Primer Combate

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El sol apenas salía y era el único que estaba despierto.
Mi reloj no estaba sincronizado con la hora de este mundo ya que decía que eran las 4 de la tarde, pero el sol apenas estaba saliendo por lo que debería de ser la siete de la mañana, o eso es lo que creo.
Dejando de lado el tema de la hora, despeje el suelo de cualquier cosa con la que pudiera chocar, como mi rifle, mi mochila y la espada de la chica. Me quite mi chaqueta militar y mi playera y, colocando mis manos en el suelo, empeze a ejercitar. Ya habia pasado una semana desde que no hago ejercicio y podría perder condición.
Yo continuaba y luego escuché como la chica se levantaba.
"Mmmmmm, buenos días"
"Buenos días"
"¿Qué estás haciendo?"
Ella me observo y luego se sonrojo, desviando su mirada de mi, aunque a veces volteaba a verme.
"¿Qué haces desnudo?"
"No estoy desnudo, solo me quite la playera"
"¡Pero puedo ver tu cuerpo! Esto no está bien"
Hice mi última lagartija y me levanté totalmente sudado. Kamelia seguía roja y trato de taparse con las cobijas, y al mismo tiempo tenía un ojo sin cubrir con el cual me observaba.
"Nunca viste a alguien hacer ejercicio"
"Nunca he visto a un hombre semi desnudo enfrente de mi, y tu cabello es... algo largo y olvide que eras macho"
Esta sería la primera vez que me dicen que parezco mujer en este mundo, y la ciento y tanto que me lo dicen en mi vida. Durante la guerra, el ejército nos permite tener los cortes de cabello que queramos y realizar las modificaciones a los uniformes, armaduras y armas, siempre y cuando estén dentro de los parámetros establecidos. Yo no he modificado mi equipamiento, pero por mucho tiempo me ha gustado tener mi cabello largo, es blanco brillante y me llega a cubrir parte de los hombros, pero lo tengo así porque me recuerda a mi hermana menor.
Algunos compañeros me llegaban a confundir por una chica, aunque varios lograban reconocerme como hombre desde la primera vez, aunque si llegué a romperle la cara a algunos por tratar de coquetear conmigo.
"Bueno, pero yo soy un hombre, así que no debes de preocuparte"
"Aún así, usted y yo... en un cuarto como este. Solo tengo 14 años, no creo estar lista aún"
Analizando la situación, ella es una chica gato, y como cualquier gato, la curiosidad la obligará a hacer algo de lo que tal vez se arrepienta, luego veo que tiene 14 años, y para una chica de esa edad esto puede ser muy incómodo y al mismo tiempo puede estar pensando cosas que no debería.
Mientras ella seguía tapada con las cobijas, yo me vestí con mi playera y mi chamarra, y ella se quitó las cobijas de su cara.
Nos alistamos y luego salimos de la posada directamente a la herrería, y en ella se encontraba aquel chico de ayer.
"Buenos días Kamelia y señor soldado ¿En qué les puedo ayudar?"
El chico se veía simpático y muy agradable, a demás de parecer un herrero con experiencia.
"Buenos días, quería saber si podrías ayudarme con algo"
"Claro que sí ¿Cuál es el asunto?"
Me encontré esta espada hace unos días, pero no confío mucho en ella"
Le mostré la espada que le robe a los asaltantes y él empezó a inspeccionarla, y por la reacción que mostró parecía que algo no estaba bien.
"Esta es una espada muy frágil, y el filo es incapaz de cortar algo. Esta espada es realmente inútil"
"Entonces no podré usarla"
"¿Pensaba ayudarnos con esa cosa?"
El chico parecía un poco molesto cuando me reclamo.
"Claro que no, yo traigo mis propias armas, pero pensaba que tal vez una espada podría servirme como último recurso"
"Tal vez pueda prestarles algunas de las que tengo, aunque tendrían que regresarlas intactas"
"Mejor no te molestes, una espada sería más peso para mí"
El chico me miró con ojos serios y algo molesto otra vez, pero decidió ignorarlo.
"¿Entonces cuál va a ser tu plan?"
"Esperaré a que lleguen, y cuando terminen de recoger el dinero los seguiré hasta llegar a su base..."
"... Y así recuperarás todo el dinero. Esa idea me gusta mucho"
El chico completo mi frase y su rostro cambio a uno más alegre.
"Pero en su base hay demasiados de ellos, si no estoy mal"
"Kamy tiene razón. Si quieres recuperar el dinero tendrás que enfrentarte a varios de ellos"
"Ya e vivido este tipo de situaciones. No será algo tan difícil"
"Bien, tu plan me agrada, y si necesitas algo de la herrería no dudes en pedírmelo"
"Gracias, aunque creo que ya estoy listo"
"Entonces prepárate ellos llegarán en unos minutos"
Kamelia y yo nos escondimos en la herrería.

One arrow, one killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora