𝐋𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐏𝐄𝐍𝐄𝐓𝐑𝐀𝐁𝐋𝐄

× Haitani Brothers x Mikey ×

🚨🔞ADVERTENCIA🚨🔞

× Blasfemia: -Palabra o expresión injuriosa que se dice contra Dios o las cosas sagradas.

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Dentro de un oscuro lugar, las voces tenebrosas y murmurantes de una gran cantidad de personas se escuchaban a la par, rezando con rapidez palabras inentendibles a un oído japonés acostumbrado únicamente a su propio idioma, tomados de las manos rodeaban un dibujo extraño, el cual brillaba con cada nueva palabra pronunciada, aquellos trazos de tinta roja hecha por dedos desordenados y poco expertos en el arte del dibujo, hacían un círculo en el que se posaba la imagen de lo que se podría considerar como símbolos satánicos, la estrella de 5 puntas y una cabra macho con grandes cuernos.

El símbolo brillo aún cada vez más, la iluminación que radiaba tal dibujo era exuberante y parecía pronto convertirse en fuego, y así fue, la luz amarilla se tornó roja y próximamente naranja, para luego de unos segundos volverse de un color rojo intenso radiante que se formaba conforme a los trazos del dibujo. Un portal al infierno o lo que fuese, pero de que era algo demoníaco e incorrecto, lo era. Del agujero formado salieron múltiples criaturas extrañas y grotescas que fueron apresadas entre sonrisa y experticia por los invocadores de aquellas monstruosas criaturas.

Aunque, entre tantas, habían ciertos demonios con apariencia humana, bonitos y atractivas al ojo humano, que les describiría como criaturas indudablemente bellas y apolíneas, hermosas como ningun otro ser conocido en su existencia, que seguramente, vendrían al mundo para inducir al pecado, agregaría un psicótico religioso.

—¡Padre!, ¡Cumplimos la misión!, Muchos demonios han sido capturados—hablo un agraciado joven de ojos gatunos y cabello color amarillo, corto y muy bien parecido, aquel pequeño hombre arrastraba con normalidad gruesas y pesadas cadenas, unidas a enormes jaulas repletas de demonios asustados y suplicantes, afortunadamente, aquel pulido metal no le pesaba en absoluto. Se encontraba dirigiéndose a un hombre vestido de blanco, de cabellos largos y negros, aquel rezaba antes de ser interrumpido, de rodillas y con un hermoso rosario tallado de madera, apretado entre sus manos.

—Bien, pues ya sabes que hacer, luego obtendrás tu recompensa... Me encargaré de que sea la adecuada—hablo ensimismado y algo colorado, que adorable encontraba a ese molesto chico.

—¡S-si!, gracias, Baji-sa-... ¡Perdón, padre!—aquel chico se fue corriendo y pronto llamo de nuevo a sus compañeros, quienes iniciaron con los preparativos para recibir a el uno o  los dos angeles que vendrían.

Cada cierto tiempo, un precioso angel bajaba del cielo y ordenaba a la iglesia cristiana central de algún país el invocar demonios para probar su integridad al posteriormente atraparlos, la razón de aquel extraño pedido del que ningun religioso se quejaba por ser el mandato de Dios, era que, por alguna extraña razón, el ser supremo y divino, tenía una curiosa fijación e interés por los demonios, tal vez era el recordatorio de la relación que tuvo con Lucifer, viendo en la apariencia de cada uno de los bellos demonios a su anterior amado angel, ahora desterrado en el infierno.

Esta vez, le tocaba a la iglesia de un padre residente en Japón, que durante años había estado en la misma situación, ya acostumbrado, le enseñaba a sus aprendices el como hacerlo para complacer a su divinidad, a su adorado, a Dios.

Del cielo descendió la imagen hermosa de un ángel, con alas blancas y enormes, pulcras y bellas, se encontraba acompañado de otro de su misma especie, al igual, muy inigualablemente (precioso), muy (pulcro) y (atractivo).

—Dios nos ha encomendado para venir a este lugar, por favor, si están concientes de cual es su misión, reafirmen su integridad y entregen a los demonios.—hablo elegantemente uno de los angeles, el cual poseía una larga cabellera recogida en bien peinadas trenzas.