× Haitani Brothers x Mikey ×

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♥¡GRACIAS POR LOS 107 !🎈

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Los hermanos Haitani eran muy populares y deseados. Mikey es un chico normal que no le gusta meterse en problemas, pero siempre le tocan pervertidamente en la escuela y está cansado de eso, el solo quiere una vida normal, aparte es hetero, a él le gusta los grandes pechos como los de esa chica bonita en su clase llamada "Senju".

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En receso

Mikey amaba mucho a Senju. Nunca creyó ser una persona muy atractiva y llamativa para semejante hermosura como lo era la albina, siempre se encontraba escondido detrás de las paredes observando como los pechos grandes de la albina se movían, también viendo como su refinado rostro pronunciaba dulces palabras, moviendo elegantemente sus labios rosados, que a la vista del rubio eran un deleite, no pudiendo evitar querer tenerle totalmente cerca.

-Hey, Mikey~- el hermano mayor de los Haitani tomo entre sus dedos las jugosas nalgas del menor, apretándoles sin cuidado, mientras saludaba con su voz profundamente excitada en el oído del menor.

-D-dejame en paz, idio- ¡Gya!- el pelinegro con detalles rubios apretujo las nalgas bruscamente del menor mientras con sus pulgares, por sobre la ropa tanteaba el agujero rosadito del menor.

-Ups⁓ discúlpame, se me fue la mano- dijo el mas alto manteniendo una sonrisa, levantando las manos como si hubiera sido un accidente.

-I-idiota- mascullo enojado Mikey mientras era sostenido por Ran quien le aseguraba entre sus brazos tomándole de su cintura, acercándolo hacia si mismo, permitiendo besos suaves en toda su cara y cuello que trataban de ser evitados por el pequeño.

No era la primera vez que sucedía, su cuerpo constantemente era manoseado por ambos hermanos, en ocasiones juntos y algunas otras siendo solamente uno de ellos, ¿Qué podía hacer?, ya le había dicho a los maestros y mas que ayudarle se burlaron de manera indirecta.

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En clase de deporte

-¡Que caloor!, odio tanto hacer ejercicio- exclamo Mikey tumbándose sobre el césped de la zona verde en la que el maestro de educación física les ponía a trabajar, su camisa estaba algo mojada por el sudor, las "pantalonetas" que realmente eran licras elásticas, se pegaban excesivamente a sus glúteos, haciendo ver notablemente su ropa interior.

-Mikeey, estamoos aquíí- la cabeza del pequeño rápidamente se gira, la imagen que daba ahora era realmente excitante, su cabello algo largo se pegaba a su cara mojada por el sudor, sus mejillas tenia un color rosa, su camisa ya transparentada dejaba ver sus pezones rosaditos, por sus muslos se deslizaban gotas de sudor igual que en su cuello, sus labios estaban entreabiertos suspirando por el cansancio, una imagen obscena se vino a la mente de ambos hermanos, el mayor sin vergüenza le tomo del mentón y le beso, lamiendo sus labios y metiendo su lengua profundamente, todo sucediendo en una fracción de segundo.

-¡Hey!, Ran, no lo acapares- el hermano menor, Rindou, hablo exaltado.

-Lo siento, lo siento- otro beso cubrió la rosadita boca del rubio, atónito solamente mantuvo su cuerpo rígido, mientras en su mente gemía por ayuda, ¡SU PRIMER BESO!... EL QUERIA QUE FUESE CON SENJU, ¡NO CON ESE PAR DE IDIOTAS!.

-Ou, ¿Qué sucede?, por que te avergüenzas, ¿Acaso es tu primer beso?- pregunto Ran burlón soltando una risilla diminuta.

-E-eh...-la mente del pequeño seguía perturbada, sin saber que responder, tan solo tartamudeo. El trenzado supone correctamente y se da cuenta de ello.

-Oh ya veo, así que es así, me alegro tanto por ello pequeñín⁓- el menor tan solo observa la escena, sonriendo victorioso, mientras con su mirada delinea cada parte de la bonita figura del Sano- Lastima que ya nos tenemos que ir, hasta luego preciosura- la figura de ambos hermano esbeltos desaparece y a Mikey solo le queda gritar una palabra que para el es muy ofensiva.

-I-... ¡¡IDIOTAS!!.

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En las duchas

La hora de actividad física finalmente termino, el cuerpo del pequeño casi que se arrastraba por los pasillos de los cambiadores llegando a duras penas hasta su casillero, se desnudo lentamente debido al cansancio, los cambiadores se encontraban llenos, los chicos no podían evitar ver el bonito cuerpo del rubio que de alguna manera parecía estar invitándolos, quitando su ropa de una manera tan exquisita a la vista, que muchas erecciones se hicieron ver, cuando la tela de su ropa interior libero sus glúteos, aquellas regordetas masas de grasa rebotaron con suculencia, el no se dio cuenta, pero las miradas posadas fuertemente sobre el, le intimidaron desviando su mirada, y en la mas lejanía de su vista, los hermanos le miraban de manera traviesa, celosos de la manera en la que, para ellos, el menor lo hacia a propósito.

La toalla del menor se posa sobre su cintura, dirigiéndose algo avergonzado hacia uno de los baños, el mas alejado, el único que por casualidad no se encontraba ocupado, entro normalmente, dejando la toalla sobre la puerta, dejo sobre las mini repisas de cerámica, el jabón y champo que había traído consigo, encendió la ducha, permitiendo que las gotas de agua mojaran su cabello y limpiasen todo el sudor en su cuerpo, tomo el jabón y lo restregó suavemente por todo su cuerpo hasta llegar a sus glúteos redonditos, sobándoles levemente con la espuma del jabón.

-¡Miikey!- la voz cantarina del pelilargo se escucho después de abrir bruscamente la puerta.

-¡HYA!

-Oou, Mikey no te asustes, otra vez estamos aquí- una sonrisa se asomo, y el temor recorrió el cuerpo de Manjiro.

-Mikey... disculpa, pero resulta que pareces haber estado provocando a los demás, realmente considerando nuestra relacion no deberías estar haciéndolo- explico rápidamente el menor de los hermanos, sus anteojos ya no estaban y su cabello cubría algo de su cara, su figura esbelta algo musculosa era atractiva, y para Mikey aunque fuera difícil de admitir, lo aceptaba.

-¡Ugh!, yo no hice nada, váyanse ya.

Las manos del Haitani mayor crearon espuma ágilmente, así mismo volteo al pequeño recostándolo sobre la pared húmeda del baño, por fin, un dedo de imprevisto penetro la entrada del pequeño, quien grito asustado por la intromisión, el de hebras azules enciende nuevamente la ducha para disimular el sonido de los gemidos dolorosos del menor.

-No te excedas, Ran- prenuncio el menor

-Manjiro~, hagámoslo...

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Los pezones del rubio eran atacados ferozmente, con mordidas y arañazos que dejaban delicada aquella piel tan sensible de esa zona, los suspiros entre los besos no faltaban creando un ambiente pesado debido al calor que se sentía en la atmósfera, las mejillas rojas del pequeño solo se limitaban a ser lamidas por la lengua del menor de los Haitani quien con ello limpiaba las lagrimas de probablemente dolor y placer, no era para menos estar casi inconsciente para ese momento, es difícil mantener dos penes en tu interior que se mueven con constancia frotando profunda y continuamente aquel punto dulce.

El peso de Manjiro era sostenido por ambos par de brazos, debajo de sus piernas se posaban estos, mientras que sus propios brazos abrazaban con dolor el cuello del trenzado, las embestidas coordinadas penetraban lo mas profundo de su ser, aquellas gotas gruesas de sangre que se deslizaban por el pene de ambos hermanos había manchado el piso de la ducha de los vestidores que hace un tiempo habían sido totalmente desocupados, era tarde, lo sabían, pero aquel pequeño cuerpo era tan adictivo, la respiración y dulces gemidos generados por el menor no hacían mas que excitar a los mayores que cada vez deseaban aun mas.

-P-Por favor, ...-ya no mas.

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¡GRACIAS POR LEER! 😘🎀

𝐋𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐏𝐄𝐍𝐄𝐓𝐑𝐀𝐁𝐋𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora