Capítulo XVII

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Pony cerró los ojos y aspiró quedamente, en cuanto lo hizo sintió que la brisa nocturna que se filtraba en el interior del castillo Cornwall olía a amor y pasión.

Convertirse en un ser inmortal le dio la oportunidad de adquirir el conocimiento y la sabiduría que poseía. Escuchar y descifrar la mentira y la verdad de un asunto, era una de las habilidades que adquirió y ocultó a su hermana y a todos lo que la conocían, para tener una ventaja sobre ellos. Fue así, como se dio cuenta de los verdaderos sentimientos de su sobrina, y ahora tenía la sospecha que su hermana le estaba pasando algo similar con su antiguo amigo, pero para comprobarlo tenía que hacerla decir una cuantas palabras ya que desde que regresó de su paseo nocturno no había pronunciado una sola.

La observó detenidamente mientras cambiaba con dirección a la ventana. En total silencio, la vio remover las gruesas cortinas y abrirla, su mirada aceitunada se centró en la punta de la colina en donde minutos atrás ella sabía estuvo en compañía de quien años atrás la cuidaba y protegía como la mas delicada flor que crecía en Londres. La miró luego alzar su rostro hacía el cielo estrellado de las Highlands y la escuchó aspirar profundamente.

Pony estaba segura que lo había hecho tras recordar algo... y no se equivoco. Su rubia hermana había recordado aquel beso que la dejó dejó literalmente muda, aturdida e incapaz decir una sola palabra cuando su acompañante le explicaba, sobre la razón por qué su plan debía llevarse a cabo durante los rituales que los hermanos Cornwall llevaban a cabo durante la fiesta a Lug. Recordaba que le había dicho que todo aquello era con el fin de traer a su hijo a las Highlands, para que cuando llegara, y luego que su nieto le informara de la traición de los Marlowe, conseguiría la seguridad para su nieta Candy y para los suyos tal como se lo había prometido, y le advirtió lo que pasaría si no lo hacían de ese modo.

Él no había dicho nada acerca de lo que podría ocurrir entre ellos. Ninguna palabra sobre el futuro más allá de ese beso. Y ella no preguntó, porque aún no podia creer que con un beso, él le había revelado tantas cosas, dejándola completamente abrumada y aturdida. Lo había visto por el rabillo del ojo y se dio cuenta que a pesar de los años transcurridos, Terrence seguía siendo el mismo hombre apuesto que ella recordaba. Se aterrorizó al sentir como su traicionero corazón se desbocó ante los recuerdos. Ella se sintió atraída por él durante aquel tiempo, pero se negó aceptarlo puesto que eran de mundos diferentes. Él era un príncipe inmortal y ella una simple humana mortal y soñadora. Pero a pesar de ello, Terrence cuidaba de ella como se cuida la mas valiosa joya. Siempre estuvo al pendiente de ella hasta el día que la desgracia llegó a ella disfrazada de amistad la tarde que él tuvo que marcharse por el llamado de su padre y horas mas tarde Benedict Marlowe quien se suponía era su mejor amigo se apareció delante de ella para decirle que él quería verla . ¿Cómo pudo ser tan ingenua y creer en la palabra de aquel desgraciado cuando su hermana le advirtió que no le gustaba nada ese sujeto?

—Candice —la llamó Pony sacándola de sus cavilaciones —¿todo bien durante tu paseo?

—Si —respondió sin girarse.

—¿Sucedió algo que yo deba saber?

—No

—No me mientas, Candice —Pony se acercó a ella —recuerda que te conozco como a la palma de mi mano

—¿Por qué habría de hacerlo, hermana?

—¿Por qué no te giras y me lo dices mirándome a los ojos?

—Solo estoy preocupada por el peligro que corre mi nieta —respondió girándose. Y era verdad, Pony supo que no mentía, sin embargo su sospecha que algo le ocultaba no menguó.

—¿Hay algo más que te inquieta? —te pregunto porque desde que regresaste te he estado observando y tengo la ligera impresión que algo pasó.

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