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Furihata lo abrazaba después de haber hecho el amor intensamente, acariciaba sus mejillas con ternura.

―Eso estuvo intenso. ―Se relamió el labio algo cansado pero satisfecho. ― Pensé que no te gustaba mi apariencia... ¿O esto lo hiciste solo por tu instinto de Alfa?

Akashi negó despejando sus cabellos para ver los ojos de Furihata que se veían húmedos y con su color natural se le hacían cálidos y hermosos a pesar de su sencillez. Le gustaban los rasgos del Omega, ahora no podía dejar de mirarlo en ningún instante. Era lindo y la verdad estuvo tratando de negarse a sí mismo que le atraía bastante Kōki, pero la verdad sus propios celos lo han delatado.

―No. Si fuese por aquello no me sentiría así contigo. ―Menciono con una sonrisa ligera.

―¿Así cómo? ―La mirada curiosa de Furihata le provocó muchas cosas en su pecho.

―Teniéndote así me siento feliz, no creo que eso tenga que ver con cosas de Alfa y Omega. Es algo más.

Acaricio sus labios de manera muy cariñosa y suave, queriendo sentir la textura de estos con la yema de sus dedos.

―Kōki, tal vez aún pienses en él, pero realmente quiero cuidarte como mi esposo. No solo como mi Omega, sino por quien me atrae como ningún otro.

―¿Se-seguro? ¿No es solo sexo? ―Este lo miro entre sorprendido y curioso. ― No quiero que diga que lo obligué a esto.

Akashi rio suave dándole un beso que sobresalto un poco a quien lo oía.

―Nunca lo pensaría. Lo único que pienso, es que quiero que algún día me recibas del trabajo vestido solo con un delantal color rosa llamándome cariño.

―Que pervertido. Eso suena más a que le gusta mi cuerpo―Hizo un puchero. ―. Yo no sé si sea buena idea casarme.

―No es verdad. Yo no solo me siento atraído a ti físicamente. En verdad me gustas Kōki.

En verdad que me gustas.

Akashi abrió los ojos y en un momento no reconoció la habitación donde estaba metido, no era su lugar. Después de unos segundos recordó que estaba durmiendo en una de las habitaciones de invitados, porque no quería perturbar a Furihata. Ayer habían discutido al llegar a casa. 

Seijūrō se llevó en brazos a Furihata depositándolo en el coche con cuidado de no lastimarlo de ningún modo, mientras este parecía un animalito asustado

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Seijūrō se llevó en brazos a Furihata depositándolo en el coche con cuidado de no lastimarlo de ningún modo, mientras este parecía un animalito asustado. No se atrevieron a hablarse, ambos tenían las emociones demasiado a flor de piel, sentían que explotarían y dirían cosas demasiado fuertes, tal vez distrayendo al conductor y otro accidente seria demasiado.

Apenas si llegaron al dormitorio de ambos (Furihata de nuevo siendo llevado en brazos por el Alfa) Akashi hablo desde su sentimiento rabioso:

―Ese bastardo, ni se debería atreverse a tocarte. Soy capaz de matarlo si vuelve a hacerlo. ―Sentía una ira feroz de que ese hombre tocara a Furihata, no importaba quien fuera ni lo que hacía. No le gustaba sentir el olor de su Omega manchado con el de ese sujeto asqueroso.

―Akashi-san ¿Por qué esta tan enfadado? ―Se trató de acomodar como pudo con su pie lastimado en la cama.

―¡Por ese maldito Alfa que estaba contigo! Eres mi Omega, no voy a permitir que cualquiera se te acerque de esa manera.

―Pero si es el Alfa de Kuroko.

Furihata esperaba que esas palabras hicieran que Akashi reaccionara de manera dolida al saber que su anterior Omega ya tenía pareja, pero el asunto parece que no podía importarle menos.

―¡Te tomó de las manos! ¡Si va a tocar a alguien que toque a su Omega, pero tú eres mío!

―¡No soy un objeto Akashi-san!
―Gruño molesto por aquella forma en que hablaba de él.

―No, no lo eres, pero vas a tener a nuestro bebé. Estamos unidos y para siempre serás mi Omega.
―Lo tomó del mentón suave para que le mirara, pero Furihata desvió la mirada, enojado.

―¡Yo nunca quise serlo! ¡Nunca siquiera lo imagine que terminaría así con usted!

Akashi se acerco mucho al rostro ajeno para mirarlo firmemente. Furihata trago saliva, la mirada del Alfa era realmente muy intensa. Se notaba que era un Alfa que tenía rasgos de un líder nato, imponente y fuerte.

Sin embargo, Kōki no se dejaría amedrentar con aquello. Se mantenía firme en que no cedería en sus convicciones.


―¿Por qué insistes en pelear conmigo? Además, sé bien como son las cosas, ninguno pidió esto ¡Yo estaría por casarme con la persona que amaba! ¡Y ahora mira como estamos!

―¿Porque no admite que la verdadera persona por la que siente esos celos es por Kuroko-kun? ―La verdad era difícil hacerse el fuerte, no teniendo a Akashi Seijūrō tan cerca. Ese Alfa podría desarmar a cualquiera y la verdad se sentía con verdadero miedo. ―No desquite sus frustraciones conmigo.

Akashi se apartó y negó. Furihata era terco como una mula.

―La verdad, ni siquiera me fije en él. Solo estaba viéndote a ti.

―No le creo.

―Es la verdad, pero no me voy a desgastar en hacerte creer en mi palabra. Me tienes harto. Soy yo el que he tratado la mayoría de las veces de tratar la fiesta en paz, pero no más. Te ves como un Omega tierno, sumiso y frágil, pero eres bastante peleador. No eres lo que hubiera querido para mí.

Furihata parpadeo con lo último. Sentía como flaqueaba con una punzada que recibió en su pecho.

―Después de todo nuestro encuentro solo fue un desagradable accidente.

―Así es.

No se dirigieron palabra en el resto del día y mientras Furihata dormía en la cama de ambos Akashi decidido dormir apartado. No echaría al Omega del dormitorio, pero no quería verlo, le molestaba demasiado su presencia.

No, no era eso exactamente. Era dolor, un dolor que no sabia de donde apareció.

 Era dolor, un dolor que no sabia de donde apareció

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Le gustaba Furihata Kōki, así era. Ese sueño que había tenido de un romance idílico con él, le había rebelado la verdad.

No le gustaba nada la idea de aquello. El Furihata de sus sueños era alguien dulce y complaciente, el real siempre se opondría a la idea siquiera de un romance entre ambos.

Aunque cuando lo pillo comiendo las fresas...No solo era sensual a más no poder, parecía alguien tan adorable. Le gustaba demasiado cuando lo vio de ese modo.

Tenía que ver cómo podía lograr que su Omega fuese completamente suyo y no solo físicamente. Esta vez lo tendría todo de él. 

War LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora