ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ;;
Por culpa de su odio, Jeff y Jane acaban en la cárcel. Cuando se ven obligados a compartir celda, se dan cuenta que siendo los únicos Creepypastas encerrados deberán unir fuerzas.
unir...¿Fuerzas?
El estado mental de Jeff no está seguro...
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—¡Jeffrey Woods, Jane Arkensaw, quedan detenidos por asesinato masivo!
El callejón en el que acabaron era demasiado estrecho para un final común, no sería otro día más en el que regresaban a la cabaña donde ambos vivían con heridas y molestos, uno unas horas más tarde que el otro.
Jeff los había empujado a ambos a un callejón sin salida mientras no solo se trataban de, una matar y el otro proteger y contraatacar, sino que también escapaban de la policía.
Una de las dos cosas debía fallar.
—¡Por tu maldita culpa, Jeff! Todo acaba mal a tu lado.
Jane era esposada mientras el oficial de policía la empotraba al coche de forma brusca. Por ese movimiento, Jeff gruñó mientras a él lo esposaban en el suelo.
—¡¿Mi culpa?! ¡Tú vienes todas las noches a por mí! Si dejaras de tocarme los huevos.
El agente que esposó a la chica pelinegra abrió la puerta del auto policial y los metieron a ambos en los asientos de atrás.
—Lo que tú digas...ahora a ver como salimos de esta.
Bufó.
¿Slenderman los ayudaría? Al árbol de cuatro metros le daría exactamente igual probablemente, ¿Algún otro Creepypasta se preocuparía? Quizás alguno, pero sacarlos de la cárcel no sería nada fácil, ¿Qué podían hacer ellos? Nada.
Se sentían imbéciles, eran los primeros Creepypastas en entrar en la cárcel y por doblemente desgracia, eran ellos dos.
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