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Resultó que el niño era huérfano y era quien buscan, sin embargo, no sabía cómo controlar su don ya que lo había obtenido recientemente. Debían de hacerle estudios y pruebas para averiguar cómo retroceder los efectos ya hechos por su don.

Recovery le había dado un tratamiento a Ochako, sin embargo, día a día empeoraba su condición. No quiso decir nada por sus hijos y sus versiones más jóvenes, pero su cuerpo no resistiría mucho más.  Y aunque quiso esconderlo, durante todo su día juntos Katsuki se dió cuenta. No le hizo comentarios al respecto, pero si notó los sutiles detalles que dejaba a la vista.

La ex pareja volvió caminando junta hasta sus habitaciones, en completo silencio se ignoraban hasta que finalmente uno de ellos lo rompió.

– ¿Me estás jodiendo verdad?

– ¿Sobre que se supone que te estoy jodiendo estando callada?

– Te estás inyectando de más y el cuerpo te pesa, usas la gravedad casi todo el día.

– Eso no es...

– No me mientas.

–...

Sin darle oportunidad a que pueda seguir discutiendo, la castaña simplemente comenzó a andar más rápido. Con un gruñido el rubio la comenzó a perseguir.

Sin darse cuenta de un momento a otro empezaron a corretearse y a burlarse mutuamente. Apenas se dieron cuenta que debían detenerse en los dormitorios.

Ochako estaba intentando recuperar el aire que perdió en la corrida, mientras qué Katsuki la miraba sonriendo de lado.

– Volvamos a dormir juntos.

Ante aquella declaración la mujer quedó estática y lo miró.

– ¿Qué? Por supuesto que no.

– No te estoy dando a elegir, vamos a dormir juntos.

Dicho aquello el hombre avanzó hacia los dormitorios sin esperarla, frunciendo el ceño la mujer lo siguió enfadada.

– No vas a tomar una decisión por mi, pensé que ya habíamos superado eso.

– Si no entiendes porque mierda te lo digo entonces no, no lo superamos.

La de menor estatura caminó hacia su habitación sin decir nada, notablemente molesta. Aunque antes de llegar un feroz ataque de tos la invadió repentinamente, se le fue toda la fuerza de sus piernas, cayendo sobre si misma mientras luchaba por tranquilizarse. Pequeñas lágrimas le salieron inconscientemente de sus ojos mientras continuaba tosiendo.

Apenas se la escucho, el ceniza corrió hasta donde estaba y le sostuvo el cabello mientras frotaba la espalda ajena.

Al terminar de toser ella comenzó a respirar fuertemente, Katsuki la levantó suavemente y la llevo hasta su habitación, ella quiso protestar aunque no tenía fuerzas para hacerlo y él lo sabía, por lo que la ubicó sobre la cama que había estado usando todo el tiempo desde que volvió al pasado.

– No te muevas, iré a buscar los medicamentos.

Ante eso ella solo desvío la mirada y se mantuvo recostada sobre la cama mirando a su alrededor. Cuando Katsuki volvió con el botiquín ella lo miraba sumamente triste, sus grandes ojos avellanas reflejaban solamente dolor y agonía.

Con sumo cuidado, como si de una muñeca de porcelana se tratase, la ayudo a sentarse.

Dynamight no recibió ninguna queja cuando le inyectó el brazo, tampoco cuando le tuvo que inyectar el cuello o cuando le tendió los medicamentos que debía de tomar, la derrota de la mujer era visible, lo que amargaba al ceniza.

Cuando terminó de tomar la medicación, ella no dijo nada al darse vuelta y levantarse el cabello. Sin muchas vueltas él comprendió y busco la crema para colocarle sobre aquel dispositivos que aún no le lograban quitar.

Ni bien sintió el roce la mujer se mordió la lengua en vez de gritar, el ceniza respiró y tomo valor para seguir, no era una escena en la que se podía mantener la compostura fácilmente.

Ochako cuando dejo de sentir aquel dolor se recostó a un lado de la cama temblando, él la miró y la dejo, no había nada más que decirle.

– Katsuki...

– ¿Hmm?

– Gracias.

Él la miró con una suave sonrisa.

– Cuando me necesites estaré Ochako.

–...

Al no obtener respuesta se levantó y fue a guardar todo, esperando que si existía alguna deidad de la vida o de la muerte que se apiaden de la mujer.

Cuando la vio se le escapo una pregunta al verla tan triste.

– ¿Esta noche quieres dormir con los niños? Iban a venir a dormir aquí.

– Hoy comenzaron las clases, deben descansar para mañana también, contigo se acostaran temprano.

– Los mocosos no le ven lo divertido al sudoku y al domino, no es mi culpa.

La mujer resoplo aguantando la risa.

– Yo también me dormiría.

– Aburrida.

– Divertida me diría.

El hombre sonrió de lado.

– Claro...

Ella con cuidado se giro y lo miró entrecerrando sus ojos.

– ¿Que estas insinuando, Katsuki Bakugo?

– ¿Yo? Nada.

– Aja.

Los dos se miraron en un breve silencio que se rompió con una risa mutua sin sentido. Al quedar nuevamente en silencio se estaban sonriendo mutuamente.

Katsuki estaba por hablar, aunque la atención de ambos se vio interrumpida cuando la puerta se abrió de golpe y vieron a sus dos hijos con los ojos abiertos de par en par, sucios de pies a cabeza y ambos notablemente pálidos.

– ¡¿Que les ocurrió?!

– ¡¿Que mierda?!

Aiko fue quien habló primero, dando el contexto de su estado a sus padres.

– Combatimos contra un idiota de primer año.

– ¿Y quien ganó?

– Katsuki primero pregunta si están bien.

– Tu también quieres saber, no te hagas Ochako.

– ¡Deja hablar a tu hija entonces!

El adolescente miró toda la escena y primero soltó unas suaves risas que pronto se convirtieron en llanto, asustando a todo el resto de la familia.

Kiuru se mordió el labio y fue a tirarse a los brazos de su madre, escondiéndose en su pecho mientras era recibido con confusión.

Aiko ingreso viendo con asco a su mellizo.

– No puedo creer que comparta parentesco con esa cosa.

– Callate idiota, por una vez estamos todos sin pelear en un lugar.

Los dos adultos se miraron con tristeza, la realidad los golpeaba cada que podía.

Habían herido a sus hijos por no ser claros y maduros entre ellos.

– Aiko, ¿qué sucedió hoy?

– Pues...

Con eso la ceniza menor comenzó a relatar el día que habian pasado con su hermano, alargando la parte de la pelea en la que tanto su madre como su padre les dieron una charla en la que les dejaron claro que no debían de causar disturbios en el pasado.

Aunque también Aiko mencionó que ellos fueron quienes ganaron, lo que apasiguo un poco el regaño.

un viaje que lo cambia todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora