Parte 9: Amor

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Salieron de la fiesta en silencio, Lan Zhan todo el camino evadió su mirada de la de él y Wei Ying podía sentir su corazón encogerse.

Por la calle lo único que se oían eran sus pisadas, Wei Ying que siempre había podido sacar un tema para dispersar hasta el más incómodo silencio, ahora se sentía incapaz de hacerlo. Aún así trató de intentarlo.

—Lan Zhan, no debes preocuparte por lo que pasó, no lo mencionaré de ahora en adelante, podemos olvidarlo.

—Wei Ying...

—Perdóname, tal vez no fue buena idea haberte pedido que vinieras conmigo... solo te pediría que sigas siendo mi amigo, aunque si no quieres está bien. —rio amargamente, por dentro se maldecía por no haber hablado de algo diferente.

—No quiero dejar de ser tu amigo.

—Oh, eso es bueno, porque yo tampoco, tú eres irreemplazable, ¿dónde conseguiría otro Lan Zhan al cual molestar?

—Tú no molestas. —respondió en seguida.

Sonrió por ello y luego soltó una risa que por lo menos había apaciguado un poco el tema anterior y continuaron caminando hasta llegar a su casa. Ya en la puerta Lan Zhan lo miró un momento, su mirada decía que quería hablar, pero Wei Ying no quería escucharlo.

—Tomaré un taxi, no te preocupes, ve a dormir, ya te has pasado muchas horas de sueño. Nos vemos luego.

Él asintió luego de un momento y lentamente se dio la vuelta y entró a su hogar.

Wei Ying por su parte, tomó un taxi y llegó a la residencia Jiang, bajó del auto y tratando de hacer el mínimo ruido  entró a la casa, subiendo escalón por escalón a puntillas y en oscuras. Si la señora Yu lo viera entrando en medio de la noche no sería nada grato. Cuando por fin estuvo en la puerta de su habitación es cuando pudo soltar un suspiro y prosiguió a abrirla para tratar de descansar. Fue una sorpresa encontrar aún la lámpara de Jiang Cheng encendida y él en medio de la oscuridad leyendo un libro.

—Hasta que por fin te dignas en aparecer.

—Sí, digo, estoy cansado, buenas noches. —le respondió.

Jiang Cheng se levantó de su cama antes de que pudiera siquiera sentarse.

—¿Por qué traes esa cara tan rara?

—¿Eh? Es la misma de siempre, ¿qué? ¿Me veo más hermoso?

—Te ves como un pobre diablo al que han rechazado.

—...

Eso era lo último que él quería escuchar, no pudo argumentar nada ante eso y solamente ignoró su comentario, pasando de largo hacia su cama y sentándose dispuesto a desvestirse y dormir.

—¿Entonces es cierto?

—Jiang Cheng. —se quejó. —Cállate.

—¡Tú-!

—Solo estoy cansado y tomé mucho, dormiré ahora. Agradezco tu preocupación, es lindo de tu parte.

—¿Quién dijo que me preocupo? Solo no quiero oírte llorando escandalosamenre mientras trato de dormir.

.
.
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Los días posteriores pasó evitando a Lan Zhan, aunque le dijo que haría como si nada hubiera pasado, no podía hacerlo. Sin embargo, el destino parecía jugar en su contra, ya que empezó a ver a Lan Zhan mucho más seguido que antes. En las veces en las que parecía acercarse hacia él, lo único que hacía era saludarlo y salir hacia otra dirección, muchas veces consideró que estaba actuando de manera estúpida, pero no podía evitarlo.

Una vez, luego de tantos instantes en los que había escapado, la suerte lo abandonó.

—Wei Ying. —llamó Lan Zhan, estuvo a unos dos pasos de girar rápidamente la esquina, pero Lan Zhan fue más rápido. Sin tener otra opción giró sus pies para mirarlo y allí estaba, cuando se percató de que Wei Ying lo escucharía y ya no huiría como siempre, se acercó. A fin de cuentas, algún día tenía que volver a hablar con él, no podía evitarlo por siempre. Sin esperar más tiempo Lan Zhan con pasos seguros caminó y se colocó en su frente, mirándolo.

—Lan Zhan, que gusto, no te había visto.

—Lo evitas.

—¿Eh? —Lan Zhan no dijo nada más, tan solo tomó su mano en la suya y lo llevó con él, no sabía a dónde, tan solo se dejó guiar. En medio del camino, sintió la mano de Lan Zhan temblar pero no lo mencionó. Poco a poco se dio cuenta que iban hacia las aulas desocupadas, en el pasillo del fondo, el que giraba a la derecha, donde nadie pasaba.

Aún cuando se quedaron estáticos en ese lugar, Lan Zhan no soltó su mano.

—¿Lan Zhan?, ¿qué hacemos aquí?

—Hablemos, es necesario.

—¿Sobre qué? Dijimos que lo olvidaríamos, ¿o es que quieres decirme algo más?, ¿no quieres ser más mi amigo?

—No.

—¿No? —preguntó confundido, él bajó su mirada mientras soltaba un pequeño suspiro, la mano que aún sujetaba la de Wei Ying se tensó.

—No quiero olvidar. —susurró.

Wei Ying mordió su labio, sintiendo su corazón encogerse y los latidos de su corazón acelerarse, no quería ilusionarse, pero al escucharlo decir aquello tan solo las mariposas en su estómago revoloteaban como locas. —¿Qué quieres decir? —se sintió ansioso en ese momento, más cuando Lan Zhan se quedó callado. —Oh, Lan Zhan, dímelo o voy a morir aquí mismo. —le dijo, ganándose una mirada de su parte. Se acercó un poco, logrando ver sus ojos cristalinos brillar. —Si me lo dices... ¡Si me lo dices! Yo... ¡Yo te besaré!

—Me gustas... —fueron las primeras palabras que pronunció. —Te amo, Wei Ying.

Por un momento su respiración se detuvo y sus labios se entreabrieron, segundos después lo abrazó, escondiendo su cabeza en su cuello, aún incrédulo pero sonriendo inevitablemente. Sintió sus brazos rodearlo también, acercándolo más hacia él, su cuerpo temblaba igual que el de Wei Ying.

—¿Es en serio? ¿Lo es? Lan Zhan, ¿en verdad me amas? ¿Me amas tanto como yo a ti? ¿Te gustó tanto como tú me gustas a mí? Yo te amo, Lan Zhan, estaba aterrado de que tú... no importa, ah, Lan Zhan... Siento que lloraré. —susurró, aún escondido entre la curvatura de su cuello.

—Mnm, te amo mucho, Wei Ying.

Soltó una risa de felicidad, también sintió sus ojos arder, sin embargo, solamente soltó un suspiro enamorado e interceptó sus labios apenas lo miró, siendo correspondido al instante, con sus labios presionando los suyos y moviéndose al compás.

Era el segundo beso que se daban, pero parecía que a partir de ese ya no habría que contar, la cuenta sería infinita. Aún así Wei Ying contó los primeros que se dieron en medio de ese pasillo; uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve... y perdió la cuenta.


Amarte hasta el final de mi vida (WangXian) - AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora