No more games [loki y tú - 2datemporada]

[11. Hermano celoso]

—¡Steven! —exclamó la ojiazul, zarandeando a su hermano para que despertara.

De pronto, el rubio abrió los ojos y actuó rápidamente, levantándose y tomando el cuello de la camisa de Stark.

—¿¡Te estás aprovechando de mi hermana, Tony!?

—¡Por supuesto que no! ¡Relájate, Rogers!

—Cálmate, Steve. Suéltalo. —intervino Sam, jalándolo del brazo.

—¿¡Cómo quieres que me calme!? ¡Mi hermana menor está saliendo con alguien que le dobla la edad!

—¿Quieres dejar de exagerar? —irrumpió su hermana, tomándolo por los hombros— ¿Desde cuándo eso te molesta? Salí con Bucky, quien me llevaba diez años de diferencia.

—Tony te lleva veintidós años de diferencia.

—En defensa de ___, salió con Loki, quien le lleva miles de años de diferencia. —murmuró la espía.

La rubia arqueó las cejas y levantó los brazos, pronto Steve bufó, se sentó en el sillón, se estrujó el rostro y luego respiró profundo, analizando la situación.

—¿Alguno de ustedes sabía que mi hermana y Tony están saliendo?

Wanda y Visión levantaron la mano.

—Yo los vi besarse esta mañana.

—Espera —el castaño levantó la mano— ¿Cómo es que Wanda lo...?

—Entré en la mente de ___. Además de que son muy obvios con sus miraditas.

Stark miró con diversión a su novia, quien se encogió de hombros.

—Pues, felicidades chicos... —comentó Banner— Es una inesperada sorpresa, pero espero que sean muy felices juntos.

—Sí, Bruce tiene razón. Pero hacen buena pareja, chicos. —apoyó Barton.

—Según la red el señor Stark y la señorita ___ tienen un noventa y ocho por cierto de compatibilidad, es una buena noticia después de todo.

—Felicidades, por fin Tony será serio con una relación. —Natasha sonrió.

—Más le vale serlo, si no quiere que Steve lo mate con ese escudo.

La pareja sonrió, pero luego se giraron hacia el capitán, que no había mencionado palabra alguna.

—Steve...

—Hay que hablar en privado, ___.

Se levantó del asiento y caminó hacia la habitación, siendo seguido de forma veloz por su hermana, quien cerró la puerta tras de sí.

—Steven...

—¿Acaso no confías en mí, ___? ¿Por qué siempre alguien debe enterarse antes de mí? Con Loki también fue igual, ¿tan poco confiable soy?

—Vamos, hermano. Lo lamento. —se sentó junto a él— Pero debes aceptar que eres bastante exagerado, y extremadamente celoso, así que es difícil para mí decirte las cosas sin que enloquezcas.

El rubio suspiró.

—Sí, lo sé. —apretó los labios— Lo lamento, sé que tiendo a sobreexagerar las cosas, pero es porque me da miedo perderte, eres la única familia que me queda y no quiero que te aparten de mi lado.

Rápidamente la Rogers se abrazó a él.

—Nunca me vas a perder, jamás me apartaré de tu lado, ¿sí? Eres mi hermano y te amo, deja de preocuparte por eso.

El rubio la abrazó con fuerza, asintiendo.

—Está bien, te propongo algo, yo aprenderé a ser menos celoso y exagerado si tú comienzas a contarme las cosas.

—Hecho.

Ambos estrecharon sus manos con una sonrisa en sus rostros.

—Ahora que estamos en el tema... —la abrazó por el hombro— ¿Qué ocurrió con Loki? ¿Por qué terminaron?

—Él no cambió, Steve. Sólo me hizo creer que lo había hecho para enredarme nuevamente en sus juegos dolorosos, me humilló y me rompió otra vez.

—Hijo de...

—¡Lenguaje! —interrumpió burlona.

El rubio le sacó la lengua juguetonamente.

—Y... ¿Tony te hace feliz?

—Realmente feliz, Steve. Puedo asegurártelo.

—Bien, de acuerdo, eso es lo que me importa... —respiró profundo— Tendré que acostumbrarme a verlos besándose.

La mujer rio cuando su hermano hizo una expresión de asco.

—¿Por qué te gustan los viejitos, ___? Por favor, podrías estar con alguien de tu edad.

—¿Por qué no le dices eso a Sharon? A ella le gustas tú, y tú tienes como cien años.

Ambos volvieron a reír, y minutos después salieron de la habitación, ganándose la mirada de todos.

—Tony. —lo llamó.

—¿Sí, cap?

—¿Esto no es un juego, verdad? ¿No estás buscando aprovecharte de algún modo de mi hermana?

—Claro que no. —aseguró— La amo, haría lo que fuera por ella.

—Por dios, el Tony romántico es algo a lo que no estoy acostumbrado. —musitó el científico, asombrado.

Aquel comentario le sacó una sonrisa a todos.

—Bien, en ese caso, espero que cuides bien de ella.

La rubia aplaudió feliz y se abrazó al millonario, estampando un beso en sus labios.

—Bien, eso fue raro. —dijo Rhodes— Tenemos que acostumbrarnos.

—Mejor continuemos decorando la navidad.

Todos continuaron con sus deberes navideños, a la vez que la pareja sentía tranquilidad al saber que ya soltaron lo que mantenían oculto.

Maratón 09/10.