S H A W N - [Tomo I] ✓

33 | † Expedientes confusos †

*Shawn*

Piensa Shawn, piensa... ¿Qué fue todo eso? Todo ese puto drama con el chico afro.

¿Será que lo que dijo si era verdad? Anne no me ayudará a escapar de aquí, ella me va a cambiar de hospital...

Cómo pude ser tan estúpido...

Toco mi cabello y lo jalo con fuerza, pequeños mechones se llenan de sangre, no me importa, no tengo tiempo para estar preocupado por mi aspecto.

Ahora tenía que cambiar por completo todos mi planes, sí... Tenía que iniciar todo de nuevo.

Pero por qué... Por qué... ¡Porque carajos no me dí cuenta de sus malditas intenciones!

Comencé a caminar de un lado a otro, aún estaba jalando de mi cabello, sentía como todo mi cuerpo se llenaba de rabia y enojo y en cualquier momento todo iba a explotar.

¡Maldita mentirosa de mierda!

¡¿Por qué tuve que creerte?!

¡Te odio!

¡Te odio!

¡Te odio con todo mi ser Anne!

Comienza a contar Shawn, hazlo.

1...

2...

—3... —Me respondí en voz alta.

Ya había mencionado que contar hasta 20 siempre lograba calmarme, todo se sentía mucho mejor cuando comenzaba a contar.

Todo rastro de impotencia y rabia se esfumaban por completo.

Al haber contado hasta 20 al fin solté mi cabello, miré mis manos y éstas ya estaban demasiado inflamadas y teñidas con sangre seca.

Mi respiración comenzó a regularse, me volví a acostar en el sillón y cerré mis ojos varios minutos intentado concentrarme.

No tenía tiempo para descansar, no cuando estoy a 4 días de salir de este jodido lugar, y no de la manera en la que yo pensaba.

Piensa Shawn, piensa...

Rodé mis ojos un poco frustado y volteé hacia mi derecha y algo en la puerta me llamó la atención.

No estaba totalmente cerrada.

Me paré de golpe, saqué un poco mi cabeza al exterior, no había nadie en ninguno de los pasillos, todo se había puesto a mi favor.

Sólo era cuestion de salir con sumo cuidado y correr hacia la salida principal.

Sólo era eso, sí, el destino me estaba dando una gran ventaja este día.

Miré de nuevo a los pasillos, estaba a punto de comenzar a correr cuando sus voces vienen a mi mente.

Luke y la bestia del sótano.

¡Con un carajo!

Cerré la puerta de la habitación y me volví a sentar en el sillón, no me podía ir sin ellos dos...

Luke aunque me dejó en el olvido por muchos años, el jodido idiota ha llegado hasta acá para sacarme.

¿Cómo lo hizo? No tengo la menor idea, dice que fingió tener depresión.

Río en voz alta al recordar su tonta respuesta, la depresión se queda tonta con el verdadero transtorno que lleva consigo.

Vamos Luke, muéstrale tus verdaderos demonios a Holly.