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Habían pasado dos semanas desde que Ochako le dió para leer los papeles a Katsuki y le brindaba pequeños fragmentos sobre cómo marchaba la investigación mientras tanto.

Ya tenían el nombre, la familia, el pasado, tipo de sangre, dónde frecuentaba, todo. Solo había un problema, el hombre estaba totalmente desaparecido.

Dynamight y otros heroes compañeros lo buscaban en sus patrullas, aunque siempre las búsquedas terminaban en fracaso.

-que mierda me acabas de decir?- la mujer a sus espaldas suspiró fuertemente.

-lo que escuchaste. Lo ví y desapareció en cuanto se dió cuenta de mi presencia- eso era todo, Bakugo vió rojo.

-Y POR QUE MIERDA NO LO ATRAPASTE NI BIEN LO VISTE?! ERES IDIOTA! ESE PUTO DEMENTE ES EL ÚNICO BICHO QUE ME PUEDE GUIAR A MIS HIJOS!-

Durante esas dos semanas ninguno de los dos ex esposos habían podido descansar bien, Uraraka había incrementado su adicción al tabaco y Bakugo al alcohol.

Antes de que el rubio le pueda seguir gritando a la heroína interna, la puerta se abrió de golpe.

-deja de gritarle a la pobre muchacha, tengo tus respuestas- a la joven pareció volverle el alma al cuerpo, aunque rápidamente se le volvieron a ir los colores cuando reconoció a la mujer que había entrado.

-que mierda quieres Uraraka?- la adulta no tenía expresión en su rostro, solo avanzó y tiró una carpeta sobre el escritorio del héroe.

-la respuesta está ahí- el rubio inmediatamente comenzó a leer, la vacía y cansada mirada chocolate cayó en la joven -vete de aquí y dile a los demás héroes que están escuchando que si no se van en los próximos cinco segundos los denunció por acoso y privación de la privacidad, así les arruinó sus carreras- la muchacha asintió rápidamente y salió casi corriendo de la oficina.

Deku y Shoto, quienes se habían acercado a escuchar, ni bien recibieron la amenaza protestaron y le dieron privacidad a la ex pareja.

Uraraka suspiró y fue a cerrar la puerta para luego pasearse por la habitación mientras esperaba a que el rubio terminara de leer.

Cuando se cansó lo comenzó a analizar a él, tenía el cabello despeinado, la barba como si no se la hubiera afeitado durante varios días, grandes bolsas debajo de los ojos y ella lo vió más delgado, aunque no comentó nada.

-esta información está verificada?- por como estaba sentado y encorvado en la silla, ella supo que era la primera vez en días que se comenzaba a calmar un poco.

-si. Hestukio trabaja con una nueva cómplice, lo cuál nos dificulta un poco las cosas- el rubio asintió y siguió leyendo lo que le faltaba.

-explicame como es lo de las teorías para cómplices-  se quitó los lentes y en ningún momento dejó de mirarla con el ceño fruncido.

-no tenemos datos claros solo que la cómplice es mujer, pero, si sabemos que hay teorías de como podrían ser el don de la mujer, puede ser algo relacionado con cambiaformas, control mental, manipulación humana, transportación, entre otras... aunque lo de transportación ya es más complicado, en el mercado negro se está vendiendo una droga transportadora, solo la colocas debajo de tu lengua, piensas dónde vas y listo, en menos de cinco segundos desapareces de dónde estés- el rubio asintió y miró nuevamente las hojas frente a él.

-Himiko Toga escapó hace unos meses- ella sintió.

-ella está en una de las sospechosas- fue el turno de él de asentir y luego volver a mirarla.

Se quedaron en silencio unos momentos, la estaba mirando de forma tan intensa que a Ochako le recordó vagamente como era que se sentía su adolescencia con él y todos los años juntos, sin poder resistirlo más la castaña para desviar la mirada fue a sentarse frente al escritorio del hombre.

-hay algo además de esto que te está jodiendo- ella levantó una ceja y negó con la cabeza.

-no es nada importante, ahora lo primordial son nuestros hijos- la mujer desvío la mirada unos centímetros al hablar.

El hombre suspiró, se apoyo en el respaldo de su asiento cruzado de brazos, todo sin dejar de mirarla.

-no hagas eso- ella lo miró con el ceño fruncido sin hablar -te dije mil veces cuánto me jode que me escondas cosas Ochako.-

Que la llamara por su nombre le dió un cálido sentimiento en el pecho, aunque rápidamente lo hizo a un lado y solo atino a levantarse.

-necesito que hoy a las nueve vayas a la dirección que te enviaré por celular de encubierto, allí estarán los matrimonios Kirishima y Kaminari, aquí es donde se mezclan dos investigaciones distintas por lo que te ruego que de verdad seas discreto, un mal paso y estamos todos muertos.- dicho eso, ella comenzó a caminar hasta la puerta de la oficina.

-en dos semanas te operan- eso hizo que se detuviera a mitad de camino -dijiste que los ibas a regresar para entonces.-

Ochako hizo sus manos puños, Katsuki se levantó de su lugar y caminó hasta estar frente a ella.

-dijiste eso y todo se está complicando Ochako- el rubio le colocó cuidadosamente un mechón detrás de la oreja, ella respiró profundo al sentir el tacto.

-los voy a traer, vivirán contigo y serán felices, eso es todo lo que ahora te puedo decir- ambos se miraban con dolor inyectado en su mirada.

Katsuki bajó la cabeza al escucharla, aunque ella rápidamente y por impulso le colocó ambas manos a cada lado de su cara y con sus pulgares le limpio sus lágrimas.

-no es tu culpa Kat, no es tu culpa...- al terminar la frase su voz se rompió y se le llenaron de agua sus grandes ojos, aunque resistió las lágrimas, no era momento para que los dos lloren.

Querian creer que fue por impulso y no por necesidad que Katsuki la guío a un fuerte abrazo, un abrazo tan fuerte y sentimental como los que no se daban hace tiempo.

Sin poder evitarlo lloraron juntos, aferrados al otro y mostrando nuevamente sus penas, ese año había pasado mucho y ya ninguno de los dos lo resistía, se extrañaban.

Estuvieron un rato más llorando y abrazándose, de a poco se fueron calmando hasta que solo quedaron abrazados el uno al otro, ninguno con la intención de moverse.

-Katsuki yo...- un golpe y la puerta abriéndose la interrumpió.

-lo lamento, Dynamight hubo un accidente y lo están solicitando- él asintió hacia la recepcionista, quién luego de una reverencia se fue.

Lentamente se fueron separando en un silencio un tanto incómodo, la primera en romperlo aclarando la garganta fue ella.

-bien, creo que me voy... yo estoy ocupada y tú estás trabajando, nos vemos por la noche Bakugo- dicho eso, ella también se fue.

Había dejado accidentalmente la puerta de la oficina abierta, por lo que Bakugo pudo ver claramente como todos los héroes del lugar la veían con mala cara.

Un nuevo sentimiento de furia se instaló en él.

Uraraka por su parte, al llegar a su auto suspiró al ingresar y apoyo su frente en el volante, aún era duro ver cómo todos la trataban mal por algo que ella no tenía conciencia de haber hecho y de paso, se había abrazado hermosamente una vez más con Bakugo.

Suspirando se acomodó y arranco el auto, no era momento para pensar en otra cosa que no sean sus hijos o el trabajo.

un viaje que lo cambia todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora