Parte 34: Acepto

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Las semanas fueron pasando, Lan Zhan y yo no teníamos oportunidad para vernos, ya que el trabajo nos mantenía muy ocupados. Aun así, siempre tratábamos de tan siquiera un instante poder estar juntos.

Un día en mi departamento mientras limpiaba, sostuve entre mis manos aquella bolsa que nunca había sido entregada a Lan Zhan, en ella se encontraba una bufanda de lana hecha a mano, hecha por mí. Olvidé que había estado tejiendo por mucho tiempo aquella bufanda, la intención siempre fue regalarla a Lan Zhan, ya que tiempos fríos se acercaban y quería que él utilizara algo hecho por mis manos, aquello me haría tan feliz.

La tarde de ese mismo día lo visité, estando afuera de su casa el viento soplaba directamente hacia mi rostro, el cual se enrojecía por las temperaturas bajas. Lan Zhan salió luego de un momento a recibirme, apresuró sus pasos un poco para poner sus cálidas manos en mi mejillas y besar mi frente.

—Entremos. —dijo, tomando mi mano y llevándome dentro de su casa.

En la sala se encontraba Lan Xichen, como siempre en su portátil y un café a su lado. Cuando Lan Qiren se llevó a Lan Zhan al extranjero pensaba que su sobrino estudiaría para trabajar en su empresa, pero tal parecía que Lan Zhan no quería ser controlado en toda su vida, decidiendo estudiar docencia, al igual que yo. Me parecía gracioso imaginar a Lan Qiren hervir como una tetera porque su capricho no se había cumplido. Lan Xichen por su parte, asumió el cargo de la empresa, él había estudiado para liderar y con gusto aceptó trabajar allí.

El hermano de Lan Zhan sonrió a la distancia con un ademán de mano y yo asentí con la cabeza, sonriendo y saludándolo igualmente. Subimos las escaleras y fuimos a su habitación, el lugar estaba ordenado impecablemente, tal como lo era su dueño. Dejé la bolsa que había traído conmigo en una mesita y subí directamente a su cama, dando unos pequeños brincos antes de sentarme, Lan Zhan me miraba sin decir nada, pero se acercó y se sentó en la orilla de la cama.

Lo abracé por detrás, recargando mi mentón en su hombro, su aroma se instaló en mis fosas nasales, haciendo que soltara un suspiro satisfecho y besara un lado de su cuello suavemente. La reacción inmediata de él fue estremecerse ligeramente y voltear en mi dirección.

—Oye, Lan Zhan... —susurré en su oído. —Acuéstate un momento conmigo, durmamos una siesta.

Lan Zhan giró su cabeza y me miró. —¿Cansado?

—Mnm. —hice un puchero. —Tuve una montaña de deberes que calificar, mis dedos se sienten entumecidos. —él tomó mi mano y con delicadeza colocó un par de besos en mis nudillos, sonrojándome al instante. —¡Lan Zhan!

Besé su mejilla. —¿Qué dices? ¿Dormimos un rato?

—Mnm.

Sonreí satisfecho y me moví hacia un lado, dejando un espacio para que Lan Zhan se subiera. Acostados uno al lado de otro, no dudé en reposar mi cabeza en su pecho, suspirando feliz cuando sus dedos acariciaron mi cabellera, relajando todo mi ser y haciendo que el sueño me llegara más rápido. Antes de quedarme dormido, alcé mi vista hacia Lan Zhan, sus dedos aún no dejaban de moverse en las hebras de mi cabello, pero sus ojos ya estaban cerrados. Me impulsé un poco hacia su rostro y con una sonrisa dejé un beso en sus labios y en respuesta, el sonrió.

—Ah, Lan Zhan, te amo tanto. —susurré y volví a acomodarme en su pecho, arrojándome de lleno al mundo de los sueños.

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Desperté luego de sentir las mismas caricias con las que me había dormido. Aún con los ojos cerrados moví mi mano hasta su rostro y acaricié su mejilla. —¿Dormimos demasiado? —pregunté.

—Treinta minutos.

—Oh, entonces fue la media más reconfortante de mi vida. —levanté mi cabeza y lo miré, guiñando un ojo en su dirección. —Te traje algo.

Estiré mis brazos para quitarme la pereza y me levante hacia la mesa donde había
dejado la bolsa, segundos después regresé a la cama, Lan Zhan ya se había sentado. La extendí hacia él y dejé que la tomara y la abriera, mientras lo hacía, mordí mi labio avergonzado y feliz por el regalo que había preparado.

Él sacó la bufanda y la miró, acariciando cada trazo que se hizo en ella.

—La hice yo, Shijie me enseñó a tejer... ¿te gusta?

—Me gusta. —ante mis ojos, la extendió y se la puso, adornando su cuello. Mostrándome como se veía con ella.

—Aiyah, el rojo se te ve muy bien Lan Zhan, hermoso, muy hermoso Gege.

—Tú eres muy hermoso. —susurró, logrando que de nuevo me sonrojara. —Gracias.

—Oh, no hay de qué agradecer.

Lan Zhan besó mis labios fugazmente. —Yo también tengo algo para ti.

Se levantó y caminó hacia un cajón, curioso lo seguí, pero antes de llegar volvió a hablar. —No vengas, cierra los ojos.

Solté una risa e hice lo que pidió. —Lan Zhan, Lan Zhan, eres un romántico empedernido.

Momentos después sentí su mano tomar la mía y me llevó a ciegas hasta el gran balcón de su habitación. Sonreí por lo tierno que se sentía todo.

La luz del sol en el atardecer iluminó mi rostro, a pesar de tener los ojos cerrados lo sentía brillar. Entonces, él pidió que mirara. Un calor se instaló en mi corazón apenas lo vi, suspiré emocionado y ansioso, Lan Zhan realmente lograba sorprenderme, lograba que mi corazón danzara a cada momento por sus acciones. Solté un jadeo sorprendido y quise lanzarme a sus brazos aún sin dejarlo hablar, pero me contuve, quedándome de pie, mirándolo.

Arrodillado, Lan Zhan sostuvo mi mano, mientras que con la otra sostenía la pequeña caja de terciopelo y en ella, nuestras alianzas, nuestros anillos de compromiso.

—Prometo amarte por siempre, sostener tu mano, abrazarte, quererte, dormir a tu lado, despertar junto a ti, cuidarte; porque no hay nadie más que tú, solamente tú. —sus ojos brillaron a medida que las palabras salían de su boca. —Wei Ying, ¿te casarías conmigo?

—Ah, Lan Zhan... —comencé diciendo, sonriédole. —Tú realmente sabes cuándo y cómo decir las cosas... Yo, tu sabes que te amo, mucho, ¡bastante! Me pregunto, ¿seré un buen esposo para ti?

—Sí, lo serás.

—¿Aguantarías quedarte conmigo toda la vida?

—Mnm, es un privilegio. —besó mi mano y yo solo pude dar brinquitos de la alegría.

—¡Lan Zhan! ¿Qué esperas? Ponme el anillo, acepto casarme contigo, vivir para siempre contigo, dormir y despertar contigo, abrazarte, cuidarte... Y sobre todo, amarte cada instante, porque para mí también eres solo tú y nadie más que tú.

Amarte hasta el final de mi vida (WangXian) - AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora