Las explosiones hacían sacudir la estructura de la mazmorra resonando entre sus pasillos. Pero el sonido emitido que hacía eco eran los pasos de Karlit mientras sacudía su armadura a la par que corría empuñando su espada. Quizás Len sea lo suficientemente fuerte como para matar a un monstruo de un solo ataque. Pero ahora estaban en los niveles medios, donde abundaban los monstruos. Len no tendría la suficiente fuerza para tantos. Cuando uso su ataque se desmayó por la gran pérdida de mana. Si eso le pasaba aquí abajo sería carne muerta. Tenía que por lo menos estar allí para protegerlo si se desmayara. Además, si no llegaba a tiempo, Akibajara se actualizaría haciendo imposible que lo encontrara.
Karlit se apuró al bajar las largas escaleras descendiendo hacia la entrada del lugar, por la que Len entraría. Accedió a la mazmorra rompiendo el tejado y ahora se dirigía a interceptar a Len. El resto se estaba adelantando para no quedar atrapados en caso de derrumbes. Karlit tomó la responsabilidad de buscar a Len y escoltarlo de regreso. Se suponía que él protegía la retaguardia para que cosas como estas no pasaran. Pero en ese momento que el suelo se empezó a caer tras sus pies, no midió sus pasos y dejó a varios atrás. Se enteró por Mío que Len la salvó, provocando que se cayera. El sentimiento de haberles fallado le dejaba un sabor amargo en la boca que solo podía ser limpiado con la redención de sus actos siendo el mismo quien fuera por Len evitando que nadie más peligre.
- Tengo que llegar. Antes que algo malo le pase. No podría permitírmelo de nuevo. Nunca jamás.
Ya estaba llegando a la pasarela de la lujosa entrada. Por fuera vio que se parecía a un palacio, pero por dentro sí que lo era. Construido a base de arenisca, tanto las paredes como los pilares presumían finos retoques que rara vez se veían en las mazmorras. El ponerse a pensar por qué los antiguos constructores se tomaron la molestia de decorar las mazmorras si sabían que tarde o temprano serían destruidas por las peleas, era una pérdida de tiempo. Allá ellos y su raro pensar del pasado.
Karlit bajo las escaleras hasta la entrada y más temblores lo recibieron, así como el sonido de explosiones en el exterior. Seguido, Len atravesó un ventanal aterrizando en la alfombra del recibidor envuelta en un leve brillo amarillento que apenas si duro algo antes de desaparecer por completo.
- Joven Len. ¿Estas bien?
Karlit corrió hacia Len quien estaba sacudiendo su cabeza en el suelo.
- Señor Karlit. ¿Qué hace aquí?
- ¿Qué haces, tú aquí? Ven, tenemos que irnos antes que...
El minotauro atravesó la entrada destruyéndola. Entró de espaldas raspando sus patas con el suelo en posición como si hubiese bloqueado un ataque que lo propulsó hacia atrás.
- Detrás de mí!
Karlit se colocó frente a Len sujetando fuertemente su espada en un intento de protegerlo.
- Tu huye, yo te daré-
- ¡No es necesario!
- ¿...?
- Seré breve. Señor Karlit, Señor Minotauro. Señor Minotauro, Señor Karlit. Y ya que llego, podría ayudarnos ¿Qué opina señor Minotauro?
El minotauro resoplo en señal de que no se oponía a la idea. Len se levantó a tomar su lugar al lado del minotauro y el confundido Karlit pregunto.
- Len espera. ¿Ayudar?
- Si.
Parte el techo del lugar y toda la fachada de la entrada se derrumbó con otro temblor dejando pasar la luz que ilustraba la silueta saliente del enorme milpiés que se alzaba tan alto como una torre y por la sangre que le chorreaba de las extremidades dañadas se notaba la feroz pelea que estaban dando.
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Akibajara: "Las Diez Mil Mazmorras"
FantasyImagina un mundo un cincuenta por ciento más grande que nuestra Tierra. Súmale razas y especies fantásticas. Multiplicalo por magia, hechizos, encantamientos, conjuros y de más. Súmale un gigantesco laberinto creado por dioses ancestrales llegados d...