Amor psicológico-Daniel Radcliffe «Fanfiction» [✔]

Capítulo4:"Segunda sesión y la invitación"

Capítulo 4

Segunda sesión y la invitación 

Daniel se oía desesperado, su voz detonaba que se encontraba con un principio de histeria, o eso pudo analizar en menos de dos minutos Caroline desde el teléfono.

—Tranquilízate Daniel y respira profundo—Le decía Mckinnon a su paciente por medio del celular, a la vez que se levantaba de su cama y se dirigía a la cocina a prepararse un té.

—Sí, sí… Respirar profundo—McKinnon escucho la respiración de Daniel y se le erizo la piel al instante. Tragó saliva con dificultad— ¡No puedo! , ¡Estoy desesperado, no quiero estar aquí por mucho tiempo más—Crisis de pánico, pensó Caroline.

—Daniel, por favor tranquilízate, si no lo haces no te podré ayudar—Respondió la psicóloga tranquilamente, a la vez que calentaba el agua para su té. Daniel soltó un largo suspiro— ¿Daniel?—La joven profesional solo escucho la respiración irregular de su paciente.

—Ayúdame…Siento que en cualquier momento voy a recaer de nuevo—Volvió hablar Daniel, pero ahora con un tono de suplica. Caroline en ese momento se dio cuenta que su paciente más que un psicólogo necesitaba amigos y gente lo contuviera diariamente. Daniel no podía estar solo, no por mucho tiempo más.

—Daniel te lo vuelvo a decir, tranquilízate yo estoy contigo—Esas tres últimas palabras a Daniel le parecieron un pequeño salvavidas en un mar turbulento.—Ahora dime, en ese lugar ¿hay alguien en quien confíes? o ¿alguien con quien te sientes a gusto?

—Sí pero… Esta adentro, y no quiero volver a entrar ahí… —Cerro los ojos fuertemente para evitar que las lagrimas se escaparan y borrar todo pensamiento pesimista, hasta que sintió una mano sobre su hombro.

—Daniel te estamos esperando….¿Que te sucede?—Pregunto Dane cuando vio el rostro de su amigo—¿Con quién hablas?

—Con Caro…La doctora McKinnon—se corrigió y aclaro su garganta—mi psicóloga.

—Daniel ¿Puedes comunicarme con tu amigo?—Radcliffe solo asintió, sin percatarse que su interlocutora le era imposible verlo. Le entrego su celular a Dane quien lo miro extrañado.

—Hola, habla Dane Dehaan, ¿Hablo con la señorita McKinnon?—Pregunto

—Sí, con ella… Mira Daniel me llamo por que no se siente muy bien…—Dane la interrumpió

— ¿Qué le pasa?, ¿Está bien?—

—No te puedo decir más, lo siento pero por ética profesional no puedo divulgar diagnostico ni conversación del paciente—Caroline apago el gas donde hace unos minutos había puesto a calentar el agua para su té. Suspiro— ¿Puedes llevar al señor Radcliffe de vuelta al hotel?

—Claro, seguro—Respondió Dane a la vez que fijaba la mirada en su amigo, quien se encontraba sentado en una banca con la mirada perdida.

Había pasado una semana desde que Daniel había llamado a Caroline a su celular, y Radcliffe ahora se sentía avergonzado, porque después de que sucedió ese acontecimiento recordó que ella nunca le daba su número de celular a sus pacientes y que solo se lo había dado para pagar los gastos de su auto… Ya casi había olvidado el choque, pero con todo lo que sucedió sentía que no podía recriminarle nada a su psicóloga y que por ende lo del choque lo dejaría en el pasado, pero ahora la pregunta que le inquietaba era… ¿Con que cara miraría a su psicóloga? Esa pregunta si que le inquietaba porque en cualquier momento la secretaria diría…

—Señor Radcliffe…—dijo Sarah enfocando sus ojos verdes en Daniel—Pase a la consulta, la señorita McKinnon lo espera.

Daniel camino con paso lento pero decidido, se sentía nervioso y sus manos le sudaban más de la cuenta, el pasillo en donde se encontraban tres consultas más se le hizo mucho más largo de lo habitual, lo único que quería era que ese momento terminase lo más pronto posible.

—Buenos días Daniel—lo saludo Caroline al instante en que él entro— ¿Cómo has estado?—Pregunto la joven psicóloga a la vez que le indicaba que se sentara y ella cerraba la puerta

—Mejor…Gracias.—McKinnon se sentó frente a su paciente

—Esta sería nuestra segunda sesión ¿no?—Preguntaba Caroline a la vez que escribía en el expediente de Daniel

—Sí, así es… Caroline—McKinnon levanto su mirada café y la fijo en los azules de Daniel—Quería disculparme por lo que sucedió la semana pasada… La llamada a tu celular

—No tienes por qué disculparte por eso Daniel, te encontrabas en una situación complicada y en ese momento solo querías ayuda y… ¿Qué mejor que tu propia psicóloga?, hasta yo lo hubiera hecho—Sonrió

—Sí tengo que disculparme y por eso…Te quería invitar a salir—Caroline lo miro sorprendida— ¿Aceptas?—La joven psicóloga no sabía que decir, aquella pregunta la había tomado desprevenida

—Comencemos la sesión y al termino de esta hablamos ¿sí?—Daniel solo asintió, pero su mirada se ensombreció de un segundo a otro, aunque él tenía la esperanza de que la respuesta de la psicóloga sería positiva.