- Mmm... ¿Qué pasó?
Len abrió los ojos y vio a su alrededor. Se encontraba en medio de una hermosa colina que daba la vista directa a una montaña solitaria que era decorada con un frondoso bosque en su base. El sol estaba ocultándose y el ocaso del atardecer era tan hermoso de ver que solo era superado por su reflejo en las aguas del océano al lado de la montaña.
- "Hiomayer", mi hogar. ¿Cómo llegue? Se supone que estaba en... ¿Dónde estaba?
Len rascó su cabeza mientras miraba el naranja cielo en busca de una respuesta a su confusión. Luego de pensarlo un poco solo se dejó caer sobre la suave hierba de la colina con los brazos extendidos.
- Debió de ser algún sueño. El entrenamiento ya me está haciendo perder la cabeza. Debo descansar más seguido. Después de todo, no siempre tengo la oportunidad de ver un atardecer tan hermoso.
Len colocó sus manos tras de su cabeza como una almohada y se relajó. Hasta que.
- Leeen...
- ¿...?
- Leeen...
- ¿Papá?
- Leeen...
Una vos que no lograba distinguir interrumpía su relajación llamándola. Se levantó para ver quién era, pero no veía a nadie a la distancia. La vos parecía provenir de todas partes y de ninguna al mismo tiempo.
- ¡Hola!
- Leeen...
- ¡¿Quien llama?!
- Leeen...
Casi parecía que no podían escucharla para oírse de tan de cerca. Lo raro era que el tono de la persona que llamaba cambiaba. Casi parecía que eran varias personas quien la llamaban. Al no saber quién era o sus intenciones, Len tomó su arco y flechas.
- ¡Sea quien sea salga de donde sea que esté!
- Despierta...
- ¿Que?
- Despierta...
- ¿Despertar?
Confundida miro a su alrededor y vio cómo el escenario a su alrededor había cambiado drásticamente. Los árboles ardían, la montaña destruida, el cielo lleno de humo y el valle
alrededor de la colina repleta de cráteres de explosiones. Todo era un campo de guerra mientras que la flora ardía por las llamas de la desesperación.
- ¿Que? ¿Qué sucede? ¿Qué pasa?
Decía la aterrada Len mientras que el mundo a su alrededor se quemaba y todo ardía en llamas hasta que el fuego empezó a rodearla.
- ¡Len! ¡Len! ¡Len! ¡Len! ¡LEN! ¡¡LEN!!
- ¡¿Que quieren?!
Grito tapándose los oídos para dejar de escuchar mientras que estaba en medio del fuego.
- No te vayas. - Quédate con nosotros. - Reacciona. - Despierta por favor. - No puedes irte. - No nos dejes.
Entre las llamas una persona empezó a caminar por la colina hacia Len, la cual no era capaz de distinguirla el fuego. Solo se podía ver que poseía una gran capa la cual era sacudida por el fuego.
- ¿Qui... quién eres?
El desconocido se detuvo y de su capa sacó su brazo extendiendo una larga espada de doble filo que era decorada con varios símbolos extraños a lo largo de toda la hoja. La apunto directo hacia Len. La sensación de peligro la aterro e hizo que se le resbalara su arco por error. Miro abajo para recogerlo, pero solo vio como el suelo era puro fuego. Al levantar la mirada el desconocido ya no estaba. Y lo siguiente que sintió fue como una larga espada la atravesó por la espalda.
ESTÁS LEYENDO
Akibajara: "Las Diez Mil Mazmorras"
FantasyImagina un mundo un cincuenta por ciento más grande que nuestra Tierra. Súmale razas y especies fantásticas. Multiplicalo por magia, hechizos, encantamientos, conjuros y de más. Súmale un gigantesco laberinto creado por dioses ancestrales llegados d...