Capitulo 7

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Al llegar a la casa de Itadori la encontraron completamente sola, Choso estaba en uno de sus muchos trabajos y no regresaría hasta más tarde y Sukuna quien sabe dónde se había metido. Era su día de descanso pero no se encontraba en la casa, a veces era un misterio donde se metía durante sus ratos libres.

Los jóvenes estudiantes dejaron sus respectivos zapatos en la entrada y sus mochilas en uno de los sofás de la sala de estar, utilizarían ese lugar para trabajar.

El trabajo era sencillo, debían realizar una exposición sobre algún tema de interés y presentarlo en el transcurso de la otra semana, pero si querían disfrutar su glorioso fin de semana debía hacer la tarea ese mismo día.

Megumi saco su laptop de su mochila y la puso sobre la pequeña mesa, esperando a que sus amigos sacaran los otros materiales para trabajar. Al ver que estos no lo hacían soltó un pesado suspiro, ya sabía que eso pasaría desde un inicio.

-Y bien?- Pregunta el pelinegro al ver que sus amigos solo desviaban la mirada mientras comenzaban a silbar nerviosos intentado hacerse tontos–No trajeron su parte verdad?-

-Se nos olvidó- Responden apenados

-Solo le pedí a Itadori que tuviera listos algunos rotafolios y unas cartulinas y a ti Kugisaki te tocaba traer los marcadores y los colores, eso era todo lo que tenían que hacer maldita sea- Regaña a ambos por su irresponsabilidad

-Cerca de aquí hay una tienda donde venden útiles escolares, iremos enseguida- Explica Yuuji intentando calmar la creciente ira del cerebrito del grupo -No te preocupes, tú espera aquí, Kugisaki y yo iremos-

A Megumi no le dieron suficiente tiempo para replicar pues ya lo habían dejado solo en la casa y para colmo ni si quiera eligieron previamente un tema para que el pelinegro fuera investigando. Tendría que esperarlos para comenzar con la investigación.

Sin mucho que hacer, Fushiguro comenzó a mirar las cosas a su alrededor. La casa de Itadori era bonita, frente a los sofás había una gran televisión, detrás de la sala podía alcanzar a ver la cocina y unas escaleras que conducían a la parte alta de la casa.

También había algunos cuadros colgados en las paredes, parecían ser fotos familiares. Megumi no conocía a ninguna persona, supuso que el más viejo era el abuelo, la pareja de adultos sus padres y por lo que le había contado Itadori las dos personas restantes debían ser sus hermanos mayores.

Fushiguro escucho el sonido de unas llaves fuera de la puerta principal, finalmente sus irresponsables amigos habían regresado, o eso pensó hasta que vio entrar a un joven pelirosa que evidentemente no era Yuuji.

-Oh- Dice Sukuna con sorpresa –Donde está el mocoso?-

-Olvido su parte de los materiales para hacer la tarea así que fue a conseguirlos- Explica el pelinegro intentando no parecer nervioso o asustado

No es que el hermano de Itadori diera miedo o algo, a quien engañaba, Megumi estaba más que nervioso. El hermano de su amigo parecía un delincuente, todo tatuado y su maldito tono de voz grave le causo escalofríos.

Sukuna se sentó al lado del pelinegro sin avisarle o pedir permiso antes sorprendiendo al menor quien se vio obligado a recorrerse un poco para que el pelirosa se sentara bien.

-Que haces?- Pregunta Megumi al notar lo malditamente cerca que se sentó el delincuente

-Sentarme, no es obvio? o no me puedo sentar en mi propia casa?- Cuestiona de forma arrogante

-Lo que quiero decir es, porque a mi lado? Pudiste haberte sentado en el otro sofá o en cualquier otro lugar que no estuviera tan cerca mío- Se queja el chico intentando recorrerse un poco más

Sweet LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora