Capítulo 2

1.1K 159 125
                                    

—Técnicamente me sostuve de ti. Tarde, pero lo hice.— Comentó Qingxuan queriendo evitar el regaño y vio como He Xuan se le acercaba de nuevo para cargarlo en sus brazos. Aún no entendía porqué estaba siendo tan gentil con él pero tenía miedo de volver a preguntarle y volver a recibir una respuesta agresiva, se quedó en silencio mirando hacia la dirección en la cuál el hombre de negro se dirigía y vio la tina llena de agua, la temperatura de aquella parte de la habitación era más elevada y todo parecía empañado por lo que pudo notar que el agua había estado muy caliente hace un rato. Una vez fue sentado en la silla, He Xuan empezó a removerle su desgastada ropa, Qingxuan se sintió avergonzado y su corazón se aceleró desviando la mirada pero luego su atención volvió a él cuando lo escuchó hablar.

—¿Qué dosis? ¿Es un té medicinal?

Lentamente removió su ropa y sin quedar aún completamente desnudo miró a He Xuan, se sonrojó y se sintió ridículo por reaccionar de esa manera cuando momentos antes estaba pensando en huir creyendo que el supremo lo mataría.

—¿Vas...?— Apretó los labios dudando si debía preguntar, pero sintió la mirada de He Xuan sobre él. ¿Vas a quedarte aquí?

Justo como lo dijo el dueño de la mansión hace unos minutos, empezó a sentir un incómodo hormigueo en su pierna y brazo paralizados y frunció el ceño tocando la pierna con su mano sana.

—Tienes razón, sí siento hormigueo y es algo insoportable.

Cuando He Xuan escuchó la contestación, se detuvo y lo miró a los ojos. Luego continuó con su labor. Descubrió su pecho con cuidado, preguntándose qué tan maltratada estaría aquella piel de alabastro con la que tantas veces había soñado.

—Orquídea dorada— contestó con naturalidad sobre el té, ahora enfocándose en soltar el cabello del antiguo dios. Una vez que logró quitar aquella sencilla pieza de su pelo, se alejó para mirarlo.

Era perfecto e iba a inmortalizar esa imagen en su mente. Su piel parecía más pálida a media luz, su pose tímida y sus mejillas sonrosadas lo hacían verse más hermoso de lo que recordaba, incluso le parecía ver una aura rodeándolo, pero sabía que eso sólo era su imaginación. Si estuviera vivo, le habría robado el aliento.

Desvió la mirada enseguida.

—El agua caliente ayudará con eso. ¿Puedes entrar tú solo?— preguntó, dando a entender que lo asistiría en caso de ser necesario.

Qingxuan no podía creer que lo que había bebido hace un momento era té con orquídea dorada. Hasta donde recodaba, aquella flor era muy difícil de encontrar dadas sus impresionantes propiedades. Aún así, prefirió no decir nada por ahora y solo asintió.

Se sintió insignificante y pequeño ahí. Sin ropa, su cabello suelto y aquel hermoso hombre que invadía sus pensamientos todos los días en algún momento de su jornada, lo miraba en silencio, aquella mirada se sentía tan pesada sobre él. Deseó que una de las debilidades de He Xuan fuera la audición, porque de no ser así, estaría escuchando el fuerte latido de su corazón que retumbaba contra su pecho y por su mente pasaron imágenes de sus más íntimos sueños con él durante sus días como dios. Cerró los ojos rogando a los cielos que le borraran aquellas imágenes de su cabeza antes de enloquecer frente a He Xuan.

—No quiero molestarte o incomodarte de ninguna manera, pero... temo volver a caer.— Se apoyó del abrazo del más alto y lentamente se dirigió a la tina, sumergiendo su cuerpo despacio, dejando salir inconscientemente un suspiro de descanso cuando sintió la calidez del agua relajar sus extremidades, instintivamente cerró los ojos y sonrió.

He Xuan dio cuenta del nerviosismo de Qingxuan, pero no podía discernir si era un temor permanente o si simplemente era incomodidad de estar desnudo y vulnerable frente a él. Lo ayudó, sosteniéndolo con firmeza de ambos brazos, asegurándose de que esta vez no caería, y lo dejó sentarse con facilidad en aquella agua caliente.

Después del final [beefleaf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora