Estaba paseando por la ciudad mientras buscaba alguna cosa que me pudiera interesar, como material para hacer explosivos o algo parecido.
Mientras observaba los locales, a mi mente llegó el recuerdo del combate del día pasado. Alguien murió por defenderme, y yo no logré protegerla, pero ya no puedo corregir ese error, sin embargo, también recuerdo cómo mis balas eran disparadas y se terminaban. Actualmente me quedan tres cargadores de cada arma, y casi no me quedan granadas.
Recuerdo que venía con munición llena cuando aterricé en Londres, y desde ese momento no recargue, y el plan era llenar munición en Liverpool, pero termine aquí.
Busque durante horas, pero lo más que existía era pólvora, y no buena polvora, o por lo menos para mí.
Caminaba por las calles y de casualidad me encontré con Kamelia, quien tenía un gran pescado entre sus manos.
"Hola, señor soldado"
"¿Qué pasó, Kamelia?"
"Realmente estoy feliz de haber conseguido todo ese dinero. Por fin logré comprar este pescado"
"Me alegra oírlo"
"¿Y que piensas hacer después? ¿Te quedarás aquí o piensas salir a buscar más aventuras?"
"Mi plan era llegar a la capital y buscar alguna torre de transmisión, pero ya ví que no existen en este mundo"
"¿Y a cual ciudad capital pensabas llegar?"
Espera, ¿Qué?
"¿Cómo que a cuál ciudad capital?"
"¿No sabías? En este reino existen seis cuidades capitales más la Real Capital, dónde viven los reyes"
"Entonces creo que a la más cercana"
"A Belrón"
"Es lo más probable"
"¿Si sabes que estás a dos días desde aquí?"
"Ya me lo han dicho"
"Y si mejor te queda con nosotros y nos ayudas. Eso estaría bien"
"Me agradaría, pero como podrás ver, yo no pertenezco a este mundo"
"Pero te puedes adaptar, después de todo eres un humano como muchos otros"
"Pero debo regresar a mi mundo, y no creo que en esta ciudad exista alguien que me pueda ayudar"
"Solo dame siete días para encontrar a alguien que te pueda ayudar, y si no lo logro, yo misma te ayudo a llegar a la Ciudad Capital"
"Trato hecho"
Ella y yo estrechamos nuestras manos y luego regresamos juntos a la posada. En el trayecto ella trato de alcanzar mi cabeza, pero era incapaz de lograrlo sin saltar. Aún era muy pequeña de estatura a comparación de mi. Yo mido 1.77 metros mientras que ella a de medir 1.65 metros. Creo que para una chica de 14 años está bien, o eso creo.____________________________________________
Estaba sentado en la calle comiendo una manzana y cuando di la cuarta mordida me acordé del joven herrero. Posiblemente él me pueda ayudar con la munición, aunque no estoy a 100% seguro.
Me acerque a la herrería y ahí lo encontré, el joven herrero creando una espada. Entre a la herrería y el chico dejo de lado su trabajo para saludarme.
"Buenos días, señor soldado"
"Buenos días. ¿Cómo va el trabajo?"
"Cómo siempre, muy pocos clientes. Y dígame, ¿Qué se le ofrece?"
"Verás, para poder usar mi arma necesito balas, pero desde que llegué aquí no he podido conseguir más, y pensé que tal vez un herrero sería capaz de hacer algunas para mí"
"Muy bien, ¿Pero qué y cómo es una bala?"
Saque mi pistola y luego le quite el cargador, y con mi pulgar empuje la bala para sacarla.
"Esto es una bala"
Él la tomo y luego empezó a verla por todos lados.
"Parece una punta de flecha, y pesa menos de lo que parece"
"Es que no es del 100% metal"
"¿Encerio?"
Tome la bala y con algo de fuerza logré romperla y ambos logramos ver el interior de esta.
"Increíble. Esta cosa lleva pólvora adentro"
"Así es"
"Es imposible que esto sea algo artesanal. Es muy perfecto"
"Se usan máquinas para elaborarlas, pero aquí no existen"
"Será un trabajo difícil, y no sé cuánto tardaría"
"¿Pero podrás hacerlo?"
"Claro, aunque tal vez no de la misma calidad"
"Con eso es suficiente"
Luego le dejé los restos de la bala y otra extra, por si llegaba a necesitaría, y él los guardo en un compartimiento que tenía escondido.
Ya tenía una posible solución para conseguir munición, pero eso no sería suficiente para la cantidad de balas que disparo a comparación de las que él podrá hacer en el mismo tiempo, y eso que no le e mostrado una de mis balas de francotirador.
"Por cierto, también nececito que me vendas un arma"
"No hay problema, solo dime qué arma buscas, ¿Una espada, un hacha o cuchillo?"
"Realmente pensaba en una ballesta"
"No me especializo en armas de larga distancia, pero creo tener algunas por aquí"
Él entro a su taller y yo me quedé afuera esperándolo. Me aburría un poco y solo comía la manzana que tenía, y el joven se estaba tardando.
Pasaron unos minutos y otra persona llegó. Era un niño con ropas que podría decir eran decentes, y solo me miraba con mucha curiosidad.
"Muy bien, aquí las tengo"
Por fin el joven herrero salió cargando algunas armas y las coloco todas enzima del mostrador.
"Estas son todas las ballestas que encontré. Espero que le agrade alguna"
Eran cinco ballestas, todas de madera y algunas con alguna pieza metálica. Parecían algo simple, pero dentro las cinco, una llamo mi atención. Tenía un cuerpo de madera, aunque su empuñadura era metálica, y la cuerda no parecía muy dañada, y tenía una medida muy similar a las ballestas que usamos en el ejército. Tome el arma y la empeze a inspeccionar para ver si no existía algún defecto.
"Esa arma es muy buena y duradera, a demás de que sus flechas pueden alcanzar objetivos lejanos"
"No matará a nadie a más de un kilómetro, pero si se ve confiable para objetivos a 500 metros"
"Parece que usted sabe más que yo sobre esto"
"En el ejército llegué a usar alguna ballesta táctica para misiones de sigilo, aunque si son muy diferentes a esta y a cualquiera de este mundo"
"Esa arma cuesta 27 monedas de oro, y el morral para las flechas son dos monedas de plata"
De la mochila saque las monedas que pedía y se las entregué.
"Bien, aquí tiene su arma, el morral, y 15 flechas, cortesía de la casa"
"Muchas gracias"
Tome mi nuevo arma y las flechas y luego empeze a irme, pero había algo que debía saber antes.
"Por cierto. ¿Cuál es tu nombre?"
"Me puedes llamar Roiy"
"Bien, Roiy. Si necesito algo más vendré contigo"
Ya con la ballesta en mis manos, era tiempo de probarla y practicar con ella, aunque la ciudad estaba muy llena y disparar dentro de ella sería totalmente peligroso para todos. La opción más aceptable es la de salir de la ciudad y practicar en un lugar con más espacio.
Caminaba por la plaza y como todos los días varias personas me observaban por la ropa militar que no corresponde a este mundo, y esto ya era muy normal para mí. Continué caminando y saliendo de la ciudad tome un pequeño desvío, dónde encontré el lugar perfecto para practicar, era un campo verde y habían tres árboles, uno a 100 metros de mi posición y los otros dos a 150 metros aproximadamente.
Tome la ballesta y le dispare al árbol de 100 metros, solo para comprobar la potencia del arma. Cargue la flecha, apunte a una parte del árbol y luego dispare. La flecha salió y luego se incrustó unos sentimientos más abajo de donde había apuntado, tal vez no dispare bien, o en cualquier otro caso la gravedad no es la misma que en la Tierra, aunque eso no debería ser problema si la diferencia es baja.
Volví a dispara otra flecha y en esta ocasión si le di al punto que quería, después de todo se trata únicamente de práctica.
"¿Qué está haciendo?"
En ese instante llegó lo que parecía un caballero. Traía una armadura reluciente, y en una hombrera tenía un escudo de un ave color azul. Su casco solo cubría su cráneo y sus ojos, pero la careta dejaba ver la boca y parte de la nariz.
"¿No sabe que esta prohibida la caza en esta zona?"
"Perdón, pero no estoy cazando, solo pruebo mi arma"
"Sabe, hay algunos lugares para entrenar dentro de la ciudad, le aconsejo que busque alguno, seguro es mejor que hacerlo aquí"
"Lo tendré en cuenta"
"También quiero preguntar algo. Usted es la persona de verde ¿Verdad?"
"Yo creo que si"
"Entonces venga conmigo, mi capitana va a querer hablar con usted"
Cuando dijo eso me sentí algo extrañado, su tono no era amable-amable, más bien era amable-engañoso, como si no supiera lo que me fueran a hacer si lo seguía. Sin embargo, decidí seguirlo ya que parecía ser el equivalente a un policía y no sería bueno tener pleitos con la ley.
Lo seguí durante unos minutos hasta que llegamos a un campamento dentro de la ciudad, y cerca de una plaza. Entramos a la carpa más grande y lo primero que se podía ver era una gran mesa con varios papeles encima de ella, con varios caballeros que la rodeaban, y enfrente de este hacía una caballero como los demás, pero ella no tenía casco, dejándome ver su rostro. Tenía ojos carmesí y un largo cabello rojo el cual tenía amarrado en forma de cola de caballo.
"¡Capitana, aqui esta la persona de verde!"
"Vaya, creí que no podría verla"
Ella fijo su vista en mi mientras sus manos estaban apoyadas en la mesa.
"¿Y cuál es tu nombre, chica?"
"Primero que nada, soy hombre"
Al decir eso, ella se sorprendió, al igual que otros guardias.
"Ahora que lo veo, creo que se es algo varonil"
Uno de los guardas se burló y otros empezaron a reír, y aunque él chiste no era malo, tenía que mantenerme serio.
"Callense" dijo la capitana "¿Entonces, cuál es tu nombre?"
"Me llamo Arquer, señora"
"Bien Arquer, ¿y que lo trajo a este reino?"
En ese momento tomó su espada y parecía estar lista para atacar.
"Mi helicóptero se estrelló y termine perdido aquí"
"¿Su qué?"
"Es un transporte. Venía con compañeros, pero todos murieron"
"Lamento oír eso, pero en este momento no importa"
En eso, los guardias bloquearon la salida y la capitana tomó su espada.
"¿De dónde eres y cuáles son tus intenciones?"
"Solo soy un soldado perdido que quiere regresar a su país"
La capitana movió la espada a mi cuello y su ojos se centraron en mí.
"¡¿Qué es lo que sabes, asqueroso espía?!"
"Realmente no se nada"
"¡Pues no te creo! ¡¿De qué facción eres?! ¡¿Trabajas para los elfos del sur, o tal vez eres del grupo rebelde?!"
"¡Escucheme señora!" me enoje un poco "¡No soy ninguna clase de espía!"
"¡Pues tu ropa no pertenece a algo conocido en el reino, y si no lo sabias estamos en peligro de invasión!"
En este punto ella volvió a amenazarme con su espeda y yo tenía mi mano en la funda de la pistola, listo para disparar.
"¡Dime quien diablos eres en realidad o en este mismo momento te ejecutó! "
"¡Soy Arquer, francotirador de las fuerzas norteamericanas, y estoy atrapado en esta ciudad, país o mundo. Yo que se!"
"¡Demuestra que no eres enemigo!"
No sabía cómo hacerlo, pero si les mostraba la bandera de mi país tal vez me creerían. Señale la bandera bordada en el pecho de mi uniforme y uno de los guardias se acercó a verla.
"¿De dónde es ese emblema?"
"Estados Unidos, un país muy lejano y de otro tiempo por lo que creo"
"Aún así, eso no garantiza nada"
"¿Entonces qué clase de prueba necesita?"
Ella apartó su espada de mi y luego se dio la vuelta. Parecía que estaba pensando en algo.
"Si te unieras al ejército de Valmidia, tal vez te conciderariamos un aliado"
"Lo siento pero no pienso hacer eso"
"¿Por qué no?"
"Mi objetivo es volver a mi mundo, y eso implica no enlistarme en el ejército, otra vez"
En eso, todos los soldados se prepararon para desenfundar sus espadas y yo me preparaba para desenfundar mi pistola y mi cuchillo. El ambiente estaba muy tenso, así que debía de tener cuidado con mis siguientes palabras.
"No se si eres tonto, muy leal, o si de verdad dices la verdad, pero algo me dice que debemos tener cuidado contigo"
"¿Y si llegamos a un acuerdo?"
"¿Qué clase de acuerdo?"
"Yo soy militar, así que les ayudo con los problemas que tengan y demuestro que no soy su enemigo"
"Ese es un trato razonable"
Todos los soldados bajaron sus manos y yo realice lo mismo. La capitana se acercó a mi y extendió su mano hacia mí, a lo que yo la estreche.
"Creo que tenemos un trato, pero enviaré a alguien a vigilarte. Solo por si acaso"
Yo acepte con la cabeza y salí de la carpa militar. Mientras caminaba me empece a preguntar si los alemanes hubieran tenido el mismo trato o hubieran sido más amables.
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One arrow, one kill
AdventureDe una manera misteriosa, Archer, un francotirador de la fuerza armada estadounidense, parece haber llegado a otra dimensión después de que ocurriera un ataque con misiles cerca de su posición. Ahora su misión será encontrar la forma de regresar a s...