『ꜱɪɴ ɴɪɴɢᴜɴ ᴍᴏᴛɪᴠᴏ』
La puerta frente a ellos marcaba el número '443', aunque no se parecía en nada a lo que imaginaba y aparecía en las series de televisión, la puerta era de metal y no había rejas realmente, era concreto y que ambos se encontraran en el mismo lugar les provocaba nervios, el estómago de Jane se revolvía mientras el chico se mantenía serio, aquello solo podía significar una cosa que se negaban a creer.
—Esta es su celda, mañana por la mañana les despertarán.
Empujaron a ambos dentro tras soltarlos de sus grilletes, era una pequeña habitación con una cama de dos pisos o una litera, el baño era estrecho en una esquina y apenas lo separaba una pared con la puerta de entrada a aquél lugar, un mueble para dejar sus pertenencias como un escritorio y la ventana la cual sí que tenía barrotes dignos de una verdadera penitenciaría de película.
Al cerrar la puerta quedó un silencio incómodo entre ambos, la chica parecía estar en shock de compartir habitación con él, pero solo era provisional ¿Cierto? No serían acusados de lo mismo, lo sabía y seguramente los separarían cuando aquello fuera dictado.
—Bueno Jane...veo que estaremos aquí tu y yo solos así que...—No le dio tiempo a terminar cuando la chica se fue corriendo a la puerta.
—¡No me pueden dejar aquí! ¡Soy una chica, compartir habitaciones mixtas en una cárcel está prohibido! ¡Sacadme de aquí!
Jeff la agarró de su camisa y la alejo de la puerta.
—Jane, si vamos a tener que convivir mucho más cerca que nunca será mejor que dejes de ser una exagerada.—Pasó sus manos con cuidado por su cintura, tenía miedo de molestarla aún más.
La chica instantáneamente se soltó y suspiró, dejando salir la tensión, no le harían caso, ahora eran presos en la madrugada. Lo mejor que podían hacer era descansar para esperar a la mañana siguiente y tener su juicio con el que podría probar que ella era una asesina menor tal y como dijo el agente que los llevó hasta aquél lugar. El sitio era pequeño para dos personas pero no debían quejarse, se tenían uno al otro y la compañía acabaría siendo algo de lo más necesitado, desgraciadamente no de aquella forma.
Antes de poder acercarse lo suficiente a las camas, el chico pelinegro se colocó junto a la pequeña escalera.
—La cama de arriba es mía.
Jane no podía estar más seria aún, la situación le tenía quemada y podría decir que era una de las peores de su vida. Compartir celda con un chico al que veía con una actitud infantil impropia para cualquier momento era algo nauseabundo.
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ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| Janeff
Fanfictionᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ;; Por culpa de su odio, Jeff y Jane acaban en la cárcel. Cuando se ven obligados a compartir celda, se dan cuenta que siendo los únicos Creepypastas encerrados deberán unir fuerzas. unir...¿Fuerzas? El estado mental de Jeff no está seguro...