One-shots sin relación alguna que muestran mi amor por el Mikey pasivo.
Si no te gusta el anime, ni el Yaoi con amabilidad te digo, por favor no leas ni dejes malos comentarios.
Las imágenes puesta en la portada es del manga, créditos a Ken wakui (D...
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Mikey ha cumplido años, y como regalo se le decide dar el cuerpo del rubio que tanto ama y desea.
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-¡Chifuyuu-kun!- la mano de la mujer rubia, hermana de Mikey se agito entusiasmada, le gritó esperando que se detuviese para que pudiera hablar con ella.
-Hey, Emma-chan, ¿Que sucede?
-¿Podrías por favor acompañarme?, Tengo que decirte algo muy importante.
-Oh, Claro.
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De alguna manera se le hacía conocido ese bar, de hecho ahora que lo pensaba era en el que solían celebrar festividades toda la Toman junta, y así era, los integrantes más cercanos a Mikey estaban ahí, se sentía amenazado, sus miradas recaían sobre el esperando su respuesta, pero ¿Que podía responder a aquello?, tenían razón en el hecho de que le gustaba Mikey, pero como ellos le confirmaban que le correspondía.
A Chifuyu le habían propuesto entregarse voluntariamente al líder de la Toman el día de su cumpleaños, que despertara con su cuerpo delgado con piel blanquecina al lado suyo en vuelto en cinta roja con un gran moño decorándolo, para que aquello probablemente terminará en resultados sexuales que los demás utilizarían para restregarles graciosamente, aunque su propósito estaba más allá de eso, en verdad querían que esos dos dejarán de fingir y terminarán juntos, por qué ninguno tomaba la iniciativa de declarase y terminar follando, y hasta quién sabe, casados.
-¿Como saben que yo le gustó?- pregunto Chifuyu avergonzado.
-Literalmente somos sus amigos mas cercanos- responde Draken junto a Mitsuya y Baji.
-Y si se equivocan, ¿Que tal sino le gusto?...
-No seas idiota- aclara Baji mirándole como si fuera el más estúpido del mundo- Definitivamente si le gustas.
-¡Ugh!, Bien, lo hare- mascullo sonrojado el rubio tapando su rostro con ambas manos, mirando como celebraban los demás, saltando y gritando.
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Con cuidado la puerta perteneciente a la habitación de Mikey fue abierta, el pequeño tomaba su siesta de la tarde esperando felizmente como su fiesta era preparada, estaba siendo cobijado por una manta de peluche, que le cubría solo las piernas mostrando su estómago y pecho descubierto al estar la camisa blanca de Doraemon alzada. Los pies de Chifuyu caminaron descalzos, pensó que lo desnudarían o algo así, pero curiosamente solo llevaba una camisa enorme blanca, con unas bonitas medias largas blancas de encaje y un moño en su cuello en forma de "chocker", el más alto se sentó al lado de Mikey algo extrañado por la ropa, sonrió tímidamente, mientras la puerta era cerrada por las manos de Draken y Emma.
La mano del ojiverde se movió suavemente sobre el cuerpo del pequeño despertando lo poco a poco.
-Mgh, Keen-chin~, no molestes...
-Mikey~, despierta- la voz del más alto resonó en el oído ajeno, ¡MIERDA!, QUE VERGÜENZA, el cuerpo del rubio ceniza reacciono inmediatamente, levantándose repentinamente como un vampiro saliendo de su tumba, algo gracioso ante la vista del ojiverde.
-No te alarmes... Mikey-kun, vine a darte mi regalo- dijo sonriendo gentilmente el más alto.
-Ch-Chifuyuu-kun, ¿Que quieres decir?, Yo... en serio ¿Puedo tocarte?- pregunto el pequeño posando su manos sobre las ajenas.
-Ou, ¿Esa es tu forma de decir me gustas?
-¡L-LO SIENTO!, Chifuyu-kun, me gustas~, por favor, déjame tocarte...
-¿Por que no lo dijiste antes?, Hoy estás siendo algo desvergonzado, pequeño.
-Perdona, pero eres tú el que ha venido de esta manera, ¿Como creias que reaccionaria si estabas así?, por favor, por favor déjame entrar en ti- una risa suave se escuchó.
-Bien, Mikey, acepto tu sentimientos, realmente me gustas, pero no puedo permitir que tú seas el activo.
-Oh, ¿Eh?, b-bien, no me molesta, no quiero forzarte, ¿Que tengo que hacer?
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La vista y mente de Mikey se encontraban nublados, sinceramente no sé esperaba tal placer, sus gemidos eran incontrolables aunque se esforzase por callarlos siendo conciente de que sus amigos se encontraban aun en su casa. Su estómago casi llegando a la pelvis se encontraba hinchando, tal vez se debía a la cantidad de horas que habían estado teniendo sexo, era el esperma dentro de su interior lo que lo provocaba, el pene hinchado entraba frenéticamente, llegando a lo más profundo de aquel pequeño agujero, la extensión se abría paso entre las paredes mojadas y estrechas, las manos del más bajito estaban siendo aprisionadas por la linda cinta que antes adornaba el cuello de Chifuyu, una estocada más y Manjiro se corrió con el sonido de la voz de Chifuyu tornandose suave, pidiendo otra ronda más.
