El Orden De Este Mundo

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Ya pasamos por mucho estos días, y por mucho me refiero a ligeros entrenamientos físicos que he hecho con los guardias por la mañana solo para no perder la condición. Si el coronel Thomson viera el entrenamiento seguro que se ríe y nos manda a correr por toda la base con los uniformes para la nieve.
Olvidando eso, ahora me encuentro frente a las puertas del palacio real. Eran tan grandes que incluso trague saliva al ver hacia arriba. Junto a mi estaban Kamelia, Raquel y Mauro. Sarah, Erika y Einar decidieron quedarse en los cuarteles porque no soportaban la idea de ver al rey, y de alguna manera los entiendo, yo no sé qué haría si tuviera que ver al general Nikolái en persona.
Raquel: "¿Listos?"
Todos asentimos, y los guardias de la entrada comenzaron a abrir las grandes y pesadas puertas. Poco a poco se hacía visible el gran tapete blanco, así como toda la gente que volteaba a vernos apenas se abrían las puertas. Todos ellos se veían como nobles, con ropas elegantes para la época y remarcando demasiado su postura. Caminábamos y la imagen de los reyes se hacía cada vez más clara, hasta que nos encontramos frente a frente, siendo seis escalones lo único que nos separaba.
El rey era un hombre mayor, con unos 70 o 75 años aproximadamente, su cabello y barba eran plateados, y portaba una túnica de rey de color azul con blanco. También tenía un peto de metal, el cual lo protegía, y su corona de oro relucía con la luz del sol. La reina, por su parte, también se veía mayor, pero a diferencia de él, su largo cabello aún tenía una tonalidad anaranjada, y también portaba un vestido color azul con blanco, y su corona tenía joyas incrustadas. Por último, estaban los príncipes, los cuales eran tres, dos mujeres y un hombre, el cual parecía ser el mayor, con cabello anaranjado y una barba tipo actor hollywoodense, portando ropas naranjas con blanco y una corona similar a la del rey. La segunda princesa, con una edad, creo yo, similar a la del príncipe, tenía un cabello corto color negro brillante y usaba un vestido largo color naranja con blanco, y en vez de corona tenía diadema. Finalmente estaba la princesa menor, la cual calculo 20 años de edad. Tenía cabello rubio y largo, y usaba un vestido color blanco con azul, y su corona tenía incrustada una sola joya azul en el centro.
El rey se levantó y dio dos pasos al frente.
Rey: "Es un gran honor el encontrarnos los dos al fin, aunque me sorprende su falta de respeto ante la corona"
Yo: "¿Qué?"
En eso sentí un ligero pero firme golpe en mi pierna derecha. Mire y ví a Raquel arrodillada con una pierna extendida. Mire a mis alrededores y todo el mundo estaba de rodillas, y hasta ahorita había captado la situación.
Yo: *sarcástico* "Mil perdones su majestad, es solo que no estoy acostumbrado a estas situaciones"
Luego moví mi mano como un mayordomo hasta que llegó a mi estómago, después realice una ligera reverencia.
Rey: "Tomaré eso como tú gratitud. Cómo sea. ¡De pie!"
Todo el mundo se levantó.
Rey: "He escuchado sobre tus grandes hazañas por el reino, hazañas dignas de un héroe"
Yo: "Solo es mi deber como militar"
Rey: "Tocando el tema, ¿Por qué un soldado extranjero llegó de la noche a la mañana a mi reino?"
Yo: "La misma duda tengo yo. Solo busco el camino a casa"
Príncipe: "¿Y se puede saber dónde es casa, para usted?"
Yo: "Es un reino muy lejano, posiblemente de otro mundo o dimensión. Se llama Estados Unidos"
Rey: "¿Estados Unidos? Parece más un tratado que un nombre de país"
Yo: "Solo no lo piense mucho. Si me llamó aquí es porque quiere algo de mí, ¿O estoy equivocado?"
Rey: "Valiente y astuto como cuentan mis hombres. La verdad es que sí, me interesa formar un trato con usted. Nos ayuda con nuestros enemigos, y yo muevo recursos para poder regresarlo a su hogar"
Yo: "Parece justo"
Rey: "Bien, y aunque la palabra empieza a perder valor estos días, estoy seguro que no romperá su promesa, noble héroe"
Yo: "También quisiera pedir un último favor"
Rey: "Soy todo oídos"
Yo: "Unos amigos están buscando un familiar desaparecido, no sé si podría, tal vez, asignar a algunos soldados para buscarla"
Rey: "Estoy seguro que la capitana aquí presente sabe mejor que yo como administrar los recursos para encontrar a esa persona, así que le asignó el caso, además de que formaras parte de su regimiento"
Raquel: "Si mi rey, gustosa aceptó esta tarea"
Rey: "Si no existe ningún otro comentario, pueden retirarse"
Todo el mundo comenzó a moverse y en menos de un minuto ya habían abandonado el castillo, incluidos nosotros. Estábamos en patio y no dijimos nada hasta que cruzamos la reja que llevaba a la calle, ahí fue donde Raquel me dio un fuerte golpe en el hombro.
Raquel: "¿Crees que fue gracioso?"
Yo: "Aburrido más que otra cosa"
Ella se preparó y trató de darme otro golpe, pero desvíe su puño y terminó chocando contra mí, sentí su armadura contra mi pecho y de haber tenido mi peto, tal vez no me hubiera dolido tanto.
Yo: "¿Ahora qué hice?"
Mauro: "Fuiste irrespetuoso con el rey"
Yo: "¿Enserio?"
Raquel me dio un golpe en el estómago y lo sentí totalmente, tanto que me sacó el aire y caí de rodilla al suelo.
Raquel: "Debí golpearte antes"
Mauro: "No te arrodillaste, tu reverencia fue un chiste, usaste mucho sarcasmo. Eso fue una total falta de respeto"
Yo: "Dije que no estaba acostumbrado a tratar con esa clase de personas"
Raquel: "Es el rey, ten presente que es la máxima autoridad"
Yo: "Rey o pobre, para mi todos son iguales"
Mauro: "Solo procura tener más respeto, ¿Quieres?"
Yo: *sarcástico* "Claro que seré bueno y no me portarse mal"
Raquel: "Otra vez te estás burlando" *me da otro golpe en el hombro* "Solo te gusta hacerme enojar"
Yo: *me encojo de hombros con una sonrisa"
Ella se molestó conmigo y dio media vuelta, evitando cualquier contacto visual conmigo.
Mauro: "Creo que también debo irme, solo dale una oportunidad, y aprovecha la oportunidad que te ofrece el rey" *me da una palmada* "Es posible que nos veamos mañana. Cuídense"
Kamelia: "Adiós, señor Mauro"
Él se fue tras Raquel, y Kami y yo tomamos nuestro camino.
Ambos recorrimos la calle principal y nos encontramos con una sede del gremio de aventureros. Por curiosidad entramos y vimos que era muy similar al del otro pueblo. Tenía su sala de espera, las recepciones, la tienda de armas, y el tablón de misiones. Kami corrió hasta este último y yo la seguí caminando. Ella miraba el gran tablón repleto de hojas de misiones mientras buscaba entre todas las hojas a las que podía llegar por su altura. Después de unos segundos ella regresó con una hoja entre las manos.
Kamelia: "¡Archer! ¡Mira!"
Tome la hoja y la revise. No entendía nada, ni siquiera el dibujo de una bolita azul con lo que creo eran ojos, solo entendía la cifra de 75, y por lo que creo esa era la recompensa.
Yo: "... No entiendo nada"
Kamelia: "Es una misión de cacería. 75 monedas por slime, y un extra si son slimes grandes o gigantes, además de que nos podemos quedar con la baba de slime para venderla"
Yo: "¿Slime? ¿Esa cosa viscosa que se pega en tus manos y es de colores?"
Kamelia: "Sí"
Yo: "¿Cómo se mata eso?"
Kamelia: "Podemos destruir su núcleo, o quemarlos, a menos que sean de magma, ahí tendríamos que usar otra técnica"
Yo: "Sigo sin entender, pero creo tener una idea"
Kamelia: "Están fuera de las murallas, junto a un camino secundario para llegar a otro pueblo. No es muy lejos"
Ella salió corriendo y yo la seguía a máxima velocidad. Salimos por las murallas y caminamos por lo menos una hora hasta llegar al lugar indicado, pero había presencia de nadie, a excepción de un hombre que iba pasando. Pregunte si estábamos en el lugar correcto y Kami lo confirmó. Revise mi mapa tamaño aventurero e indicaba que era correcto. Tal vez escaparon o ya terminaron con ellos.
Yo: "Alguien debió haber llegado antes que nosotros"
Kamelia: "Tal vez, pero aún deben de haber slimes"
Yo: "Creo que ya los mataron a todos"
Kamelia: "No es posible. La misión aún está activa"
*crujido*
Ambos Volteamos a ver y vimos a una bola de baba rodando en la tierra. Kami desenfundo su espada y salto contra él. Lo atravesó en dos y este se derritió como hielo, no obstante, volvió a crecer como dos bolas de baba más pequeñas y comenzaron a acercarse. Kami repitió lo de antes y las bolas de baba volvían a multiplicarse hasta que llegaron a un tamaño tan pequeño que simplemente Kami aplastaba y evitaba que resucitará.
Ella estaba manchada de esa baba azul de las rodillas para abajo, y sacudía sus piernas con la esperanza de quitársela.
Yo: "¿Todo bien?"
Kamelia: "Si. Mira"
Sacó la hoja y me la mostró. Parecía normal y sin cambios, pero en la esquina inferior derecha había aparecido algo. A lado del dibujito de la bola azul con ojos había una x y un número 1. Pregunté y Kami comenzó a explicarme el funcionamiento de estas hojas. Al parecer estas hojas tienen un hechizo, si la rompen en dos partes, esta se volverá a unir y reaparecerá en el tablón del gremio. Si se completa la misión, se marca como completada y la debemos de entregar a recepción para reclamar la recompensa. Y en este caso nos marca la cantidad de objetivos eliminados, y cuando regresemos al gremio ellos harán la cuenta de cuánto nos deben. Parece una aplicación móvil, solo que en papel.
Escuchamos unos brincos gelatinosos y aparecieron dos bolas de baba más. Ella tomó su espada y atacó a esas cosas, partiendo en dos a una de ellas, pero la otra brinco y se pegó a su brazo. Ella soltó su espada y comenzó a quitarse a la baba de su brazo, pero esta se multiplicó y se adhirió a su brazo izquierdo. Corrí hacia ella y traté de quitarle el slime de sus brazos, y puedo garantizar que nunca había tocado algo como eso en mi vida. Logré quitarlo y de inmediato lo lancé contra el suelo. Este se aplastó y en dos segundos volvió a su forma redonda y se alejó tranquilamente. Kami, por su parte, se quitó al otro de su brazo y lo pateó tan fuerte que lo perdí de vista. Vi un pequeño brillo amarillo debajo de mí y era la hoja. Mire y ahora marcaba un 2. Se suponía que no debiera ser así. Mi mitad escapó, y la de Kamelia no creo que muriera por una patada, a menos que fuera un chihuahua o un hámster, pero no creo que ese sea el caso.
Kamelia regreso a su espada y el slime que había atacado no se multiplicó.
Kamelia: "¡Lo mate de una! ¡Cada día soy mejor!"
De ahí venía el número 2.
Kami regresó a su espada y trató de sacarla de la tierra, pero estaba muy clavada. Cuando por fin pudo sacarla, casi se cae de espalda por el peso de su arma. Por pura curiosidad tome su espada y trate de pesarla y calculo yo qué son unos 55 kilos o un poco más, casi el peso de un lanzacohetes sin munición. No lo parece, pero ella debe des muy fuerte si es capaz de cargar ese peso, aunque eso no quita que sea algo torpe al momento de usarla.
Yo: "¿No crees que es demasiado pesada?"
Kamelia: "Tal vez, pero soy fuerte y puedo blandirla"
Yo: "¿Dónde la conseguiste?"
Kamelia: "Era de un aventurero. Mira ahí hay otro"
Paso de mí y atacó al pobre slime qué sólo pasaba sin molestar a nadie. Lo partió en dos y solo creció una mitad.
Poco a poco llegaban más slimes, aunque no aparecían más de dos al mismo tiempo, además de que parecían criaturas tranquilas qué sólo brincaban de un lado a otro, lo único problemático puede ser que miden lo mismo que un perro, pero no son más agresivos qué un gato, a menos que les atacaran, y aun así no eran tan problemáticos.
Kamelia siguió matando a los slimes mientras la observaba y yo le ayudaba cada que tenía un problema. En pocas palabras era ella quien hacia todo el trabajo mientras la cuidaba.

One arrow, one killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora