𝐋𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐏𝐄𝐍𝐄𝐓𝐑𝐀𝐁𝐋𝐄

× Wakasa x Mikey ×

Wakasa Imaushi era un trabajador sexual, no tenía una posición sexual asegurada y la razón por la que estuviese ahí no era ni más ni menos que por el amor al sexo. Por ello, no tiene preferencias, y así como recibe bonitos hombres de pechos grandes hasta más pequeños con ojos de tal tamaño, lo hace con mujeres de delgado cuerpo hasta con chicas de proporciones enormes.

Tenía un trabajo fuera del ámbito sexual, era contador de una pequeña empresa y ganaba una buena cantidad de dinero, por lo que ocasionalmente cada que ofrecía su cuerpo a un japonés necesitado, no cobraba su servicio, por qué al fin y al cabo lo hacia por pura paganeria.

El albino ha visto pasar un auto negro repetitivamente por el lugar en el que se posiciona en busca de clientes, por ser el barrio rojo era imposible no encontrar a un hombre o mujer deseoso de algún tipo de afecto amoroso o ya sea más común, sexual. El verdadero problema es, aquel auto de vidrios polarizados se mantenía parqueado justo frente a sus narices, había comenzado a reconsiderar el lugar en el que se hace, se mantiene preocupado y paranoico por lo cual en definitiva cambia de lugar a uno más transitado.

Últimamente tiene una cliente muy insistente por lo cual durante todas las noches recientes ha aceptado sus invitaciones. Durante todas esas noches ha Sido llevado a hoteles de una muy buena calidad y lo nota al principio, pero luego se le pasa y mantiene la suficiente exitacion cómo para olvidar el sitio y terminar por correrse dentro de la boca de aquella pequeña mujer.

Se ha puesto a "filosofar" y concluye que habrá algún tipo de miedo, ya que la pequeña rubia nunca quita sus prendas y no deja ver del todo su rostro siempre cubierto por unas gafas negras, ella tiene manos suaves pero algo grandes, no mucho al lado de las suyas pero no las que tendría una mujer con su contextura física. También nota que siempre se va después de el venirse, sin tener un mínimo contacto aparte del bucal relacionado con las mamadas que siempre le hace, ella solo le pide disculpas y se va diciéndole que ya todo está pagado y que puede disfrutar de la habitación esa noche, pero algo más perturbador es que le recalque la existencia de los trajes en el armario, diciéndole que con ellos puede ir a su trabajo el día siguiente, era muy simple pero se preguntaba cómo esa chica sabía que no vivía de la invitación a actos sexuales que le son solicitados en las calles.

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Nuevamente se encontraba allí esperando por la llegada de la chica que sabia pronto sucedería, la pequeña mujer rubia se bajo de un auto, vio con ojos asombrados la elegancia del vestido negro que llevaba, pero se percató de algo más ¿Que no era ese el auto negro que antes se parqueo en su viejo puesto de trabajo? No sabe con exactitud que le hizo reconocerlo, si su apariencia y tamaño o la placa.

Se mantiene tranquilo pero un tanto perturbado, se decide por "desenmascararla" esa noche, sabría que es lo que tanto se esfuerza en esconder, observa distraído como la mujer con falda larga se acerca y le planta un beso dulce en la mejilla, su rostro se oscurece y sus ojos violeta resplandecen, de verdad, le molesta que jueguen con el de esa manera.

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Después de la cena, cómo era costumbre, se dirigen a un hotel, todo está ocurriendo con la misma rutina de todos los días, ella chupa su polla con fervor y el albino se frustra un poco al no poder ver su rostro claramente. Con audacia y tomando como primordial su placer, empuja con su mano a la mujer, para que su pene entre un poco más profundo mientras su pene se engulle fuertemente en la entrada bucal de la chica, pregunta.

—Hey, pequeña zorra, ¿A qué estás jugando? Me molesta que me andes acosando, ¿Que clase de mierda tienes en la cabeza?— su voz se intensifica, se vuelve dura y profunda pero se mantiene exitada. La pequeña mujer por primera vez deja pasear unas lágrimas por sus mejillas; Con esfuerzo, el pene logra salir de su boca, aún así, antes de siquiera ponerse en pie, el albino la toma del brazo y la acerca a el.