29. Fogata con muchos malvaviscos

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No supe cuánto tiempo transcurrió hasta que me sentí lista para continuar con mi vida. Eagle me ayudó a ponerme de pie y fuimos a buscar a los chicos. Por alguna razón, aquella mañana me fue demasiado fácil ubicarlos. No solo porque mi poder sobre la tierra me decía que estaban a la orilla del río, sino porque sentía... algo. Aun estando a decenas de metros de distancia y sin captarlos con la vista, sabía que Anthony seguía atrapado en la imitación del cuerpo de Ryan y que Brandon estaba congelando pequeñas esferas de agua. Frederick estaba practicando con el poder de... ¿cuál era ese poder? Aquel que había descubierto en la fiesta de Alison, con el cual involuntariamente había controlado a un chico. Ryan estaba siendo su sujeto de prueba, pero no estaba saliendo como esperaban.

—Gracias por... todo —murmuré a Eagle.

Él estaba caminando a mi lado, en silencio. Observaba la naturaleza con asombro en cada paso que daba. Tenía la mirada perdida en la luz que se filtraba por las copas de los árboles, pero dirigió su atención a mí cuando hablé. Me sonrió dulcemente.

—Somos amigos, White. No tienes nada que agradecer.

Sonreí de vuelta y continuamos el camino.

Sentía mis ojos hinchados y probablemente mi cabello era un desastre, no obstante, ya estaba en suficiente confianza con los chicos para no intentar corregirlo. Era decir, ya me habían visto en cualquier estado emocional posible. La confianza había sido casi forzada, pero al menos ahí estaba.

—Será mejor que nos apresuremos —comenté—. Frederick se va a desmayar del esfuerzo al intentar controlar sus nuevos poderes.

Eagle frunció el ceño con curiosidad.

—¿De qué hablas?

—Del poder que descubrió en la fiesta de Alison, ¿recuerdas? Estaba controlando a un chico. Hipnotizándolo y leyendo su mente.

—Fred dijo algo más como "es como si él fuera yo y yo fuera él". No era como tal un control mental, ni hipnotización. Mi teoría es que fue una posesión parcial.

—¿Una qué?

—Posesión parcial —repitió él, como si nada—. La energía vital de Frederick se trasladó parcialmente al cuerpo de Jay-Jay, el chico al que poseyó. No pudo hacer una posesión total porque no sabe controlar el poder, pero él podía sentir parte de él mismo en el cuerpo de otra persona. Y eso es porque estaba en el cuerpo de otra persona, controlándola.

—¿Debería asustarme porque sabes demasiado sobre poderes raritos?

Eagle rio.

—Me gusta estudiarlos, así que no hay nada de qué asustarse. Y me gusta llamarlos poderes anormales. Le da un toque de misterio.

Oh. Poderes anormales. Se escucha interesante.

Eagle asintió. Ya estábamos por llegar con los chicos. Escuchaba sus carcajadas desde esa distancia.

—Como los tuyos —señaló Eagle.

—¿Me estás diciendo anormal? —fingí indignarme.

"Anormal" habría sido el insulto más educado que habría recibido en las últimas semanas, aunque sabía que Eagle no lo había dicho de aquella manera.

—Tus poderes —corrigió él, tranquilamente—. Puedes percibir los poderes de los demás, ¿no es así? Por eso sabes que Fred está practicando la posesión.

—Okey, en primer lugar: debemos dejar de llamarle posesión a lo que sea que Frederick hace. Me pone los pelos de punta. En segundo lugar: no puedo percibir los poderes de los demás. Es ridículo. Si pudiera, sabría qué poderes tienes además de los que ya has descubierto y no sé eso.

Anormal | 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora