Los Eslobacra son reptiles débiles que solo sirven para molestar con su neblina. Lo normal que midan más o menos lo que mediría un perro promedio. Su altura promedio apenas pasaría la de la rodilla de una persona. Suelen vivir en grandes cantidades para generar enormes cantidades de niebla para poder cazar en ella a todo lo que se pierda en ella. Aprovechando sus números, atacan con sus mandíbulas y garras en conjunto para generar más daño a sus presas y reducir los suyos. Reptiles del tamaño de un perro, que siguen los instintos de manada, cuyas principales armas son sus mandíbulas y garras. Individualmente no son ningún problema para un aventurero de Cobre 3. En conjunto se requeriría un grupo de aventureros de Bronce. Y contra toda una manada, que normalmente son entre cincuenta y cien, se requeriría la presencia mínima de un aventurero de Hierro.
Para ser animales que viven en los niveles medios de Akibajara, no son enemigos que supongan un gran peligro para quienes se los encuentran. Ocasionalmente los aventureros los cazan como fuente de alimento y dada su poca carne, suelen cazar una buena parte de los miembros de una manada para satisfacer a un grupo de aventureros. En conclusión, los Eslobacra no suponen ningún peligro. Débiles o molestos suelen ser las palabras que acompañan las frases en las que se los mencionan.
Pero la criatura que tenían justo delante de ellos no era en nada parecida a los Eslobacra a los que todos estaban acostumbrados. Poco a poco camino por el pasillo. Su gran cuerpo, como de dos metros de suelo a espalda. Sus escamas tintadas de azul turquesa eran iluminadas por las Luz del orbe, así como la sangre escarlata que cubría su perfil izquierdo proveniente de su ojo destrozado. Con unos pasos fuertes, hacia resonar el suelo que solo ponía más tensa la escena.
Todos estaban perplejos por la criatura que veían. Automáticamente la relacionaban con los típicos Eslobacra que conocían. Pero su enorme tamaño los hacía pensar dos veces acerca de lo que sea que estaba frente a ellos. No era un ser que se pudiera predecir ni mucho menos uno que se pueda tratar a la ligera. Todos creyeron que atacaría como cualquier otro depredador. Pero en lugar de ello, los ignoro a todos y centro su mirada en el herido Salvion. Abrió levemente su boca dejando ver sus grandes dientes llenos de rabia por la ira que le tenía. Entonces, salto con una gran fuerza con la intención de atacar a matar a Salvion.
- ¡¡Mierda!!
Karlit tomó a Salvion y saltó a un costado con él, evitando así el fuerte ataque. Eslobacra chocó contra la pared de la entrada dañando la un poco.
- ¡¡MATEN A ESTE BASTARDO!!
- ¡¡A LA ORDEN JEFE!!
Una gran ráfaga de ataques cayó sobre el cuerpo de Eslobacra.
- ¡Trágate esto! (Disparos) - ¡Flecha Mágica! - ¡Relámpago! - ¡Aliento de Dragón! - ¡Llamarada Fénix! - ¡Corrosión Gama! - ¡Lampares!
Los ataques de los de arqueros, Pistoleros, magos y hechiceros fueron los primeros en impactar. Luego una ráfaga de dagas, cuchillos, shurikens y demás lo atacaron sin cerrar mientras los demás recargaban.
- ¡Alto!
Todos se detuvieron al escuchar el grito de Salvion.
- ¡Ni siquiera con Punta de Quiebre pude dañar su cuerpo!¡Solo están gastando energías!
De entre los restos de los ataques, Eslobacra se levantó como si nada. Ahora su mirada cayó sobre todos y su ira no hizo más que crecer. Rugió con todas sus fuerzas y expulsó una gran cantidad de niebla que cubrió toda la sala. A tal punto que la luz de los orbes solo dejaba ver la silueta de Eslobacra entre niebla.
- ¡Mierda, no de nuevo!¡Todos vigilen sus espaldas!
- Para mí no es más que una gran lagartija.
Dijo Labu mientras se abalanza hacia Eslobacra.
ESTÁS LEYENDO
Akibajara: "Las Diez Mil Mazmorras"
FantasyImagina un mundo un cincuenta por ciento más grande que nuestra Tierra. Súmale razas y especies fantásticas. Multiplicalo por magia, hechizos, encantamientos, conjuros y de más. Súmale un gigantesco laberinto creado por dioses ancestrales llegados d...