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Eren

—No voy a pedir una tajada del pastel —dijo Armin, refiriéndose a la idea de Historia de ser padrinos de una niña que aún no existe— pero estaré muy decepcionado si no me consideras —camino hacia la salida del departamento— ¿Nos vamos?

Todos excepto Historia habían llamado a sus trabajos para decir que se les había presentado una emergencia y no podrían ir hoy. Este asunto tenía que quedar arreglado ya así que no podían darse el lujo de esperar.

Mikasa estaba por cruzar la puerta cuando Historia la detuvo.

—Esperen, no queremos más fotos ¿verdad?

Obviamente no.

Negaron.

—Tengo algo que nos ayudará —busco en su bolso blanco, era de buen tamaño, de hecho cuando la chica entró hace una hora al departamento, Eren se preguntó qué tanto podría traer ahí—. Tomen.

En su mano había un par de gafas oscuras, se los pasó a Mikasa y el otro a Armin, regresó su mano al bolso para sacar los últimos dos para ella y el moreno.

—¿Qué rayos? —preguntó Eren.

—Así no verán quienes somos —explicó fácilmente la rubia.

—Así solo llamaremos más la atención.

—No quiero más fotos —su tono fue serio. Extendió los lentes hacia él.

No muy convencido los tomó.

—Casual, cuatro personas con lentes oscuros en un coche —dijo el moreno.

—Yo estaré esperando a fuera para ayudarte a cargar las cosas —Armin le hablo a Historia.

—Entonces yo manejo —afirmó Mikasa.

—¿Por qué tú? —y al instante Eren se arrepintió de haber disparado la pregunta.

—¿Es enserio? —Mikasa puso una mano en su cadera.

—Vámonos de una buena vez —Eren camino hacia la puerta y no los espero hasta estar enfrente del coche de su amigo.

*

Ya tenían veinte minutos esperando a los chicos en el coche y había mucho silencio ahí, Mikasa solo se encontraba mirando hacia el frente, se preguntó si acaso ahora si estaba enojada. Traen los lentes puestos, así que no puede ver sus ojos y saber qué expresión tiene. Quizás pudo haberse reído y se comprensiva con todo esto hace rato, pero ahora que han estado a solas aunque sea por poco tiempo, quizás ha tenido tiempo para reflexionar.

—¿Está todo bien? —se atrevió a preguntarle.

—Si —no tardó en contestar pero tampoco dijo nada más.

—¿Estas enojada conmigo? —no quiso irse con rodeos.

Ella se giró para verlo. —No.

—Parece como si lo estuvieras.

Mikasa soltó un suspiro, se quitó los lentes para que viera que hablaba en serio.

—En serio no lo estoy... ¿Sabes que quisiera?

Eren levantó una ceja, en parte por el cambio tan rápido de conversación, aún así no insistió más, tal vez ya en su departamento pueda hacer que hable más y segunda, le intrigó el saber lo que estaba apunto de decir. Él también se quitó las gafas.

—¿Qué cosa? —le preguntó.

—Pasar la tarde en el parque del centro —sonrió—Llevar una manta, acostarnos en el pasto, tal vez comer unos baguettes y no se, platicar.

Nadie te va amar como yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora