Capítulo 14

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Despertó con el roce gentil sobre su rostro. Era increíble lo rápido que se había familiarizado con sus manos, y aún con los ojos cerrados, dejó que sus labios se curvearan un poco.

Ya era de mañana, el sol comenzaba a colarse por las ventanas y además de las olas le pareció escuchar... ¿gaviotas? Frunció el ceño al escucharlas. Sólo habían aparecido en dos ocasiones desde que él habitó esa isla, tan muerta como él, tan llena de peligros. Abrió los ojos. No quería creer en la idea tan ridícula de que el humor de la isla cambiaba de acuerdo al suyo... Pero al parecer así era. La última vez que aparecieron gaviotas, fue la primera vez que se dio cuenta de que estaba enamorado de Qingxuan.

—Buenos días...— Escuuchó laa animada voz de Qingxuan. —Siempre supe que dormir contigo sería muy cómodo y al fin lo confirmé. ¿Quieres que nos vayamos ahora?

—Espera. Quiero escucharlas un momento más, no había ocurrido esto desde hace mucho.

Reforzó su abrazo y le besó la frente. Comenzaba a ser una de sus formas favoritas de saludarlo. Disfrutó un rato más de la mañana junto a él y decidió levantarse por fin. Después de que terminaron de acicalarse un poco, He Xuan dibujó el círculo en el suelo e invitó a Qingxuan adentro.

Una vez en la ciudad, Qingxuan no supo cómo comportarse con el fantasma, pues no sabía si estaría bien seguir mostrando tanto afecto en público y que tanto le gustaría a He Xuan que Qingxuan fuera tan meloso que causara miradas de las personas. Por ahora las demostraciones de afecto las habían tenido en la privacidad de la habitación de la calamidad y sabía que a solas, He Xuan se sentiría cómodo. Sin pensarlo mucho, guardó la compostura pero aún así se comportó como el amigo pegajoso que siempre había sido junto al otro hombre.

Entrando a la posada, tomó una mesa apartada de los demás comensales pues quería la comodidad de la privacidad. Pidió un tazón de fideos con carne y vino para él y esperó que He Xuan ordenara.

—Por favor pide todo lo que quieras comer. Todo.

Recalcó que quería que He Xuan comiera bien y antes de decir algo más, escuchó la voz de Xie Lian, se estaba comunicando por la red privada y le pedía que fuera pronto al santuario Puji, sabía que su amigo estaba preocupado.

—Tendremos que ir a visitar a su alteza y a ese esposo que tiene, está preocupado por mi.

He Xuan lo miró y separó ligeramente los labios, rara vez alguien lo había invitado a comer por buena voluntad, precisamente porque sabían de su mala costumbre de tener atracones. A punto de imaginarse todas las delicias que podría comer, vio la expresión de Qingxuan cambiar.

Desvió la mirada, su rostro serio no mostraba la desilusión de su desayuno interrumpido, pero ya que estaba tratando de complacer a Qingxuan, hizo un esfuerzo por no protestar. De cualquier modo, estaba acostumbrado a sus periodos de hambre y era una sensación que podía dejar de lado.

—Puedo llevarte a la aldea— comentó, dando a entender que esperaría afuera. No le molestaba la presencia del dios marcial, pero entendía que ambos amigos quizás tenían cosas de las cuales hablar. Mientras, él podría comer algo sencillo en la calle y esperarlo en un lugar con sombra.

Al escuchar el ofrecimiento de He Xuan, Qingxuan se confundió y pensó que tal vez esta se había arrepentido de pasar tiempo juntos o de pedir todo lo que quisiera por vergüenza. No quería perder la oportunidad de tener más tiempo juntos, incluso si había pasado la noche en aquella mansión e incluso si había dormido en la misma cama con él, aún deseaba que pudiesen pasar más y más tiempo juntos, pues no sabía si en algún momento tendrían que separarse y eso le aterraba.

—Oh. No, no. No tenemos que ir ahora. Soy un tonto.— Soltó una carcajada y se dio un par de golpecitos en el frente y luego esa misma mano, la llevó a la mano de He Xuan y le sonrió. —No me supe explicar. Quiero decir que cuando terminemos de comer, iremos a visitar. Nos quedaremos aquí y comeremos y pedirás todo lo que quieras, porque quiero que comas conmigo.

Después del final [beefleaf]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora