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Horas antes.

*Anne*

Era domingo por la mañana, creí que sería un día aburrido como lo habían sido los últimos días, no asistí a mi primer trabajo.

No tenía ganas de hacer nada, dejé plantada a mi paciente María, y sé que eso no haría un psicólogo profesional.

Pero no he tenido fuerzas ni ánimos después de lo ocurrido en el cuarto amarillo con el chico...

Me fuí llorando ignorando a todos, dejé solo a Shawn, ¡Lo dejé solo maldita sea!

La señora Holly no me ha respondido mis llamadas desde hace días, seguro piensa que fue una mal idea dejarme a su paciente más "problemático".

Estoy a nada de tomar el control remoto, cuando mi celular comienza a sonar, a lo lejos veo el nombre de la directora.

No lo dudo, y respondo de inmediato.

—Hola directora, Holly. —Trato de sonar calmada.

—¿Cómo le va Anna? —Pronuncia mi nombre mal, pero no digo nada.

—Estoy mucho mejor, lamento mi repentina salida aquel lunes.

—Hmm... No estoy enojada, si es que te lo preguntabas...

Oír esas palabras me alegraron un poco, quizá ella me pediría volver a su instituto, el instituto más grande de Alemania.

—¿Y entonces...? ¿Me dejará seguir viendo a su paciente?

Hubo un corto silencio, pero para mí fue muy eterno, realmente necesitaba volver a su instituto, ese chico necesitaba ayuda urgente.

—Tenemos un trato, Anna, demasiado irresponsable de su parte salirse sin avisar, pero aún así, quiero que siga ayudando al chico. Tiene que estar en media hora aquí y sea puntual, por favor. —Dichas esas palabras me cortó la llamada.

Bajé mi celular y miré el reloj, eran las 11:23 AM.

Me levanté del sillón y corrí hacia mi habitación, me cambié de ropa, me maquillé un poco, tomé mi bolsa y salí de casa no sin antes dejar una nota a Josh.

«Tuve que asistir al instituto de nuevo, querido, nos vemos más tarde»
Anne.

Subí a mi propio coche y comencé a conducir con nervios y emoción a la vez, ¿Pero por qué?

Si hace unos no quería ni siquiera volver a su instituto, y ahora rogaba porque me volvieran a solicitar.

¿Por qué?

Que absurdo, soy psicóloga, y no logro entenderme a mí misma.

Casi una hora después me encuentro estacionando mi coche cerca del instituto, no habría problema dónde me estacionara, nadie podía visitar a algún paciente.

Salgo del coche, acomodo un poco mi ropa y me acerco a la enorme puerta, y a los minutos, ésta se abre lentamente.

—Bienvenida de nuevo señorita Anna.

S H A W N. - [Tomo I] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora