25. Razones de insultos y fobias (pt. 2)

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Andrew nos estaba esperando en la sala de estar, con los brazos cruzados y la mirada perdida en el vacío. Su atuendo era tan similar al de Kira que de inmediato adiviné que aquel era el uniforme de la Sinfonía, probablemente lo utilizaban cuando iban a misiones. Igualmente entendí por qué Kira se veía diferente: estaba nerviosa. Ella nunca estaba nerviosa. Algo la estaba alterando, y no sabía si quería conocer al "algo" que era capaz de desestabilizar a la legendaria Kira Foster.

Los chicos aún seguían en los atuendos que utilizaban para dormir, los cuales no variaban mucho del mío: pantalones deportivos, camisetas sencillas y chaquetas para cubrirnos del frío. Eagle tenía la marca de la almohada sobre su mejilla y el cabello de Frederick estaba desmarañado en un nido, mientras que el de Ryan estaba desordenado hacia un lado, como si hubiera dormido de costado y su cabello se hubiese amoldado a la superficie plana. Michael lucía más despierto, con más ánimo, pero Brandon tenía una mueca de dolor impresa permanentemente en su rostro, como si solo respirar le causara molestias. Yo había sufrido resacas un par de veces, así que fui por un vaso de agua a la cocina y se lo entregué en un pequeño intento de ayudar. Brandon lo aceptó estirando su mano lentamente como un zombi y bebió mientras nuestros jefes hablaban.

—¿La fiesta de Alison? —comenzó Andrew. —Un total fracaso.

El regaño no se escuchó como un regaño. Andrew hablaba con voz robótica, sin realmente prestar atención a lo que decía.

—Gracias. En serio nos esforzamos para arruinar las cosas—respondió Anthony.

Andrew ni siquiera le dirigió una mirada de irritación. Tanto él como Kira estaban distraídos, seguramente preocupándose por lo que fuera que hubiese sucedido.

—Vienen de una misión, ¿no es así? —inquirió Michael tímidamente.

Andrew y Kira se miraron entre sí, saliendo de su transe. Al parecer cayeron en cuenta que aún estaban con los uniformes de misiones. Rápidamente, Andrew escondió un brazo detrás de su espalda. Quizás fue mi idea, pero creí haber visto una mancha oscura, casi como si fuera de... bueno, de sangre. No obstante, la oscuridad de la cabaña y el negro de su traje podían estarme jugando una mala pasada.

Andrew se aclaró la garganta.

—Sí. No es de su incumbencia, chicos —añadió con suavidad, antes de que nosotros pudiésemos preguntar algo—. Solo veníamos a darles su siguiente misión.

—Y a mencionarles que, por supuesto, no tendrán ningún otro permiso para salir de esta di- ejem, de este refugio hasta que cumplan con las diez semanas —anunció Kira sin ápice de reprimenda en su voz.

Se lo estaban tomando con demasiada tranquilidad. Prácticamente pudimos haber expuesto uno de los secretos mejor guardados de la humanidad: nuestros poderes, y ellos no parecían ni de cerca lo molestos que habían estado cuando fracasamos en una misión. Eso se podía deber a dos opciones: la primera era que ellos tenían una perspectiva muy diferente de prioridades, y la segunda... que estaban tan afectados por lo hubiera sucedido en su misión que ni siquiera estaban prestando atención a nuestros errores. Lo cual era decir mucho, ya que nuestros errores eran claramente visibles. Debió haber sucedido algo muy malo.

—No más fiestas, de acuerdo —accedió Anthony, para sorpresa de todos—. Solo quiero que estén conscientes de un par de cosas, como, por ejemplo, que la falla con los poderes de Brandon, Lion y Nerd no fue nuestra culpa, fue culpa de esa cosita que Nerd vio en la mesa.

—La esfera metálica con el punto de luz roja —recordó Michael.

—Exacto. Eso no tuvo nada que ver con nosotros. Y, además, deben admitir que White y yo sabemos poner un excelente espectáculo. Improvisamos bien.

Anormal | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora