Capitulo 35

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“¿Que demonios pasa?”

“¿Cómo no me percate de su herida?”

“Se sentía tan mal y no dijo nada”

“Soy un asco”

Se repite una y otra vez mientras mira a su amiga en la camilla, siguiendo de fondo el sonido de las hélices en movimiento. Su mayor terror. Volar, paso a última base en cuanto vio ese pequeño cuerpo desprotegido frente a él.

Varias veces le sacudieron pero sin reacción hasta que escucho de fondo un sonido lejano y ahogado, la advertencia del paramédico, quien le pedía que se prepara para el aterrizaje.

Minutos más tarde, ya se encontraban corriendo por los pasillos del hospital, sin haberse dado cuenta del momento en que bajaron del transporte. Tan perdido en sus pensamientos con la terrible ansiedad que lo carcome lentamente.

Los paramédicos no tuvieron que esperar mucho, ya que ya les esperaban varios médicos listos para entrar en acción.

Siguió la camilla sin mirar a otro lado que no fuera el rostro acongojado de su amiga a pesar de estar inconsciente sigue siendo tan expresiva. En un momento le detuvieron para ingresar a la sala en dónde la atenderían lo mejor que pudieran. Y como no iban a hacerlo pues se encontraban en el mejor hospital de Seúl, debían hacerlo, debían cuidarla todo lo que él no pudo.

—Señor, por favor venga con nosotros —Una mano en su pecho le detenía para arreglar asuntos banales en comparación con su joven amiga. La mano ejerció presión para poder hacerle retroceder pues no tenía muchas ganas de alejarse de ella, pero al fin tuvo que hacerlo por su propio bien.

Alejándose poco a poco de la puerta, mirando con impotencia como desaparecen por el largo pasillo blanco que poca confianza le da.


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ntraron como pudieron al hospital, evadiendo lo más que pudieron a cuántas personas podían para no ser muy llamativos. Aunque de poco sirvió pues casi de inmediato se les abalanzaron personas sin una pizca de empatía que ni siquiera se pararon a pensar del porqué de su presencia en el hospital. Para su suerte sus guardas siempre preparados les alejaron dejando en paz a los chicos, quienes al ver a lo lejos a Yul sentado cabizbajo con las piernas temblorosas corrieron sin dudar a él.

—¡¿En dónde está, en dónde está?! —Pregunto Jin mientras vio a Yul sentado con las manos es su frente y con el fuerte tic en su pierna izquierda. Este se puso de pie de inmediato mirandoles con agobio y frustración. Su entrecejo está tan toricido por la ansiedad que es imposible no querer imitar su expresión.

—No lo sé, no me dicen nada. Ya lleva ahí dentro más de 20 minutos y aún no me dicen nada —Habló desesperado sin tener en cuenta el poco tiempo que lleva en realidad sin saber nada. Pero tiempo que es eterno, tan eterno que ya no le quedan más uñas que morder al punto que la piel en la punta de sus dedos ya las había remplazado hace algunos minutos, sacando ligeras gotas de sangre.

 ¡¿QUÉ?! ¡¿Gané unas vacaciones con BTS?! [OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora