Another day [Kim Taehyung]

26. May angels lead you in

—Te dije que me hicieras caso en hacer ejercicio, no tienes mucha condición.

Ahora estoy que no puedo tomar ni un sorbo de agua. Jungkook se esta burlando de mí. No es agradable este chico. Siento que todo me da vueltas. Estoy terriblemente cansada, no tengo fuerzas para pelear con él. Como pude me levanté y fui a mi cuarto. Tomaré un baño relajante y arreglare para el evento que Jungkook tendrá. Si el ensayo fue excelente, la presentación será mejor.

(...)

—¡Bravo! —le dije una vez que lo vi en su camerino. Le entregué el ramo de rosas azules y moradas, en esta ocasión Rosé no pudo enviarlas, pero yo estoy aquí—, eso fue genial, Jungkook, estoy orgullosa de ti.

—Gracias —aceptó el ramo—. Ven, quiero enseñarte algo.

Tomo mi mano y salimos. Caminamos así un rato, porque si me suelta me pierdo. Llegamos al río Han, me soltó.

—Tengo que dejarte aquí —lo miré rápidamente—, es que...— sonrió —, siento que debo hacerlo.

—Eso es mentira, eres malo mintiendo, ¿qué pasa? —Jungkook besó mi frente. Eso sólo me preocupa más.

Se separo.

—Los veré en el departamento —y se fue. ¿Los veré?

Me quedé estática. Incluso si la curiosidad me dice que me voltee, ver a Jungkook irse así como lo hizo, duele. Caminé dirección contraria a la de él. Así seguí hasta llegar un poco más cerca del río. El invierno esta llegando, me dio un escalofrío.

—Hola —voltee a mi derecha y ahí está, el chico de sonrisa cuadrada.

Me acerqué a él y le pegué en el hombro.

—¡¿Por qué no me contestabas?! —chille—. No supe nada de ti.

Me abrazó y lloré en su pecho. Después de tranquilizarme, me apartó y quitó el cabello que estaba en mi cara.

—Ven, vamos a una cafetería y te contaré todo —tomo mi mano y me deje guiar por él.

Pero llegamos a una tienda convencional y entramos. Pidió un café para mí y él tomo un chocolate. Nos sentamos y esperé su explicación, mientras tomaba un sorbo de café.

—Llegando... me asaltaron, así que no me comunique contigo. No recuerdo tu número, sólo me comunicaba con Jennie porque tenía una tarjeta con el número de la empresa, compre un celular así que hoy hice el cambio de número —oh, le creo.

—Bien —le di mi celular desbloqueado. Él lo tomo y anotó su número. Le marque y guardo mi número—. Ya tienes mi número.

Salimos a caminar por un rato más, nos detuvimos, de nuevo, en dónde el me encontró.

—Jungkook, ¿sabía algo sobre tu regreso?

—No, no lo sabía. Hasta que me vio, supongo que por eso te dejo —oh, entonces, ¿qué quería mostrarme?

—Tae —me miró—, te esperé. Me gustas muchísimo, en serio, me gustas muchísimo y yo...

—¿Tú? —me acerqué a él y lo besé.

Me correspondió. Y amé todo, su delicadeza, como poco a poco sus manos se posicionan en mi cintura.

(...)

Regresamos al departamento de Jungkook y nos recibió con la cena lista.

—¿Son novios oficialmente? —pregunto.

—En efecto

—Felicidades —sonrió.