One-shots sin relación alguna que muestran mi amor por el Mikey pasivo.
Si no te gusta el anime, ni el Yaoi con amabilidad te digo, por favor no leas ni dejes malos comentarios.
Las imágenes puesta en la portada es del manga, créditos a Ken wakui (D...
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Manjiro Sano, un hombre de 27 años, mal asalariado, con un aspecto bastante cuidado para la prontamente llegada de sus treinta, su trabajo como profesor le estaba costando las ganas de vivir, y realmente estaba a punto de renunciar e irse a unas largas vacaciones, retractándose por completo debido al poco dinero que ganaba aunque fuera una escuela bastante prestigiosa.
-La inflación- pensó triste en su mente.
Cuando un apretujón brusco en su trasero se hizo presente replico internamente.
-Oh mierda- ¿Acaso le estaban confundiendo con una chica?, ¿Por que justo cuando parecía ser un buen día?, No había perdido el tren hoy, de por si eso ya era bueno, su alarma sonó y no sucedió ningún incidente durante el trayecto hacia la estación de tren, pero, claro, si le tocaban justamente el trasero, no deseaba que le pasase en vez de el a una chica, ¿Pero por que el?, supuso todavía mientras apretujaban su trasero que era una confusión y solo se aguanto silenciosamente, pero el evidente y para nada casual toque en su pene le sobresalto.
-¿Ya se dio cuenta?- pensó irritado- Si lo hizo, ¿Por que sigue tocando?, es obvio que no tengo una vagina.
El anuncio de llegada retumbo dentro del metro, abriéndose las puertas abruptamente, permitiendo que el pelinegro apurado feliz de escapar, saliese corriendo.
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Cinco días, ¡CINCO MALDITOS DIAS!, Dios... Su cuerpo había sido manoseado si ni siquiera conocerle la cara al desgraciado, incluso le dejo una marca en el cuello, ¿Debería denunciarlo?, no se molestaría, ni siquiera tiene pruebas, el solo testimonio no es suficiente. El fin de semana paso y tristemente, nuevamente era Lunes, otra vez tomo el tren, un vagón diferente al de la ultima vez, pero aun con ello sintió, otra vez, el toque en sus glúteos, estando a punto de dirigirse a bajar el cierre de su pantalón, el hombre tras el habla.
-Usted es muy lindo, Sano-Sensei- el pelinegro recordaba esa voz, uno de sus estudiantes, estaba seguro.
¡HEMOS LLEGADO A LA ESTACION HOKKAIDO!
La voz femenina resonó, el aparente estudiante se alejo inmediatamente para salir, no sin antes ser visto por el maestro desde atrás, siendo identificado el uniforme escolar y ese característico cabello color rosado.
Al llegar a la escuela no se espero, y se dirigió hacia el salón donde el día de hoy iniciara clases, sabiendo perfectamente que el estudiante que suponía le había estado acosando durante esos días en el tren, estaba allí.
-Akashi Haruchiyo, después de terminar clases, por favor dirígete a mi oficina.
