Capitulo 3.3

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- ¿No creen que se tardan mucho?

Pregunto Balurft quien estaba apoyado en la entrada del pasillo oeste del punto de reencuentro acordado, estaba esperando por el regreso de sus compañeros exploradores.

- Déjalos tomarse su tiempo. Total, hoy sí que nos sobra.

Respondió Karlit mientras se le acercaba a la par, caminando hacia la entrada para ver las demás.

- No por eso signifique que no tengan que reportarse a la hora acordada.

- Te preocupas demasiado no crees.

- No es eso. Según los cartógrafos este es un nivel inexplorado. No sabemos que otras sorpresas hay acá abajo.

- Jero ya nos dijo que no encontró otra salida del nivel. Esta completamente aislado salvo por el elevador. Y las lecturas de Sally indican que acá no parecen generarse enemigos muy seguidos. Pero no parece que este sea un lugar que signifique un desafío para nuestros muchachos.

- Mmm... ¿Eso dijiste esa ves no?

- ... Esa ves fue distinto, y tú lo sabes.

- Creo que fue la única ves que te vi acobardándote. Ni si quiera el monstruo de hoy te puso los pelos de punta como el de esa ves.

- Ya no soy el mismo desde entonces. Ni siquiera puedo ver a Melely a la cara.

- No te culpes. Yo también cargo con la sangre de ellos.

- Pero no es lo mismo. Yo tenía que apoyarlos y le fallé.

- Cualquiera habría huido ante ese demonio. Una clase Calamidad no es algo de lo que se pueda tratar a la ligera.

- Pero yo debí de morir allí, junto con nuestros colegas.

- Pero si no lo hubieras echo, yo también habría muerto allí.

- Jajaja. Ni que fueras un buen motivo para seguir con vida.

- Solo piénsalo. Yo fui quien te incentivó a formar este grupo. Uno con el que pudiste redimirte y darles otra oportunidad a estos chicos.

- Si, tienes razón.

- Además, el jefe estaría orgulloso de saber que el nombre de Axion Milards sigue vivo.

- Pero que tan orgulloso estaría ahora. Hoy casi morimos todos ante el Eslobacra Guardián.

- Ni me lo recuerdes.

- De no ser por el Joven Len, hoy estaríamos en el estómago de esa cosa.

- ¡Pero no lo estamos! ¡Si!

- Te molesta el que te salvara ¿No?

- Que dices. No me molesta, solo...

- Solo... ¿Qué?

- Ya sabes. Al pelear contra esa cosa, volví a sentir el abismo del poder de Akibajara. Están en una escala a la que apenas calificamos y aun así...

- Solo le tomó un disparo.

- Si...

- Es como dicen, siempre hay alguien más fuerte.

- Pero solo es un niño humano.

- A de ser otra de esas crueles bromas de los dioses.

- ¿Los dioses? No me hagas reír. Los dioses abandonaron este mundo a su suerte hace mucho.

- No comiences por favor.

- Pero es cierto. Y tú debería de saberlo más que nadie.

Karlit se calló y miró a un lado y luego del incómodo silencio Balurft continuo.

Akibajara: "Las Diez Mil Mazmorras"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora