Parte 20: Bebé

138 26 0
                                    

Las vacaciones de fin de año no fueron de mucha ayuda, ya que la mayoría del tiempo tuve tiempo para descansar y sobre todo, para pensar. En bien sabido que pensar demasiado solo te hace sentir más miserable, parecía que los días eran eternos y cuando Lan Zhan no escribía pronto lo eran aún más.

Shijie llegó de improvisto un día por la mañana, fue una gran sorpresa cuando escuché su voz entre sueños, la oía hablar con alguien más pero no era su esposo. Poco después reconocí que era la voz de Jiang Cheng, por lo que lentamente fui abriendo los ojos para ver los que estaba pasando. Cuando desperté completamente, pude ver que en la cama de Jiang Cheng estaba Shijie sentada junto a él, hablando de algo que no alcanzaba a entender.

—Shijie... —susurré, llamando la atención de los dos hermanos.

—A-Ying. —dijo ella, levantándose hasta llegar a mi cama y sentándose en la orilla. —¿Te desperté? Aún son las ocho.

—No te preocupes, Shijie, no me despertaste.

—Duerme un poco más. —me sugirió, sonriendo y arropándome hasta el cuello. —A-Cheng dice que no has dormido bien los últimos días.

Mire al soplón con un puchero antes de taparme un poco más con las cobijas. —No es cierto.

—¿Huh? ¿Vas a mentirle a A-Jie? Siempre te estás desvelando, ¿has visto tus ojeras? Pareces un mapache.

—¡Shijie! Me está molestando.

—¿Tienes el descaro de acusarme?

—Shh. —puso su dedo índice en sus labios, indicando que hagamos silencio. —A-Cheng, A-Ying, no peleen.

—Shijie. —la llamé después de un momento, obteniendo toda su atención. —Hace frío, ponte algo abrigado.

Ella me miró un momento y luego sonrió negando con su cabeza. —¿A-Ying tiene frío?

—Mnm. —asentí, entonces ella se acercó y puso su mano en mi frente, me pareció raro que lo hiciera pero la dejé y luego de unos segundos la quitó y me miró fijamente, hasta podía notarse un poco el fruncir de su entrecejo.

—A-Cheng. —lo llamó con un tono de voz que no pude identificar,  él no se tardó casi nada en cruzar de su cama a la mía. Entonces miró a su hermana y luego a mí y de igual manera puso su mano en mi frente, extráñandome aún más.

—¡Estás ardiendo, maldición! ¡¿Por qué no nos avisaste?!

—¿Eh?

—No te hagas el tonto. —reclamó él.

Bajé la mirada un poco confundido. —No miento, tengo dolor de cabeza pero no pensé que estaría con fiebre.

—A-Ying. —la voz de Shijie era melodiosa, pero se notaba la seriedad con la que pronunció mi nombre. —Somos tu familia, ¿por qué ocultar tus dolencias?

—Yo... no pensé que fuese algo por lo que preocuparse, acabo de despertar, pensaba que el aturdimiento que sentía era por que aún tenía sueño, lo siento, Shijie.

Ella sonrió levemente, golpeando mi nariz con su índice y levantándose luego de haberlo hecho. —Iré a traer algo para bajar la fiebre, A-Cheng, vigílalo.

Shijie dejó la alcoba y Jiang Cheng tomó su lugar, sentándose en la orilla pero evitando mirarme.

—No te has enfermado casi nunca en los últimos años, es raro ahora.

—No es como si me sintiera realmente mal.

.
.
.

¡Cof Cof Cof!

La tos hizo presencia poco después, para ese momento la fiebre había bajado un poco pero aún persistía, comenzaba a sentirme enfermo de verdad.

Shijie me obligó a quedarme en cama todo el tiempo y Jiang Cheng se aseguraba de que así fuera. Mis ojos se habían puesto rojos y lagrimosos, así como mi nariz se había tapado, no esperaba que solo en unas cuantas horas mi estado fuera tan desastroso, no pensé que un resfriado podía tumbarme en la cama sin poder hacer nada.

Era el medio día cuando quise levantarme al baño, así que con un poco de esfuerzo me senté en mi cama, Jiang Cheng al verme se apresuró a llegar hacia mí.

—¿Qué crees que haces?

—Solo iré al baño. —respondí con pesar, mi garganta estaba ronca por el ataque de tos de hace un momento. Él asintió y me dejó levantarme, entonces fui un poco tambaleante hacia el baño, con Jiang Cheng tras mío, esperando fuera de la puerta.

Cuando salí, sentí que veía estrellas flotando a mi alrededor y sin poder evitarlo, mi cuerpo flaqueó, por suerte Jiang Cheng me sostuvo firme en mi lugar.

—Maldición, tu fiebre no baja. —exclamó mientras me llevaba a la cama de nuevo, tocando mi frente. —A-Jie está preparando algo para ti, yo iré a traer más toallas frías. No sé te ocurra moverte.

Yo asentí y sonreí levemente. —Como si pudiera moverme de aquí.

Jiang Cheng resopló pero sin decir nada se encaminó hacia la cocina, cuando me quedé solo me puse a pensar en que no me había comunicado en todo el día con Lan Zhan. Hice un esfuerzo para poder tomar el celular de mi mesita de noche y entonces lo encendí, mis ojos dolieron por la luz que emitía el celular, así que lo aparté un momento, pero antes de que pudiera siquiera revisar el chat con Lan Zhan, alguien entró a la habitación.

Creí que había empezado a alucinar cuando vi a la señora Yu acercarse con un recipiente y unas toallas.

—Señora Yu. —intenté levantarme pero ella me empujó para que me acostara de nuevo. Así como todos los demás, puso su mano en mi frente y la quitó después de un momento para verme a la cara un tanto asombrada. Luego, humedeció una de las toallas y la puso en mi frente.

Tomó las cobijas con las que me cubría y las puso a un lado, dejándome descubierto. Sentí escalofríos en ese momento pero no dije nada, el pijama era delgado, así que el frío se sentía a viva piel.

—Mocoso, solo sabes dar problemas. —dicho esto, levantó mi saco de pijama, tomó otra toalla y la colocó en mi estómago.

Todo se sentía tan frío, pero sabía que estaba ardiendo en fiebre, así que no dije nada, tampoco me quejé.

Al cabo de unos minutos el sueño dominó todos mis sentidos y caí dormido profundamente.

Para cuando desperté, me sentía mucho mejor, la fiebre finalmente había bajado en su totalidad. En la habitación solamente se encontraba Jiang Cheng, mirando algo en su celular, pero al verme moverme y sentarme, se levantó y vino hacia mí.

—Le diré a A-Jie que ya despertaste, tienes que comer.

Poco después Shijie entraba con una bandeja, ella me sonrió mientras ponía todo en la mesita.

Comí todo lo que había preparado en silencio, ella se había ofrecido en darme de comer y yo asentí sin dudar, me sentía tan consentido en ese momento, como un niño a pesar de mi edad. Cuando terminé, Shijie se levantaba de mi lado para tomar la bandeja e ir hacia la cocina, en ese momento la señora Yu apareció.

—Deja que Jiang Cheng lave todo eso, tu también tienes que descansar, tu estado no te permite esforzarte demasiado. Estar subiendo y bajando las escaleras es perjudicial.

—¿Estado? —susurré en voz muy baja, aunque todos me escucharon. Shijie sonrió avergonzada mientras tocaba su vientre que recién caía en cuenta que estaba un poco abultado. Abrí los ojos de la impresión y me permití soltar una risa emocionada. —¿Un bebé, Shijie? ¿Tendrás un bebé?

—Mm, serás tío, A-Ying. —respondió ella sonriendo muy feliz.



Amarte hasta el final de mi vida (WangXian) - AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora