𝐋𝐈𝐃𝐄𝐑 𝐏𝐄𝐍𝐄𝐓𝐑𝐀𝐁𝐋𝐄

× Sanzu x Mikey ×

Sanzu es un nombre que durante un corto lapso de tiempo ha sido oído por los hombre más perversos y lujuriosos, es el cuerpo del trabajador más efectivo para descargar todo ese deseo impuro u amor insatisfecho.

A pesar de que en cierto punto perdió clientes por sus ahora atractivas cicatrices, estas definitivamente le han vuelto un hombre más deseado, aumentando el sentimiento en varios de querer apreciarlo, tenerlo en sus brazos, cautivo. No es amor, es un sentimiento impuro y grotesco, el de tan solo querer tomarlo y utilizarlo, más no amarlo y acariciarlo. Después de todo, ese era su trabajo, complacer a hombres quienes pedían su servicio. El cuerpo lascivo de Sanzu recibe con naturalidad el indecente deseo de cada hombre que pide por el, claro, con una cuota justa de dinero.

Su verdadero nombre: Akashi Haruchiyo, un hombre joven con varios diplomados, cegado por el deseo del placer, simplemente no le es gratificante trabajar 12 horas diarias en una empresa que probablemente no remunera la cantidad de salario correcta a pesar de su evidente efectividad. Por ello, el hecho de trabajar con su cuerpo es maravilloso, con dos hombres que se acuesten con el por día, le alcanza para cubrir las necesidades completas durante dos semanas, ¿Quien sabe? será por que es muy bueno haciendo mamadas y apretando su agujero.

Hoy, un pequeño chico le ha pedido sus servicios, el carro tras el le intimida un poco pero no evita el interés ante el evidente gran costo de la enorme camioneta. El pequeño hombre le ha dicho con nerviosismo que el se encargará de llevarlo al hotel en donde la "magia" ocurrirá, su mirada es nerviosa, observando el suelo, dudoso y totalmente tímido sobre la situación, también juega con su manos y por alguna razón, después de sentir incomodidad y algo de temor, aquel comportamiento adorable le conmovió, y finalmente, confío.

En el auto se percibe la penetrante mirada del pequeño chico rubio hacia el hombre junto a el, quien ocasionalmente se gira al saber que le observan, ríe un poco, casi en un murmullo por la enorme cantidad de lindura que irradia aquella pequeñez.

-¿Puedo saber tu nombre?- su sonrisa cicatrizada y profesional es mostrada al rubio, quien avergonzado se tapa su rostro, se siente mareado, ¿Será la esencia y preciosura que fulgura el hombre a su lado? o la velocidad del auto.

-¡S-si! Me llamo M-manjiro Sano- Manjiro, no puede evitar sentirse avergonzado, aquel hombre es tan imponente, precioso y... Agh, mierda, creo que es más claro decir que le calienta.

-Sr. Sano, hemos llegado ¿Desea algo más?- habla el conductor ajeno a la situación.

-N-no, muchas gracias, Takeo-kun- el pequeño hace un asentimiento en agradecimiento, mientras con timidez toma las manos del pelirrosa para llevarlo junto a él.

Ambos llegan a la pieza en un apresuro, Sanzu siendo jalado de su muñeca hasta la puerta con una fuerza inexistente a la que no se niega. No le molesta, el chico ha logrado cautivar le, es adorable y hasta simpático le parece, aun sin conocerlo en su totalidad.

-Sr. Sanzu, sé que no es necesario decirle mis razones para optar por pedir sus servicios, pero... Siento que esto tiene un grado de importancia alto y por ello quisiera crear un acuerdo con usted ¿Que le parece?- el rubio avergonzado, cerraba sus piernas fuertemente para evitar el mirar de los ojos lujuriosos, pervertidos, de aquel hombre con cicatrices. Su erección aunque es pequeña no se escapa de la mirada del hombre más experto, por ello, un sonrojó fuerte adorna sus mejillas y pequeñas gotas de sudor recorren su frente.

Por el contrario, el pelirrosa se encuentra desvergonzado ante la situación, pasa su lengua por sus labios humedeciendo la suave carne, admirando con deseo el pequeño cuerpo frente a el, un sentimiento que ni por compromiso a sentido con algún hombre dentro de sus encuentros personales y laborales.