Cosas Peores

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Nunca había comido tanto en mi vida, no quiero admitirlo pero fue buena idea acompañar al soldadito verde en este viaje, aún así, no me fío de él, aunque la niña gato lo haga.
"¿Sarah, no piensas comer más?"
"Ya estoy llena"
"Ok"
Estiré mis brazos y camine hasta una pared, dónde me sente y recargue para hacer la digestión. Kamelia me vio y decidió hacer lo mismo, sentándose a un lado mío. Yo me iba a alejar, pero ella recostó su cabeza sobre mis piernas y se quedó profundamente dormida. Iba a apartarla, pero al momento de tocar su cabeza me sentí hechizada, su cabello y sus orejas eran tan suaves que pasaba una y otra vez mi mano sobre estas hasta que empecé a acariciarla.
*Bruuuu*
¡Ahhhh! Acaba de ronronear, es tan linda. Es como una gatita de verdad, pequeña y suave, y ahora esta recostada en mis piernas, es como una pequeña parte del cielo. No, espera, que rayos estoy pensando, esto debe ser un hechizo o un embrujo, no puedo ablandarme tanto por ella, pero es que se ve tan linda dormida, tan inocente y despreocupada. No se como existe gente que la odie si es una ternura tenerla.
"Chicas, en esa dirección estamos usando un edificio como dormitorio comunitario, para que no duerman en la calle"
"Gracias guar... (Diablos, es un guardia)"
"Cuídense"
¿No trato de arrestarme? ¿Por qué? Puede que no me reconociera, pero no estoy segura. Lo mire irse y parecía un guardia cualquiera, pero había algo raro en su forma de caminar, no era como los guardias de Belrón. Mejor dejó de darle vueltas al asunto. Tome a Kamelia y la cargue sobre mi espalda, y me sorprendió que no pesará mucho. Solo espero que no se despierte.

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Mientras más veo, más me pregunto lo que pasó. Se siente demasiado raro estar tan familiarizado con un escenario como éste, incluso tengo miedo de que me esté observado un tirador aunque aquí es imposible.
Llegue hasta la gran fogata y busque a las chicas, pero ellas no estaban. Me creo que Sarah se hubiera escapado, pero no esperaría eso de Kamelia.
Volví a pasar por donde estábamos y me encontré con el saco de carne de la cocina, no puedo creer que lo olvidarán. Lo tome y decidí preguntarle a alguien que estaba sentado del otro lado si las había visto. El hombre me miró como me miraban las personas la primera vez que llegué, y después me dijo que ellas podrían estar en dos lugares, el comedor comunitario o los dormitorios, ya que eran ahí donde estaban enviando a las personas. Usando la lógica era más probable que fueran al dormitorio ya que acabábamos de comer, por lo que seguí el camino del dormitorio hasta adentrarme un poquito a las calles y encontrar el dormitorio. Parecían como los dormitorios del ejército, solo que más apretados y llenos. Sentía que me tomaría demaciado tiempo encontrarlas, pero de pura suerte logré distinguir las orejas de Kamelia de entre todas las cabezas. Camine entre la gente y llegué hasta donde había visto a Kamelia y no podía creer lo que veía, era a Kamelia dormida mientras Sarah estaba sentada a su lado apretandole los cachetes con sus dedos, no esperaba que se encariñara tanto con ella.

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"¿Archer, puedo preguntar algo?"
"Claro"
"¿No crees que pasa algo raro aquí?"
"A decir verdad, si"
"Siento que este no es un lugar seguro, ni siquiera para ladrones como yo, ni para guardias como tú"
"Lo sé, pero nadie nos quiere decir nada, ni siquiera los guardias"
"Me puse a pensar y creo que no son guardias de verdad"
"Eso es seguro, ¿pero entonces, qué son?"
Nos quedamos pensando un rato en la situación, era verdad que no se comportaban como guardias, a demás que el líder del lugar parecía más un asesino clásico que un guardia, y los que mueven el lugar son otras personas.
Seguimos pensando cuando escuchamos un ruido muy fuerte de varios puntos. Eran como trompetas, pero sonaban casi igual a una alarma de ataque, y no estaba equivocado, varios guardias y sujetos de capuchas empezaron a moverse con sus armas listas para el ataque.
"No entren en pánico. Evacuen al siguiente punto seguro y no se alejen de los escoltas"
Una vez que el soldado dijo eso, todas las personas que estaban en el dormitorio entraron en pánico y salieron corriendo detrás de los que eran la escolta, y entre esas personas se encontraba Kamelia.
"Archer, ¿Qué está pasando?"
"No se, pero será mejor seguir"
Empezamos a caminar detrás de toda la gente, y detrás de nosotros estaba el soldado y otros dos acompañantes.
Corrimos por algunas calles cuando escuchamos una gran explosión, y segundos después vi lo que parecía ser una bengala roja.
"Callo la primer barricada, hay que darnos prisa" dijo uno de los acompañantes.
Segundos después volvimos a escuchar tres explosiones más y apareció otra bengala roja.
"Segunda barricada caída, esto no es bueno"
En ese momento la gente empezó a correr más rápido, y algunas empezaban a tropezar y caerse, quedándose hasta atrás. Los sujetos que nos defendían y nosotros empezamos a ayudarlos a levantarse para que continuarán corriendo, y de repente se escucho otra explosión, y si no estoy mal del oído, provino de la fogata. Ya solo faltaba la bengala, pero está ya no era roja, era azul.
"La última barricada, corran rápido"
En ese momento levante a una señora con su hijo y empezaron a correr, y nosotros les seguimos lo más rápido que podíamos. No sabía de qué corríamos, pero era demasiado peligroso y es muy probable que no sobrevivamos si nos alcanza.
"¿De qué huimos?"
"Monstruos. Llegaremos a la zona segura y podremos defendernos mejor"
No seguí preguntando y continúe corriendo, pero de los tejados empezamos a escuchar a alguien más. Observe y eran unos monstruos verdes, pero muy pequeños, como duendes. Los vi y luego estos saltaron sobre nosotros. Me prepare para ser golpeado, pero una barrera de fuego se levantó y apenas me tocó.
"Sigue corriendo, esto nos dará algo de tiempo"
Fue Sarah con su poder de fuego, pero parecía un poco cansada.
Continuamos, pero parecía imposible escapar de ellos, cada vez parecían ser más, y de más tamaños, como los que había combatido en el bosque con la guardia.
Durante el trayecto, esos monstruos empezaron a dispararnos con flechas, y una de estas logró derivar a uno de los escoltas, pero no lo mató. Traté de ayudarlo, pero una flecha atravesó mi mano y el soldado me jalo del uniforme.
"Ya no podemos hacer nada"
Seguí con ellos, pero al mismo tiempo veía como masacraban al chico. Sus gritos eran desgarradores.
Llegamos hasta la zona segura (que era otra plaza) y una vez que cruzamos la calle, se desplegó un escudo mágico que evitaba que esas criaturas entrarán. Tome aire y con el trozo de manga que tenía, empecé a vendar mi mano.
"Todos en posición. Escondan a los civiles"
Todos empezaron a moverse y colocaban sus lanzas para soportar el ataque mientras varios arqueros se preparaban. Yo no podía quedarme viendo, así me uni a sus filas.
"Muévete al escondite"
"Negativo, me quedó a ayudar"
Recargue mi ballesta y prepare mi pistola y rifle en caso de que todo se saliera de control. Kamelia se fue a esconder, y Sarah le seguía, pero la detuve, sabía que necesitaría de su magia solo por un momento.
Los monstruos seguían golpeando, y los magos parecían que no soportarían más, y cuando el escudo se destruyó, ordene a Sarah que levantará otro muro de fuego, haciendo que varios enemigos se incineraran al momento de querer cruzar.
Yo empecé a disparar a través de este, y los demás me siguieron la corriente y dispararon contra el muro, para que las flechas se volvieran de fuego, o eso esperaba.
La barrera de fuego se deshizo y los enemigos empezaron a saltar contra las lanzas y las espadas. Yo sin pensarlo, tomé mi pistola y empecé a disparar contra los duendes, y aunque una bala era capaz de atravezarlos y de matar por lo menos a tres en una fila, ellos jamás dejaron de aparecer. Los guardias empezaban a caer, y apenas era capaz de ver el final de las tropas enemigas desde la barricada de madera. Era seguro que moririamos, sin embargo recordé que tenía dos granadas, y los edificios podrían colapsar en cualquier momento, así que formule un plan que, estoy seguro, es muy estúpido y no garantizaba que funcionara, pero no teníamos tiempo. Salte de la barricada y tome un escudo del piso, luego empecé a correr hacia la calle de donde venían. Varias flechas atravesaban el escudo, y unas de estas lograron cruzar hasta mi antebrazo izquierdo. Crucé la línea defensiva de lanzas y fue en ese momento en el que prepare las dos granadas. Varios de esos monstruos trataron de golpearme con sus espadas y garrotes, pero gran parte de estos los recibía el escudo, aunque sí me estaban lastimando bastante, y no tenía manos suficientes para defenderme con la pistola. Prepare las dos granadas y lanze ambas contra una columna, y cuando explotaron, no sólo derribaron el edificio, sino que también derribaron el edificio del otro lado de la calle y sacaron volando a varios de ellos, creando un muro que evitaba que siguieran llegando. Yo tuve que esconderme detrás del del escudo mientras varios de ellos lo golpeaban, y varios golpes me dieron a mi. Sentía como mi brazo izquierdo se aplastaba mientras mi brazo derecho era penetrado por cuchillas. El dolor era demasiado, y si soltaba el escudo, las espadas me atravesarian el corazón, por suerte, los golpes cesaron y pude quitarme el escudo de encima. Cuando vi, los monstruos habían sido derrotados, pero al mismo tiempo habían matado a varios de nuestros hombres, era un escenario horrible de ver, no sólo estaban muertos, también estaban mutilados.
"¿Estas bien?"
"No, realmente no"
"Te llevaremos a la enfermería"
"Antes tengo que buscar a alguien"
Me levante con las pocas fuerzas que tenía, y era realmente tortuoso el dolor, incluso tenía problemas para respirar sin sangrar de la boca y la nariz, pero tenía que ver como estaba. Camine hasta la barricada de los arqueros y ahí la vi, estaba tirada en el suelo, pero aún respiraba, al parecer sólo estaba inconsciente.
Traté de levantarla, pero no tenía la fuerza, por lo que tres soldados nos ayudaron a llegar hasta la enfermería, sin embargo, mi vista empezaba a nublarse, empezaba a sentir sueño.

One arrow, one killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora