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『ᴘɪᴇɴꜱᴀ ʟᴏ Qᴜᴇ Qᴜɪᴇʀᴀꜱ』

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『ᴘɪᴇɴꜱᴀ ʟᴏ Qᴜᴇ Qᴜɪᴇʀᴀꜱ』

Ya tenían el plan listo solo era pasar la parte más complicada donde debían introducirse en una zona donde solo el personal estaba permitido, quizás se arriesgaban a mucho pero los castigos ya no les importaba. Aunque entre ambos la comunicación era limitada necesitarían salir de ahí, su plan no cambiaría y para ello ni siquiera sus emociones podían meterse de por medio.

A la hora libre, donde podían deambular por algunas zonas, era el momento de poner en marcha su plan pero algo rondaba por la cabeza de Jane y desde el día anterior no quería tener tan cerca a Jeff como antes, se sentía avergonzada y dañada, volviendo a tener ese pensamiento que tanto le había torturado "no debería sentir esto, no debería pensar en ello". Si bien él era solo su compañero en ese lugar, ella podría ocuparse de todo sola, al fin y al cabo ya aclararon que ella se infiltraría al ser más pequeña y llamar menos la atención.

Al entrar a la habitación donde daba la puerta para el lugar que necesitaban se quedaron en una mesa, intentando no llamar la atención, era una simple sala de juegos con mesas, nada más. Muchos manteles eran modificados para crear conocidos juegos de mesas tales como el parchís, el ajedrez y poco más, los guardias de seguridad se movían continuamente y necesitaría forzar la puerta.

—Abrir una puerta no es tan difícil, pero necesitamos algo que pueda entrar por la ranura.

Jeff sacó de su bolsillo un trozo de metal, podría servir aunque la forma era irregular, sabía bien que no sería algo fácil pero pensaba en otro tipo de objeto.

—Uhm...¿De dónde sacaste esto?

—El metal de la cama es algo viejo y oxidado, así que no le tomes mucha importancia y vamos.

Jane apretó sus labios, intentando hacer una sonrisa para que no lo tomara mal, quería ser independiente sin necesidad de él tras lo que aquél hombre psicólogo le dijo, sus palabras fueron algo duras y al principio no quiso aceptarlo, pero durante una noche en vela se dio cuenta de que era cierto, era la más horrible verdad y debería pasar página.

—Jeff, lo haré yo sola, no pasará nada, soy totalmente capaz.

Se levantó de la mesa con el pedazo de metal en su mano, dejándolo con una expresión confusa, se había equivocado al rechazarla de esa forma solo por estar nervioso, si su mente le hubiera dejado tranquilo lo habría aceptado gustoso pero debía protegerla de él mismo, no volver a cometer el error del pasado, ya no era un niño confundido y psicótico.

La pelinegra se acercó a la puerta agachándose, no había nadie de seguridad cerca y para conseguir uno de los materiales de la invocación era necesario el uso de la equipación electrónica de ese lugar. Jeff vigilaba desde la mesa, sentado observando el trasero de la chica inconscientemente, doblaba sus rodillas pero aun así podía notar todo lo que el traje de presidiario apretaba alrededor de sus piernas y entre ellas en aquella posición.

ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| JaneffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora