Capitulo 35

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-Akito escuchas lo mismo que yo?- Pregunta un asustado niño de ocho años derramado algunas lagrimas

-Sí- Menciona abrazando a su hermanito para que deje de llorar –Creo que papá golpea a mamá- Explica severamente

Los hermanos Gojo tenían su propia habitación la cual compartían, pasaban todo el tiempo juntos así que no les molestaba. Solían dormirse temprano porque al día siguiente tenían que ir a la escuela pero recientemente se ha estado presentando una desagradable situación.

Ellos estaban seguros de que Satoru maltrataba a Yuuji, ya eran varias veces en las cuales habían escuchado a su mami llorar por las noches y suplicarle a su padre que se detuviera pero pareciera que este ignoraba las suplicas. El día posterior a eso el pelirosa aparecía con nuevas marcas sobre su piel.

Y como buenos niños que ellos eran no podían permitir que su mami siguiera sufriendo. Por lo que habían llegado a una sola conclusión, debían proteger a su mami lo más que pudieran de su padre.

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-Yuuji amor mío ya estoy en casa!!!- Grita Satoru corriendo a darle un beso a su lindo esposo que lo esperaba con ansias

Aunque Satoru iba a besar a Yuuji como era costumbre, este fue detenido por dos pequeños niños que se interpusieron en su camino, por alguna razón estaban a la defensiva bloqueándole el paso.

-Podrían dejarme besar a mi Yuuji por favor?-

-No!!!- Gritan ambos al mismo tiempo antes de llevarse al pelirosa jalando hacia otro lugar

Itadori fue arrastrado hasta la habitación de sus niños quienes los empujaron a la cama posicionándose uno a cada lado de su cuerpo.

-Pasa algo pequeñitos?- Pregunta el omega bastante confundido al ver como sus cachorros lo abrazaban protectoramente

Al no recibir ninguna respuesta y sentir cada agarre a su costado apretarse más, Yuuji comenzó a acariciar los blancos cabellos de su hijos y liberar sus dulces feromonas para calmarlos como muchas veces lo había hecho cuando eran más pequeños.

Al cabo de un rato Akito y Haruto se quedaron dormidos entre las caricias y el dulce aroma de su mami. Yuuji salió de la cama cuidando no despertar a nadie y se dirigió al living donde sabía que encontraría a su esposo. Tenía razón, se encontró a Satoru haciendo pucheros en el sillón.

-No te pongas celoso, hay suficiente de mí para todos- Menciona Yuuji de forma coqueta acercándose demasiado al rostro del albino

Satoru solo atrajo al pelirosa hacia él sentándolo en su regazo, besándolo con anhelo y dejando que sus manos hicieran el resto vagando por el cuerpo de Itadori. Sí Ijichi iba pasando casualmente por ahí y vio a sus amos comerse con desespero decidió no decir nada.

-A veces creo que no me pagan lo suficiente por esto- Piensa el pelinegro con preocupación

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Dos semanas, dos malditas semanas en las cuales Satoru no había podido siquiera acercarse a su esposo. Sus hijos estaban actuando muy raros con él como si lo odiaran, o bien como si trataran de proteger a Yuuji de él. Lo cual era absurdo porque él no era ninguna amenaza de categoría especial.

Haruto y Akito estaban más protectores que nunca, todo el día pegados a Itadori como sanguijuelas. Evitando que el albino se acercara para nada, incluso durante las noches ambos niños se colaban a su habitación y dormían en medio de ambos evitando a cualquier costo el contacto con Yuuji.

Sweet LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora