❝Seo Changbin es el hijo mayor de una familia con gran renombre, decidido a encontrar el amor -o al menos con quien fingirlo- realiza una fiesta de antifaces en su hogar. ¿Qué pasaría si sus padres se enteran que cayó ante los encantos de un caballe...
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En la mente del peligris solo se repetían las palabras del menor rubiecito, quien con una sonrisa en sus labios le había dicho que esperaba que la presencia de él y su otro amigo no le incomodara ¿Cómo podría incomodarle eso? Changbin jamás en su vida había hecho de menos a alguien solo por tener unas cuantas monedas en sus bolsillos, él no era su madre.
—¡Changbin oppa!
Posó la mirada en la peliazul que iba atenta al camino, Ryujin era la única de los dos que no tenía permitido tener su auto propio solo por disposiciones de su madre porque según ella eso no eran actos de una señorita, así que cada que salían y la mujer no estaba en casa él le daba las llaves del auto a la menor para que maneje.
—¿Me decías algo Ryu?
El auto paró su movimiento debido al cambio de luz, la chica lo miró y un suspiro escapó de sus labios.
—¿Qué? —arqueó una de sus cejas el mayor—. ¿Qué hice?
—Nada —rio la menor—. Pero estabas tan ido, me preocupe.
Changbin rio un poco antes de señalarle que vuelva a avanzar.
—Ryujin–ssi...—la fémina hizo un ruido afirmativo haciéndolo continuar—. ¿Qué piensas de Bang Chan?
—¿El chico que le rompió horriblemente el corazón a Minho oppa? —escuchó una suave afirmativa de su hermano—. Que es jodidamente atractivo.
—¡Ryujin! —regañó.
—¿Qué? —rio la menor—. Tengo ojos y puedo ver lo obvio, por eso entiendo lo mucho que le afectó a Minho oppa que ese idiota le lastimara —bufó—. En cuanto a personalidad, no lo conozco más que por lo que ustedes me han dicho —encogió sus hombros—. ¿Por qué?
El mayor relamió sus labios y apoyo el rostro en su mano.
—El chico de pecas estaba con él cuando llegué —murmuró—. No es como si estuvieran en una situación amena, pareciera que Bang le tiene mucho coraje a ese niño —arrugó su ceño—. Además, Félix se reuniría con sus amigos en una hora pero llegó antes, tengo la sensación que oculta algo...
—¿Ahora analizas a la gente? —miró a su hermana confundido—. Binnie oppa, quizá solo fue una coincidencia, quizá él hizo algo que le molesto a Bang y este estalló o quizá si ocultan algo...—la menor aceleró un poco para rebasar otro auto—. Pero no lo sabes y no lo sabrás, así que deja de querer meter tu naricita donde no te llaman.
—No lo iba a hacer —musitó.
—Pero lo parecía —regañó suave la menor—. Te escuché tan seguro, como si estuvieras sacando conjeturas...—rio.
