𝐫𝐮𝐧𝐚𝐰𝐚𝐲 , miguel diaz ²

i. viii. did you invite him to your wedding? .

No lo iba a admitir, su orgullo no lo iba a dejar. Pero de nuevo, no podía evitar pensar que tal vez Max estuviera en lo correcto. Tal vez de verdad nunca en realidad le había prestado tanta importancia a ella, sabía que era fuerte, testaruda...igual a él. 

Se sirvió café en una taza y bebió el liquido con calma. Tenía la intención de probarle a su hija que estaba equivocada, que el lugar que ella creía correcto  y un lugar seguro en realidad era toxico y dañino, o al menos hace treinta años. Y cuando Max se diera cuenta, Daniel sabía que volvería con él, siempre la recibiría con los brazos abiertos.  

Quinn le había dicho, que debían apoyar cualquier decisión que sus hijas tomarán. Pero simplemente no podía dejar que una de sus hijas se uniera a tan horrible lugar. 

Pero se quedó a mitad del camino para llevar las taza de café a su boca pues en la entrada, Johnny Lawrence estaba parado. Daniel salió corriendo.

──¿Qué te pasa? ¿Venir hasta mi casa? ¿Estás loco? 

── Intentaba arreglas las cosas.── Johnny negó.── que quedaran en el pasado. No pudiste dejarlo en paz. 

── ¿De que hablas? Restauraste Cobra Kai. 

── Hablo de mi auto.── acusó el rubio de manera fastidiada. 

── ¿Qué tiene?

── Tus matones podrían haber quemado el vecindario.── dijo Johnny.

── ¿Qué matones?── preguntó Daniel todavía son comprender nada.

──No te hagas el tonto.── negó este.── El hijo de puta te delató. Me encargue de él y sus motocicletas. 

── Louie.── Daniel bufó en negación ── Escucha, no sé qué pasó, pero no tuve nada que ver. Era mi primo. 

── Qué sorpresa.── Johnny sonrió.── Todos los LaRusso son iguales, al menos Max tiene algo de sentido común.

── No la metas en esto.── negó el moreno enojado ante la mención de Max.── Largo de mi propiedad o llamaré a la policía. ── advirtió . 

── ¿Tienes miedo? 

── Esto es ridículo.── rió Daniel mientras negaba, sacó su celular.── Escucha...¿Quieres pelear? ── pero Johnny se había adelantado y se lanzó hasta Daniel pero este lo esquivó. ── ¡Vamos, Johnny! ¿Quieres hacerlo? ¡Vamos!

── ¿Qué pasa?── dijo Quinn llegando de repente. Pero frenó de manera brusca cuando pudo ver a Johnny parado frente a su marido.

── Quinn, entra.── pidió Daniel. ── Esto es entre...el sensei Lawrence y yo.── dijo de manera burlona. 

── Si, lo estoy viendo.── Quinn dijo asintiendo la cabeza y una sonrisa apretada. ── Y aunque me encantaría ver de nuevo a mi hermano partirle la cara a mi marido, tengo hambre señores...¿Qué opinan si resolvemos esto en el desayuno? ── propuso la rubia con una sonrisa. 

──¿Quieres entrar?── preguntó Daniel enojado, sin bajar la guardia.

── Podría comer.── respondió Johnny de la misma manera, alzando los hombros. 

── No los extrañaba juntos.── murmuró Quinn negando dando media vuelta para entrar a la cocina, pero por otro lado, si lo hacia.