12 ⇉ secrets, and married women

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ੈ✩‧₊ 12 — secretos, y mujeres casadas ₊‧✩ੈ

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ੈ✩‧₊ 12secretos, y mujeres casadas ₊‧✩ੈ

—Mierda, mierda, y más mierda —repetía, yendo de un lado a otro en la habitación.

Makkari me miraba con rostro cansado desde su cama, y con razón, la había despertado a altas horas de la madrugada.

¿Qué se supone que haga ahora? —pregunté con preocupación. La situación me llenaba de nervios, me sofocaba, mis errores del pasado lo hacían.

Si me lo contarás —expresó ella antes de ponerse de pie y venir hacia mí, deteniendo mi incesante caminar—. Explícame y te ayudaré.

Suspiré, dándome tiempo para pensar en que su solución era la mejor. Nos acomodamos en la cama.

¿Recuerdas el pasado?

—Por supuesto —respondió con obviedad—. Tiempos interesantes.

Makkari y yo habíamos sido inseparables en varios momentos de nuestras historias. Ella había intentado animarme cuando Thena se había ido, llevándose gran parte de mi alegría. Aunque, probablemente, su solución para nada había sido la mejor.

Cuando llegué junto a Druig, él me ofreció un hogar que acepté luego de mucho dudar. Y bueno, no parecía ver nada nada malo con ello, a menos de que te acercarás a mirar más de cerca. La mayor parte de los primeros años había sido prácticamente un rayo de luz, imposible de tocar. Siempre estaba lejos, con Makkari.

Claro, cuando recorrimos el cosmos en el Domo —admitió la morena con una sonrisa que, estoy segura, pronto se iría—. ¿Qué problema hay con ello?

Nuestros errores, Makkari, nuestros errores son el maldito problema.

Y era difícil ponerme a enumerar una por una las tantas equivocaciones que había cometido. Pero recapitulando un poco; mi entrada estaba prohibida en muchos planetas, estaba en la lista negra de varios planetas. Me había ganado muchos enemigos por apostar lo que no tenía, y huir sin pagar. Yo me había...

¿Él vendrá? —preguntó al entender cuál era mi preocupación, recibiendo mi asentimiento de cabeza—. Bueno, sí tenemos un problema.

Dejé caer mi cuerpo, terminando con la cabeza colgando de la cama. Ella me imitó, tomando mi mano para transmitirme el apoyo que necesitaba.

Ese maldito vendría a arruinar mi tranquilidad, como siempre. No entendía cómo había cometido aquel acto tan sagrado con él si apenas soportaba sus encantos.

—Tienes que decírselos —aconsejó Makkari, volviendo a sentarse sobre la cama—. ¿Cuándo?

¿Cuándo vendrá? —cuestioné para confirmar que entendía bien, recibiendo su "sí"—. No lo sé, pero no tarda.

ETERNAL LOVERS | Druig; Thena ¦ TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora