Forjando Un Nombre

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Estaba caminando por las calles sin una sola moneda en mis bolsillo. Debía de encontrar a esa chica y recuperar mi dinero, pero no había lugar donde buscar, ni siquiera en el callejón ya que la fui a buscar en la mañana y no la encontré.
Estaba algo enojado, pero tenía hambre y escuche que la guardia se movilizó para una misión, por lo que creo que ahí se fue Mauro y cualquier otro que me pudiera invitar a comer.
Camine hasta el centro de la ciudad y encontré un edificio algo peculiar. Con lo poco que podía leer encontré la palabra "aventureros" por lo que creo que este podría ser el famoso gremio de aventureros. Entre y mi primer pensamiento fue, "se veía más pequeño desde afuera." Era muy parecido a una estación de tren, solo que no habían trenes. Había una recepción con una o dos personas hablando con las encargadas. Habían varias mesas y un comedor tipo cafetería, y un gran tablón de información en uno de los muros, y al parecer había mucha información. Me acerque y vi varias hojas en este, algunas con foto (o ilustración) de los que yo creía eran delincuentes. Entre esas imágenes vi a la chica de ayer, tal parece que tiene cierta fama.
"Buenos días aventurera, ¿Puedo ayudarle?"
Una mujer se acercó detrás de mí y llamó mi atención. Era de tez clara, con cabello negro y corto. Ojos azules y portaba lo que parecía un uniforme. Camisa blanca, pantalones cortos marrones, y tenía un simbolo en su hombro izquierdo.
"Nunca había visto su rostro (creí que era mujer) ¿Es su primera vez en el gremio?"
"Si"
"¿Ya es un aventurero o busca convertirse en uno?"
"De hecho no tengo dinero"
"Entonces lo que busca es volverse aventurero"
"Es posible"
"Si usted se vuelve un aventurero quedará registrado, por lo que en todos los gremios lo reconocerán como tal, a demás de tener la posibilidad de obtener el título de héroe. Los aventureros pueden realizar cualquier tipo de misión, a demás de tener ventajas en restaurantes, bares y la armería"
"Suena tentador"
"Y lo es, solo tiene que registrarse y en menos de cinco minutos será oficialmente un aventurero certificado"
"¿Hay aventureros no certificados?"
"Así es, pero ellos no tienen los mismos privilegios que los certificados"
"Bueno, tal vez sea buena idea certificarse"
"Exelente decisión, solo tiene que ir con una de mis compañeras y pagar la cuota para empezar el registro"
"¿Cómo que cuota?"
"Todo aventurero que guste registrarse tiene que pagar una cuota de 200 monedas de oro para registrarse"
"Entonces creo que pasaré, después de todo no tengo nada de dinero"
"No hay problema, puede registrarse cuando quiera, y seguir realizando misiones sin ningún problema"
Yo volte mi mirada a las misiones y empecé a buscar alguna que pudiera lograr y que pagará algo decente.
Veia las hojas y la mayoría de estas estaban acompañadas de un pequeño dibujo referente a la misión, como unas criaturas raras, y la entrada a una mina. También habían unas calavera en en borde inferior, lo cual creo representa la dificultad.
Trataba de leer algunas de las misiones y una llamó mi atención. Era de 5 calaveras y entendí que era matar a dos mountruos que asaltaban un camino. Señale la misión y la mujer de atrás de mi la miró, y casi al instante pareció preocuparse.
"¿Seguro qué quiere realizar esa misión?"
"Si, no veo que sea un gran problema"
"Solo espero que tenga un buen equipo"
"Tengo un equipo exelente, no se preocupe"
"Es bueno oír eso. Solo le doy un consejo, esas criaturas llegan a ser más agresivos con las mujeres, solo para que lo tenga en consideración"
"OK. ¿Y cómo funciona esto, tomo el papel y ya o tengo que pedir una copia...?"
Después de eso, ella me explico el funcionamiento del servicio. Al parecer usan una hoja mágica, y en caso de que renuncie, solo debo de romperla. Cuando la misión se cumpla, de este aparecerá un símbolo y empezará a brillar, y solo en el gremio la pueden resivirlo para dar la recompensa.
Tome la misión y salí en la búsqueda de los monstruos. Según lo que leí, ellos han matado y saqueado a varias personas, por lo que debería ser cauteloso al acercarme, y de ser posible, no usar mi rifle ya que no tengo muchas balas.
Pasaron 4 horas caminando hasta que llegué al lugar donde habían sido vistos. Si hacía rápido el trabajo podría llegar antes del atardecer y buscar un lugar para dormir sin que me roben como ayer.
Entre en la densa vegetación con la visión térmica del casco para apresurame, pero descubrí que no sería tan fácil como pensé el encontrarlos.
Pasaron 15 minutos mientras buscaba y de la nada escuché un estruendo, como si hubieran tirado una pared o algo parecido. Seguí el ruido, el cual cambio de golpes a un grito de ayuda femenino. Me adentre hasta llegar a un camino de tierra y los vi. Dos ogros de por lo menos dos metros y medio, su piel verde y tenían unas armaduras, aunque estaban muy desprotegidos. Enfrente de ellos habían dos chicas que parecían ser hermanas, y un hombre algo viejo tirado en el suelo sobre un charco de sangre, posiblemente ya estaba muerto.
"Jajaja, parece que tenemos algo de comida"
"Y a dos jovencitas muy guapas. Parece que me voy a divertir mucho esta noche"
"No seas egoísta, aprende a compartir"
Miré a las chicas y vi como la hermana mayor protegía a su hermanita, pero en su rostro se veía un miedo profundo. Cuando escuché y vi eso, sentí como la rabia empezaba a invadir mi cuerpo, y de manera inmediata dispare una flecha al ojo de uno de los ogros. Cuando voltearon a verme, yo volvi a dispara otra flecha, dándole al hombro del segundo. Este trato de golpearme con su hacha, pero logré retroceder a tiempo y recarge otro flecha. Dispare, pero ellos bloquearon la flecha, sin embargo, volví a repetirlo, y aunque volvieron a bloquearla, tube tiempo para acercarme a ellos y atravesar la pierna de uno de ellos con mi cuchillo. Eso los hizo enojar más, pero al menos ya no estaban centrados en las chicas. El primero cargó contra mí con su hacha, y la logre esquivar, pero tocó con mi pierna derecha y provocó que sangrara. Luego, el segundo trato de aplastarme con su mazo, y tuve que rodar para evitarlo, y de paso volví a pasarle mi cuchillo en la pierna. Pensé que estaría bien, pero el remato soltandome un golpe con su mano izquierda, desarmandome de mi ballesta y mi cuchillo, a demás de haberme quitado mi casco con la caída. Estaba adolorido y sentía que me había roto un brazo, pero esa sensación de ira y odio aún me inundaban. Ellos se acercaron, y a tan solo 15 metros de distancia, saque mi pistola y le dispare al del hacha tres veces en el pecho, obligándolo a caer. Cuando el segundo lo vio, yo tomé mi rifle, y en una fracción de segundo le dispare, atravesando la bala por su ojo.
Con la poca fuerza que me quedaba, me levanté, tomé mi casco y camine lentamente hacia el otro. Se veía fatal y con menos fuerza, así que tome su hacha y me preparé para decapitarlo. El trato de decir algo, pero el filo del hacha fue más rápido. Repeti el proceso con el cadáver del otro y tome ambas cabezas por el cabello. Tome mis cosas del suelo y empecé a caminar de regreso. Las chicas fueron de camino con aquel señor, quien ahora creo era su padre.
"Subanlo al carruaje y marchense de aquí. Es lo mejor que pueden hacer"
Después volví a continuar mi camino.
Pasaron otras cuatro horas de caminata, y aunque estaba cansado no sentia la necesidad de detenerme, solo la de llegar a mi destino. Estaba llegando a las puertas de la ciudad y en ese instante empecé a sacar el papel de la misión. Cruce y, aunque no me daba cuenta de mis alrededores, varias personas me veía con algo de miedo, a demás de estar espantadas por las cabezas gigantes que llevaba, y de poder ver mis ojos, pensarían que era algo peor que un asesino, pero el viso impedía eso.
Llegué hasta el gremio y todo el ruido que había por parte de los aventureros y algunos guardias se silenció. Llegué hasta la recepción y dejé caer el papel de la misión, el cual tenia ahora un símbolo dorado, sobre la mesa. La mujer se espanto y apenas era capaz de hablar.
"¿P... Por... Por qué tra... traes esas cabezas?"
"No sé, sentia que era necesario"
Solté las cabezas y estás rodaron unos centímetros detrás de mi, provocando un ruido en todo el lugar.
Justo en eso, la mujer con la que hable al principio había llegando.
"No puede ser ¿Estás bien?"
"Solo son heridas de guerra"
"Y tus compañeros ¿Dónde están?"
"No tengo compañeros"
"Pero, dijiste que tenias compañeros exelentes"
"No. Tengo armas exelentes, no compañeros"
"Entonces los mataste tu solo"
En eso, el lugar se llenó de un silencio más profundo. Yo estaba volviendo en si, y el cansancio empezó a ganarme a tal punto de que me desmayé sin siquiera verlo venir.
Empezaba a abrir los ojos y escuchaba una lluvia de balas por encima de mí. Me levanté y tome el rifle que tenía a mi lado y empecé a correr, pero una explicación a mi costado me lanzó contra el suelo.
Desperté y me encontraba acostado en una cama normal, pero más pequeña. Tenía la pierna derecha y el brazo izquierdo con un vendaje, más no estaban enyesados, sin embargo ya no me dolían. Moví mi rostro y ví como toda mi ropa, mi mochila y mis armas estaban en una silla a lado de mi.
"¡Ya despertó! ¡El hombre de verde despertó!"
Mire quien había dicho eso y vi a una chica de cabello rubio y corto con un uniforme de monja enfermera o algo así. Luego de verla, las puertas se abrieron y de estas entraron una mujer que parecía ser una superior de la chica, y la mujer del gremio.
"Al fin despertaste. ¿Cómo te sientes?"
"No se. No me duele nada pero se siente raro el haber sanado tan rápido"
"Descuida, así funciona la magia médica"
Me levante de la cama y cuando las sábanas se deslizaron, me percate que solo tenía un bóxer blanco, que ni siquiera era mío.
"Dejaremos que te cambies de ropas tranquilo. Cuando termines, sal por la puerta principal y te pondremos al día"
Luego las tres salieron y yo empecé a cambiarme. Miraba mi ropa mientras me la ponía, y casi toda tenía rupturas. Mis pantalones tenías rasgaduras desde la parte baja hasta los muslos, el uniforme tenía cortes por el abdomen y en las mangas, y mi playera tenía un hueco en el pecho y varias rajaduras en la espalda y el frente.
Me levante y empecé a caminar. Era raro caminar con los vendajes en la pierna, y creía que en cualquier momento me caería, pero no fue así.
Salí y ahí me esperaban la médica superior y la mujer del gremio.
"Que bien que estés bien, pero tenemos que hablar"
Ella me miró y luego empezamos a salir del pasillo.
"Aquí tienes el dinero de la recompensa, aunque me gustaría saber como lo hiciste solo"
"Ya te había dicho que tengo un buen equipo"
"Enviamos a un grupo de soldados para verificar el lugar y encontraron los cuerpos de los ogros, a demás de localizar a dos testigos"
"Sospecho que hablas de las chicas"
"En efecto. Ellas vieron tu combate, y dijeron que usaste algo que parecía sonar como un trueno"
"Son mis armas de combate, pero quiero no usarlas a no ser que sea muy necesario"
"Mira, el gremio está interesado en ti, aunque sea un poco pero interesado. Si logras formarte una reputación, es muy probable que te puedan dar ayuda que incluso este fuera de sus permisos"
"¿Hablas encerio? "
"Si, aunque también te están esperando la capitana Raquel y unos soldados. Nos gustaría que formará parte del gremio, si es que tienes la oportunidad"
Llegamos a la puerta principal y ahí estaban la capitana y dos guardias esperando. Me despedí de ella y luego me tocó ver el rostro enojado de Raquel.
"¡¿Qué diablos te pasa?!"
"¿Ahora qué hize?"
"¿Que hiciste? Dejame decirte lo que hiciste. Primero te desapareciste por un día completo, cuando tenías que estar bajo observación. Dos, fuiste al gremio de aventureros sin mi permiso..."
"¿Y eso qué?"
"¡NO INTERRUMPAS! Tres, saliste de la ciudad sin autorización. Y por último, trajiste dos cabezas decapitadas a la ciudad. Sabes el escándalo que se armo mientras estabas cómodamente dormido"
"Yo no decidí caer inconsciente"
"¡Me importa un pito si lo decidiste o no! Te escapaste de los guardias y de Mauro. No supimos lo que hiciste durante dos días y luego traes el caos a la ciudad"
"Pero..."
"¡Pero nada! La que se trae una bronca por dejarte irte soy yo. Si vuelves a hacer algo como eso mientras estés a mi supervision, te ejecutare. ¡¿Oíste?!"
"Claro que si"
Ella después soltó un quejido y me dio la espalda. No tuve de otra más que seguirlos hasta el cuartel, donde ahora si me dejarían dormir, pero en un cuarto aislado y vigilado por dos guardias. Sentía que ahora me trataban como prisionero, pero no sería por mucho.

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Estúpido hombre de verde, ¿quién se cree qué es? Yo confiada de que no haría alboroto y terminó metiéndome en problemas.
Estaba tan estresada. El comandante me dio una reprimenda por haberlo perdido de vista, y otra por llegar con dos cabezas de ogro. A veces quisiera renunciar, pero se que si lo hago solo serían más problemas.
Llegué hasta mi cuarto y lo primero que hice fue echarme en la cama. No quería levantarme pero pronto tendría que entregar otro informe y un motivo por el cual no lo deberíamos de tratar como un traidor. Me empezó a agradar cuando se preocupo por nosotros más que por el honor, a demás de que el solo logro algo que seis soldados no pudieron. Tal vez deba de disculparme por ser muy ruda, pero ahora sólo quiero descansar. Ojalá existiera algo que pudiera quitar el dolor de cabeza.

One arrow, one killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora