarse a su cintura, rio suave cuando depositaron un beso en la piel descubierta de su cuello.
—¿En qué piensas?
Negó suave mientras suspiraba, la cafetera paró haciendo que intente soltarse del agarre para ir a servir en unas tazas el líquido caliente. Se quejó cuando no pudo.
—Hyung~ —reprendió.
—¿Qué pasa?
El menor le volteó suave haciendo que este levante su rostro para poder mirarlo, sus mejillas se tiñeron de un suave tono carmín al notar la cercanía que tenía con el más alto.
—No pasa nada —murmuró—. ¿Me sueltas?
—No —afianzó más su agarre—. ¿Qué tienes?
Changbin lo miró y suspiró, dejándose hacer con las suaves caricias que el menor dejaba en su cintura.
—¿Por qué actúas...? —suspiró mientras desviaba la mirada—. ¿Así?
—¿Así como? —enarcó una de sus cejas.
—¡Así!
Frunció su ceño, le costó un poco entender las palabras del mayor pero cuando lo hizo solo sonrío, miró el pequeño puchero que tenía en sus labios y sin dudarlo deposito un beso en estos.
—¡No hagas eso! —se quejó.
—Hyung...—habló suave—. No pienses de más las cosas, si bien es cierto que todo tiene un motivo o algo que te lleva a ello, no te mates buscando la razón ¿sí?
Hizo un mohín ante la respuesta pero asintió, recibió un beso en la punta de su nariz que lo hizo quejarse bajito para luego escuchar la risa del menor resonar mientras empezaba a tomar distancia de su cuerpo.
—¿Interrumpo?
La divertida voz de su padre no demoró en hacerse escuchar, Changbin empujó al menor lejos de él haciendo que se queje por el golpe que se llevó pero no dio nada cuando notó que las mejillas y orejas del mayor estaban rojas a más no poder.
—Vayan a la sala, llevaré el café en uno minutos.
Seungmin se aguantó las ganas de reír al escuchar el tono tan tembloroso del mayor y ver como torpemente se dirigía a hacer lo que había dicho, volteó para mirar al hombre mayor tras de él quien con un pequeño movimiento de cabeza le indicó que lo siguiese al lugar que les indico su hijo.
