Preparativos De Misión

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A veces tengo una duda, la cual no es para nada difícil de responder, pero me gustaría que la respuesta no fuera tan obvia. ¿Por qué no se llevan bien por lo menos para hablar en el transporte? Los únicos que hablan entre si son Kamelia y Einar, los cuales son niños y aún disfrutan de esta vida.
Asome la cabeza por la ventana y sentía el aire húmedo del río que teníamos a nuestro lado, era tan agradable aunque no fuéramos a más de 50 km/h. Miraba enfrente y atrás del camino con la esperanza de ver algo, ¿Qué? No sé, pero me bastaba que atrajera mi atención por unos segundos.
Los minutos pasaron y a lo lejos veía algo en el camino. Tome la mira del rifle y enfoque en esa dirección. Al parecer era un accidente de carretas, o algo así, había una carreta sin rueda y otra volteada, también habían tablas de madera por el suelo y fruta aplastada por todos lados. Llegamos y la carreta se detuvo. Los guardias que manejaban bajaron y se acercaron a la carreta. Buscaron a alguien pero no encontraron a nadie, tal vez fue un intento de robo y se dieron a la fuga, o fueron al pueblo más cercano a buscar ayudar. Sea cual sea el caso, debían quitar los objetos que estaban obstruyendo el camino. Se acercaron y trataron de dar vuelta a la carreta, y se escucharon dos tajadas de un arma corta. Los que seguíamos en el carruaje nos pusimos alerta y luego se escuchó una ráfaga de flechas, seguida del grito de un guardia que estaba en el techo y se había caído del carruaje. Dos segundos después se escuchó otra ráfaga de flechas, entrando por las ventanas. Una pasó muy cerca del cuello de Sarah, una rebotó en la armadura de Mauro, y otra se incrustó en el hombro de Raquel. Todos nos echamos al piso y otra ráfaga de flechas paso por encima de nosotros. Tome mi casco y por la pantalla miraba el detector de proximidad. Había por lo menos siete atacantes del lado derecho del camino, y otros cuatro en el bloqueo.
Ya no estaban disparando, pero los cuatro del bloqueo se acercaban lentamente a nosotros. Aproveche y mire por una de las ventanas para localizar a los tiradores. Dos de ellos estaban encima del árbol, y los demás escondidos entre las plantas y detrás del tronco. Tome la ballesta y apunte a uno de ellos, procurando que no me vieran, y luego dispare la flecha. Uno de los del árbol cayó y sus compañeros dispararon. Me agache y prepare otra flecha, pero ahora eran más insistentes con sus disparos, a parte, los otros cuatro empezaron a acercarse más lentamente, pero creo que buscaban flanquearnos por el río.
Yo: "Mauro, bloquea las flechas para que los demás salgan"
Mauro: "Entendido"
Yo: "Erika, hay cuatro de ellos cerca del río. Encárgate"
Erika: "Así será" *la marca de su pecho comenzó a brillar*
Yo: Los demás, traten de ayudar, ¡ERIKA!"
Ella salió volando del carruaje. Mauro no había puesto su escudo todavía y ella salto por una de las ventanas con su arco listo.
Yo: "Ayuden a Erika y Raquel, yo los cubro. ¿Entendido?"
Kamelia, Einar: "Si"
Mauro coloco el escudo y Sarah salió. Einar y Kami ayudaron a Raquel a salir, y yo seguía vigilando a los tiradores.
Dispararon de nuevo y en ese momento aproveche para asomarme y disparar al del árbol, y así matarlo. Me agache y volvieron a disparar. En el sensor se mostraba la ubicación de los otros cinco, pero ya no estaban los cuatro que nos querían flanquear. Salí y después me siguió Mauro con su escudo aún defendiéndonos. No veía a Erika ni Sarah, pero a Einar y Kami si, quienes trataban de detener el sangrado de Raquel.
Mauro: "Acerquémonos. Te cubro y me cubres"
Entendí el mensaje y procedimos con el plan. Mauro se puso de frente a los tiradores con su escudo, y yo detrás de él con la ballesta. Avanzamos poco a poco hacía ellos. Las flechas golpeaban el escudo, y era en ese momento donde yo me levantaba, disparaba una flecha, y me volvía a cubrir. Apenas había logrado darle a uno en la pierna, pero ya estábamos a menos de 10 metros del árbol. Mauro se abalanzó contra ellos, y con su martillo golpeó la tierra, tanto que incluso yo sentí la sacudida. Los tiradores se desorientaron y Mauro impacto a dos de ellos matándolos al instante. Luego realizó otro ataque, el cual esquivaron. Yo volví a disparar y mate a uno de ellos, y luego llegaron dos flechas de nuestro flanco, las cuales mataron a los dos últimos atacantes. Las flechas eran de Erika.
Mauro se acercó a ellos y confirmo que estaban muertos, lo cual era bueno, pero también malo ya que no teníamos a quien interrogar. No importa, al menos ya no podrán hacer nada contra nadie más.
Raquel estaba caminando en nuestra dirección y quería ver un trabajo bien hecho.
Raquel: "¿Sobrevivientes?"
Mauro: "Ninguno"
Raquel: "¿Los reconocemos?"
Mauro: "Tampoco, no parecen guerreros demoníacos ni simpatizantes, tampoco son fuerzas de Liet, los Rojos o Quirce, aunque tienen a algunos híbridos orcos en sus filas"
Yo: "Ni los Nazis tenían tantos enemigos"
Estaba inspeccionando los cadáveres para encontrar algo de información y recuperar mis flechas, y podía dar fe de que había por lo menos dos pieles verdes entre ellos, pero a diferencia de los que había matado antes, estos tenían una apariencia similar a un humano, aunque si tenían sus parecidos. Tome las flechas que pude y volví al carruaje. Raquel estaba de pie con la flecha aún clavada en su hombro, y Kamelia y Einar arrastraban a uno de los guardias que había sobrevivido, pero estaba herido por la flecha debajo del pecho que le había provocado una hemorragia.
Raquel: "Será mejor descansar y recuperarnos antes de seguir. ¿Dónde está el pueblo más cercano?"
Yo: "Déjame sacar mi mapa tamaño aventurero"
Raquel: "¿Por qué tamaño aventurero?"
Yo: "Así me lo vendieron y así le digo. Ahora veamos"
Los que estaban disponibles se acercaron y analizamos el camino. Estábamos en el río, y este conectaba a un pueblo que pasaba cerca del camino principal. Se llama Eleck, o algo parecido, y ahí podríamos reposar durante la noche para después continuar.
Raquel ordenó a Mauro manejar el carruaje, y Kami pidió ir al frente con él. Yo me quedé como vigilante en la parte alta del carruaje mientras los demás se encargaban de tratarla ella y al guardia herido.
El viaje siguió por algunas horas. El guardia parecía estar cerca de la muerte mientras todos trataban de detener el sangrado con sus manos y un trozo de su camisa. Ya habíamos pasado la desviación, y no deberíamos estar lejos del pueblo, pero era raro no ver muestras de vida, pero si lo pienso bien es como un viaje por carretera, los únicos seres vivos somos nosotros mientras el bosque, desierto o mar nos rodean.
El sol casi se ponía y por fin habíamos localizado el pueblo. Llegamos hasta la entrada y un guardia y un granjero nos recibieron. Sus ropas estaban muy maltratadas, al igual que su espada y hoz, era como si hubieran peleado a muerte contra un animal salvaje.
Soldado: "Son muy pocos para un refuerzo, ¿No creen?"
Mauro: "¿Refuerzo?"
Granjero: "Un paladín, estamos a salvó"
Yo salte del techo y los demás bajaban del carruaje, siendo Raquel la primera en bajar, mostrando una imagen firme y de seguridad.
Soldado: "Capitana, gusto en conocerla, y muchas gracias por ayudarnos en esta defensa"
Raquel: "Explique la situación porque no entiendo a qué defensa refiere. ¿Estamos bajo ataque?"
Soldado: "¿Qué? Enviamos un mensajero hace 2 días para traer refuerzos. ¿Ustedes no son los refuerzos?"
Raquel: "Llegamos aquí por casualidad. Tenemos un herido dentro y necesita ayuda"
Granjero: "¡¿Y los refuerzos?! ¡¿Dónde está la puta caballería?!
Soldado: "Calma. Síganme al pequeño hospital que tenemos, y les comento la situación"
Todos salieron del carruaje, y Mauro cargo en sus hombros al guardia mal herido.
Pasamos por el pueblo y no era tan diferente a un pueblo fantasma. No había gente, y podía ver una hoja de papel volando por el lugar. Caminamos más hasta llegar a una guarnición destruida, ahí habían algunos soldados de la guardia junto a pobladores armados. Parecía un campamento de refugiados, con la diferencia de que aquí no había electricidad.
La capitana y el guardia se recostaron en unas camillas, y una mujer con sombrero de bruja comenzó a tratar al guardia.
Los demás nos quedamos viendo el panorama.
Soldado: "Cómo había mencionado, estamos bajo ataque de un grupo de goblins y orcos. A diferencia de otros, estos parecen mucho más organizados que los típicos y estúpidos orcos sin cerebro de siempre"
Mauro: "¿Cuántos?"
Soldado: "Muchos. Han estado llegando del norte, cerca de las montañas. Un grupo de aventureros fue contra ellos, pero los ataques no cesaron. Posiblemente estén muertos ahora"
Raquel: "Vimos algunas armaduras en el camino, pero no las reconocimos. ¿Serán otro grupo que desconocemos?"
Soldado: "En efecto. No son los orcos del oeste, y como solo han venido esas criaturas y no otros monstruos hemos descartado a los demonios del norte"
Yo: "¿Y venían humanos con ellos?"
Soldado: "¿Qué?" pregunto confundido.
Yo: "Humanos. Cuando nos bloquearon, eran humanos y orcos humanos los que nos atacaron"
Soldado: "No, pero ya que lo mencionas, algunos de ellos si tenían una apariencia semejante a la nuestra, aunque creemos que es por las diversas cruzas entre su especie con las personas de otras razas que secuestran"
Raquel: Mauro, toma uno de los caballos del carruaje y trae un grupo de infantería con ballestas móviles, y avisa que tal vez estemos en una situación similar a la ciudad de Urula"
Mauro: "Sí, capitana"
Mauro se levantó y regreso corriendo al carruaje. Desmontó a uno de los dos caballos y sin una montura lo monto. Dejo su mazo y su escudo con nosotros para aligerar la carga, y luego se fue.
Raquel comenzó a descansar y el soldado nos llevó hasta el frente de batalla. Las calles estaban repletas de barricadas y muebles destruidos. Nos acercamos a la frontera del pueblo, la cual no estaba muy lejos, y había varias personas con arcos y lanzas listas para atacar. Tenían barricadas improvisadas con estacas de madera y en estas había cuerpos de los goblins que tuvieron la mala suerte de acercarse. La gente y los soldados se veían cansados, algunos incluso estaban al borde de un colapso mental, pero no soltaban sus armas ni siquiera en la enfermería.
Del otro lado de las barricadas, donde acaban los límites del pueblo, solo había campo, un campo antes verde y ahora verde y rojo por la sangre de ambos bandos.
Erika: "Es una vista hermosa, pero da miedo y tristeza"
De esa forma ella describía el sentimiento que tenemos en este momento, esa sensación de paz e intranquilidad de saber que aún va a pasar algo, pero no saber cuándo.
Tome mi rifle y me dispuse a observar el lugar con más detenimiento. Todo se veía en paz, algunos pájaros comían los restos de algunos monstruos muertos, y también había lobos buscando algo de carne que no fuera verde. A lo lejos había un gran montículo de piedras grandes.
No había nada fuera de lo normal que yo pudiera distinguir, pero eso hizo que resonarán dos voces en mi cabeza. La primera decía que me acercara y tratara de conseguir mejor información, después de todo tenía el equipo necesario para hacerlo, pero la otra me advertencia que hacer eso sería entrar a un campo minado, o muy probablemente una trampa. No podía ignorar a ninguno de mis instintos, pero eso solo aumentaba mi curiosidad.
Me puse el casco y encendí el sensor. Di un paso al frente y luego otro, y otro hasta que desaparecieron las señales de los pobladores. Caminaba al centro, y los lobos me observaban, pero no tenían la intención de acercarse o atacarme, ni siquiera gruñían, solo me veían. Llegué a la mitad y de manera instintiva me detuve. Mire por todos lados pero no veía nada, pero sabía que alguien me observaba. Seguía mirando por todas partes, cada piedra, árbol o arbusto podría ser el escondite de quién me observaba, pero no encontraba nada, y era inquietante.
El casco hizo un pitido y mostró una señal detrás de mí. Me di la vuelta y ahí estaba Erika.
Erika: "¿Qué estás haciendo?"
Yo: "Nada. Solo estaba buscando"
Erika: "Será mejor que regreses, el sol está cerca de ponerse"
Ella se dio la vuelta y camino en dirección al pueblo. Yo di un último repaso visual a la zona y regrese hasta la barricada, dónde la mayoría ya estaban preparados para el siguiente ataque de los orcos.

One arrow, one killDonde viven las historias. Descúbrelo ahora