Confiar.

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Enamorar a Furihata Kōki. Eso es lo que quería, que este Omega cayese ante él, pero estaba seguro que lo que tendría en contra, era la reciente discusión que habían tenido. Esperaba compensar eso de algún modo.

Entro en la habitación donde Furihata comía su desayuno de mala en la cama, porque este odiaba prácticamente estar en cama sin moverse. Akashi notaba la frustración en esos ojos color café que le atraían de algún modo, también el enojo de este cuando se acercó a él.

―Kōki ¿Puedo hablar contigo un poco?

―No quiero, pero ¿Tengo opción? ―Se cruzó de brazos dejando la bandeja de comida en la mesita de noche―Solo dígame que quiere.

―No es mi intención que te sientas así de enojado. Solo quiero cuidarte y también disculparme por las cosas que dije que tal vez te hicieron daño.

Su Omega bufa y frunce el ceño.

―Aunque se disculpe es lo que realmente piensa. No quiere a un Omega tan malhumorado como yo. Lamento no ser tan sumiso y "perfecto" como Kuroko-kun, solo soy alguien que esta embarazado de un Alfa que nunca le interesó.

Akashi niega y se acerca más a él, esas palabras dichas por su pareja suenan dolidas. Toca suavemente su rostro y hace que lo mire a los ojos.

―Lo dije porque estaba enojado, no es verdad. Kōki no existe un Omega perfecto y la verdad es que uno está tan acostumbrado a los estereotipos que, cuando te das cuenta que la realidad no es así, te quedas en shock en un momento, pero luego entiendes la verdad y aprendes a valorar la sinceridad de tu pareja ―Agarra una de sus manos y la acaricia. ―. Por favor permíteme conocerte más Kōki, quiero entender más de ti.

El Omega hace una cara incrédula y algo molesta de la "falsa amabilidad" de aquel Alfa, apartando suavemente la mano con las mejillas algo coloradas, que la distancia entre ambos sea tan corta lo pone nervioso.

―¿Sinceridad? Akashi-san sea directo conmigo ¿Quiere tener sexo conmigo? Porque eso sería más fácil de entender, ambos sentimos deseo por culpa de nuestras feromonas, aquel día de las fresas casi lo hacemos. No creo que usted quiera otra cosa además de eso, no me mienta, si habla de sinceridad sea usted honesto primero.

―Si te deseo, pero también creo que hay algo más que solo tenerte bajo mi cuerpo. Y por eso quiero saber más de ti, entenderte para poder llevarnos mejor.

Se acomodó en la cama aún bastante cerca de su pareja, quería fijarse en las facciones de quien era ahora su Omega

―¿Y cómo yo puedo saber eso? ¿Cómo puedo confiar en usted?

―¿Quieres que haga algo en especial? Puedo conseguirte lo que tú quieras Kōki, regalarte lo que desees a cambio de tu confianza.

―Una mansión de oro―Hablo con sarcasmo, obvio jamás pediría algo así realmente ―. También quiero un Ferrari, mi propio satélite de la nasa, una biblioteca gigante y mucho chocolate, tanto para llenar una casa...

―Me aseguraré que tengas todo mañana―Akashi en actitud seria ante las peticiones de su Omega, ya estaba sacando el celular para comprar en serio esas cosas.

―¿QUÉ? ¡NO! ¡AKASHI-SAN NO SEA LOCO! ¡SOLO LO DIJE EN BROMA, NO COMPRE ESAS COSAS! ―Le arrebata el celular y cancela todo eso. Es que incluso pensó que Akashi tal vez estaría jodiéndolo, pero realmente lo estaba haciendo, cosa que le hizo sentirse muy apenado.

―Yo no estoy bromeando, en serio soy capaz de comprar lo que quieras a cambio de que te abras a mí. ―Intentaba ser sincero y demostrarle que podía hacer lo que fuera para complacerlo.

―No quiero nada. Usted no puede comprarme con regalos, no es un sultán que pueda comprarme con su lujo Akashi-san ―Suspira. ―. El problema es que ni siquiera tengo ganas de abrirme a usted, lo siento.

―¿Tanto me odias?

―No es odio, solo que sé que esto no es lo que quiero, no es la vida que quiero.

Furihata cierra los ojos sintiendo aún el dolor de perder a quien amaba por un error, un maldito error. No sabía cómo Akashi se podía recuperar y ofrecerle cosas materiales, nada material podría sanar lo que sentía. Ni siquiera sentía que ese Alfa podría ser lo que él hubiese querido. Sin embargo, en ese momento cuando Kōki fue abrazado de pronto, se aferró impulsivamente sin pensarlo, derramando lágrimas en el hombro ajeno, llorando de manera inevitable. No quería mostrarse vulnerable, pero realmente no sabía que hacer, se sentía realmente un Omega digno de nadie. Estaba seguro que incluso Akashi Seijūrō se aburriría de él.

No debería importarle eso último, pero el mismo sabía que se estaba autoengañando a sí mismo.

No quería ser dependiente de nadie, no quería encariñarse con esta persona.

Sin embargo, cuando Akashi acaricio su cabello se sintió muy bien, se separó leve de él para verlo, como si fuera la primera vez que se fijara en esa persona. En sus ojos que tanto temor le habían causado al principio, sin embargo, ahora no podía dejar de mirarlos, sus pupilas, el color rubí de aquella mirada penetrante.

―Sé que no debería ser tan terco, pero tengo miedo. Akashi-san lo único que quisiera es que, ya que usted es mi Alfa y el padre de mi bebé, que no se fuera.

―No me iré, aquí estoy contigo.

―Si, pero ya sabe, puede que usted se canse de mi persona... No quiero que pase que se aleje cuando ya haya tomado confianza o peor, si es que termino involucrando sentimientos.

―Te prometo que no me alejaré. Prometo que te cuidaré hasta el fin de los tiempos.

―No exager-

Los labios de Akashi en los de Furihata impiden que diga algo más. Es un beso suave, un dulce roce de labios, como una caricia, al separarse Kōki queda demasiado sorprendido, pero no tanto por la acción del Alfa, sino por su propia reacción.

Le gusto aquel beso, mucho.

War LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora