SANGRE PREDESTINADA - secuela de la serie "Chica Vampiro"

Capítulo 2: El diseño

(Narra Damián)

Nostálgicos recuerdos llegaron a mi mente, pero la sonrisa de Lucía me transmitía calidez.

Lucía: Tierra llamando a Damián -ladeo su cabeza- porque a veces te desconcentras cuando hablo.

Damián: Te hable alguna vez de -las puertas de la estancia se abrieron sorpresivamente-

Carla: Damián -se percató de que alguien me acompañaba- Lucía -la saludó con una leve reverencia y ella también la saludó- Damián tu papá ha regresado te espera en la sala de juntas-aquellas palabras me dejaron sorprendido *¿Pero que hace aquí? *-

Lucía: Vaya nunca me platicaste de él -preferí no responder-

Damián: Hasta luego -me despedí respetuosamente y salí a encontrarme con quién decía ser mi papá, toqué la puerta de la habitación y entré- caballero Jorge Thurzó- saludé-

Thurzó: Hijo -me recibió con un abrazo del cual me separé rápidamente- ¿sigues con lo de no llamarme papá? -se percató que no diría nada al notar mi serio semblante- te traje algo de Inglaterra -me extendió una botella de vino- lo mejor, se mantiene fresca a pesar del tiempo- era obvio que no era vino, noté el líquido ligeramente espeso y de suponerse color rojo-

Damián: Tanto dices ser mi papá y ni siquiera me conoces -rechacé la botella-

Thurzó: Tú te lo pierdes -lo guardó- pensé que la Condesa Elizabeth te había enseñado la importancia de nuestra alimentación

Damián: Pues no es importante para mí

Thurzó: ¿Ahora niegas tu naturaleza? ¡Eres un vampiro Damián! Y que te quedé bien claro -noté sus intenciones de utilizar sus poderes conmigo para obligarme a beber la sangre- Si tengo que ser duro contigo para corregirte lo haré

Damián: ¡Soy un hibrido, no un vampiro! Y tú querido "papá" también lo serías, si no fuera por que decidiste matar a tú otro ser sobre natural con la ayuda de Dorotea -supe que su furia acrecentó, pero no me intimidaba-

Las puertas se abrieron por los guardias que abrieron paso a la condesa, ambos guardamos silencio e hicimos una leve reverencia de saludo.

Condesa: Veo que ya se reunieron, me alegra

Thurzó: Le estaba comentando a mi hijo sobre la importancia de reconocer los instintos de nuestra especie

Condesa: No generalices, no eres un natural -rio y yo solo sonreí- noto un ambiente de tención entre ustedes; deben diferenciar lo personal de lo laboral, así que no olvides Thurzó darle los últimos detalles laborales que ya me comentaste a Damián. Me retiro -salió de la habitación-

(Narra Lucía)

Carla: Tienen algunos desacuerdos -dijo ella al ver mi cara de confusión por el actuar de Damián-

Lucía: No lo sabía -le respondí- bueno en que íbamos.

Carla: La elección del diseño de su vestido será en unos minutos, también tendrá que coordinar algunos aspectos de su presentación con la señorita Dorotea -asentí y pronto la llegada de la Condesa se anunció cuando tocaron la puerta y entró, precedido de saludos por nuestra parte y Carla se retiró de la habitación-

Condesa: Que bueno que estés lista Lucía, la elección de tú vestido aguarda, daré la orden para que vengan aquí -hizo una señal y un guardia se fue- tengo un diseñador exclusivo, pero en esta ocasión le di una oportunidad a dos buenas diseñadoras, dudo de su trabajo pero tal vez ellas conozcan un poco más del bajo gusto de modas mortal y se adecuen a tus preferencias reinventando el vestido adecuado para ti; obviamente si su trabajo no es de nuestro agrado no tendrán el privilegio de vestir a una Bathory. Lo importante es que te sientas cómoda y a gusto querida.

Lucía: Bueno no conozco mucho la moda vampira, aceptaré su sugerencia ya que se que este baile es importante. -sonreí, la puerta sonó y la Condesa dio el pase; enseguida entraron dos jovencitas pudiendo reconocer a una de ellas, Wendy-

Wendy: Condesa -dijo eso mientras ella y su compañera hacían una reverencia de 90 grados cruzando sus brazos lateralmente sobre su pecho- es un honor y estamos a su servicio.

Condesa: Sean bienvenidas -las miró mientras ellas seguían con su saludo- les presento a Lucía Bathory, mi descendiente -ellas se dirigieron su saludo a mí y posteriormente lo dejaron, pero no levantaban su mirada- el vestido que diseñaran será para ella.

Irina: Como diga Condesa -afirmó- haremos nuestro mejor trabajo para usted -me miró levemente con respeto al igual que Wendy, ella logró reconocerme luego de unos instantes y trató de disimular su sorpresa-

(Narra Carla)

Damián: ¿Qué haces aquí? -me miró serio-

Carla: Aunque no lo admitas se que todo esto te afecta -me senté a su costado en la banqueta de piedra- además fue una promesa, a pesar de que lo nuestro acabo hace mucho, estaría para ti como tú lo estas para mí

Damián: No viene al caso -rio irónicamente-

Carla: Se que no hablarás, nunca hablas de lo que te sucede -sonreí- pero te haré compañía -él negó levemente mientras sonreía-

(Narrador Omnisciente)

Su nombre es Elizabeth Bathory, aquella figura enigmática y sangrienta en el mundo mortal; a aquella que la preceden leyendas como uno de los inicios del vampirismo. Pero... ¿qué pueden saber los mortales?

No conocen de aquella fuerte mujer que ostento de gran poder y aún lo hace en la actualidad, no pudieron condenarla a morir porque ella era inmortal. También fue aquella jovencita de sangre pura noble húngara; que a temprana edad le enseñaron a ser de carácter fuerte y frío, uniendo lazos con alguien de nobleza como ella, su poder fue incrementando, pero siempre sintió ese vacío que buscó llenar.

Su consorte, el "caballero negro de Hungría" o solo "caballero negro", quien la amó mucho, llego a conocer sus prácticas sanguinarias y llegaron a practicarlas juntos, no había mucha diferencia después de todo, por algo lo apodaron de esa manera; a la Condesa solo le divertía todo, su poder la mantendría invicta de todo.

Los años pasan, y algunos incidentes le hicieron ver a Elisabeth como el tiempo paso para ella; obsesionada con la belleza y junto con su mano derecha Dorotea, practicante de magia, notó el poder de la sangre... y fue su obsesión por la juventud lo que la llevó a ser inmortal.