36 | CAPÍTULO FINAL

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36 | † ¿Me extrañaste, pequeño ángel? †

31 DE OCTUBRE


*Anne*

Colgué el celular y me levanté de la cama apresurada, no ví la hora con exactitud, pero sabía que era muy tarde.

Me despojé de mi pijama y me puse lo primero que ví a mi alcance.

Una blusa de manga larga rosa, junto con unos jeans azules.

Olvidé por completo ponerme un abrigo.

Tomé mi bolsa junto con mi celular, y salí corriendo de mi casa, Josh no estaba aquí, supuse que aún estaba molesto o simplemente tuvo otras cosas que hacer.

Iba a llamarlo, pero después me arrepentí, si él llegaba a enterarse a dónde me estaba dirigiendo en plena madrugada, seguramente iría detrás mío y me impediría rescatar a Shawn.

Tranquilo Shawn, tú salvación está en camino.

Caminé unas cuadras lejos de mi casa y al primer taxi que ví fue al que me subí.

—Vamos a Standford. —Le respondí agitada.

El chófer asintió y comenzó a conducir a una velocidad lenta, aquello me desesperó un poco y me debí en la necesidad de pedirle que fuera más rápido.

El chófer me miró extraño por segundos. —Por favor... De usted depende que un chico salga con vida esta madrugada.

—Señorita... No puedo ir más rápido.

Rodé los ojos frustrada, si algo le llegaba a pasar a Shawn esta madrugada no me lo iba a perdonar nunca.

Y tener culpabilidad no sería lo peor, Holly seguramente va a estar culpandome de su muerte y yo sería enviada a la cárcel.

No, no, no, no...

—¡Le daré el triple de dinero si conduce más rápido! —Mis palabras volvieron a salir agitadas, pero ahora había un toque de desesperación en éstas.

—Señorita...

—$1,000 dólares. —Saqué de mi cartera los billetes, y ví como él semblante del taxista cambió.

Sus ojos se iluminaron por completo.

Él tomó los billetes y aumentó la velocidad del taxi, y en menos de media hora, yo ya estaba a casi 300 metros de llegar al hospital.

—¿Segura que aquí quiere bajarse?

—Sí.

—¿No es peligroso? Es el hospital psiquiátrico y ahí hay gente loca.

Me bajé del taxi y me acerqué a la puerta del copiloto. —Hay gente más enferma, y están sueltos, señor, gracias por el viaje.

No esperé respuesta de él, tomé mi bolsa con mis dos manos y comencé a correr por el largo camino rocoso del bosque.

Tenía que llegar lo antes posible, tenía que evitar una maldita tragedia.

S H A W N. - [Tomo I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora