S H A W N - [Tomo I] ✓

20 | † Desfiguro total †

*Shawn*

Veo como el color del rostro de Anne se comienza a poner blanco, ¿Acaso ya la asusté demasiado?

—¿Cómo dices...? —Al fin habla con un poco de miedo.

Vuelvo a mirar la pequeña mancha de aquella página, ya luce muy vieja.

—Es otra broma, Anne... Sólo diviértete. —Le digo burlón.

Su rostro vuelve a su color original, ni siquiera sabía porqué se había asustado.

O quizás sí...

—Es una mancha mía, Anne, Holly fue la causante. —Esta vez la miré a los ojos, realmente estaba diciendo la verdad.

—¿No es otra broma?

Negué.

—Hace mucho, no recuerdo cuanto tiempo ha pasado, quizás 10 meses o poquito más, Holly me descubrió en el patio, me quería meter, y yo me negué rotundamente, hasta que la vieja agarró fuerzas y me dió una enorme bofetada.

Todo esto era real, la estúpida anciana me golpeó con una fuerza increíble, dudaría que hubiera sido ella.

Pero al conocerla tan bien, un rostro tan arrugado jamás puede esconderse detrás de uno jóven.

Ví a Anne y ella me miraba con compasión. —Cuando me llevó a mi habitación, tomé mi cuadernillo, quería poner lo que me había hecho en otra página, pero la mancha de sangre fue la primera en aterrizar en las iniciales A.H. —Finalicé dando un suspiro corto.

—¿Y por qué dice A. H? —Su curiosidad aumentaba más y más.

Me pareció divertido aquello, igual y puedo seguir abriendo más la boca, y al fin adelantar más rápido mi salida de aquí.

—Son las iniciales en un nombre.

—¿Cuál?

—¿Por qué tanto interés en eso, Anne? ¿Acaso te recuerdan a algo esas iniciales? —Puse una de mis manos sobre la hoja con la mancha y la miré serio.

Ella permaneció en silencio por minutos, ví como sus labios se abrían poco a poco, pero de éstos no emitía nada, absolutamente nada.

¿Qué pasa pequeña? ¿No dirás nada? O es que ¿Acaso te aterra la verdad?

—Sólo me llamaron la atención. —Por fin habla, y a simple vista puedo notar nerviosismo en sus palabras.

Es como si le asustara lo que yo le fuese a decir en cualquier momento.

Siguiente página.

Hay un recorte de uno de los cachorritos que había matado hace años, era muy pequeño a decir verdad.

No podría pesar más de 5 libras.

Era de color blanco, su pelaje era esponjado, parecía una pequeña bola de nieve andante.

Su nombre: Dogguie.

—¿Es lindo? —Le pregunto a Anne sin dejar de ver aquel recorte.

—Sí, por supuesto.

—Era uno de mis favoritos, siempre lo veía correr por la acera, incluso al regresar a casa él me veía y movía su pequeña colita.

—¿Y eso te ponía feliz? —Me miró al rostro, tratando de imponer sus estúpidos conocimientos.

Levanté mi rostro, tapando la parte inferior de aquella página.

—¿Realmente crees que ver a un cachorro detrás tuyo puede poner feliz a alguien? —Hablé irritado.