『ꜱᴏᴍᴏꜱ ᴄᴏᴍᴏ ɴɪÑᴏꜱ』
Una alarma, una alarma por toda la cárcel, se obligaron a hacer uso de ella por la situación. Dudaban si realmente haber encerrado a ese asesino tan buscado en una celda de aislamiento sirvió de algo, todo apuntaba a que lo que planteaban era cierto, pero realmente es que era totalmente imposible. ¡El Killer no había salido de la celda y había conseguido matar a un preso! En su propia celda además. Se estaban volviendo locos, realmente era un caso extraordinario con preguntas inquietantes: ¿Qué era ese extraño símbolo que ambos tenían? ¿Cómo mataron a otros presos? ¿Eran humanos?
La última pregunta se negaban a responderla, parecía absurda, pero en realidad iba unida con la anterior. Si realmente mataron a esos presos, ¿Cómo lo hicieron sin salir de las celdas? Totalmente sobrenatural.
Los investigadores, parte del cuerpo policial, se estaban derramando los sesos con el caso.
-Otra muerte más, William Manson. Esto es de locos.
El más alto dejó todo el papeleo con las pruebas, fotografías e información del preso presuntamente asesinado. Las imágenes mostraban lo mismo que las anteriores: Cuerpos mutilados, desangrados pero con una peculiar sonrisa en sus rostros y, solo en dos de ellas, una firma plasmada con una frase muy sencilla. No les quedaba de otra "Fue Jeff", solo faltaba el cómo fue posible.
-Adivino, ¿Acusado de la violación de Arkensaw?
El más bajo estaba sentado en la mesa, observando la carpeta sin ganas de abrirla.
-Asi es, hace unos días apareció el segundo pero con muy claras pruebas de que se trataba de un delito cometido por Jeff Woods.
Ambos suspiraron, Jeff The Killer le ponía los pelos de punta a cualquiera pero lo que estaba sucediendo en la cárcel no era nada sencillo. Quizás se trataban de juegos psicológicos consiguiendo que se suicidaran haciéndolo ver como si fuera cosa del chico de la sonrisa, quizás no sabían cómo funcionaba el Vudú, o quizás desconocían que no se trataban de seres comunes.
Y es que pensar en eso último ponía a Charley, el policía más alto, con los pelos de punta, su piel se volvía pura gallina y no quería pensarlo.
-¿Descubrieron algo sobre ese símbolo?
-Dicen que está relacionado con un tal ser llamado Slenderman, pero me parece un poco surrealista como todo esto. ¿Es lo que ha estado atormentando la ciudad por años? Vamos, necesito ver las cámaras de Netflix.
-Es muy serio y real.-Suspiró.-Slenderman fue atrapado por los agentes especiales del FBI hace años pero escapó. Es un ser con mucho más poder que el nuestro.
El chico más joven, un rango por debajo que él, sacó su teléfono, tratando de buscar toda información que se pudiera obtener de internet, además de cosas guardadas por emergencias. Estaba seguro de que en algún momento todo aquél papeleo que mantenía guardado le servirían.
Los días anteriores se encontraron dos cuerpos más: El primero de todos falleció a medianoche, aunque no mutilado fue apuñalado y en su rostro se grabó la imagen de una sonrisa, pero sin embargo no era tan parecido al siguiente cuerpo que apareció; en el segundo no había tanta rabia puesto que no se trataba de tantas puñaladas, más bien el cuerpo fue mutilado y en su cabeza la imagen de la sonrisa era mayor, incluso parecía más una, además de un clásico "Go to sleep" en las paredes.
Según en forense fue hecho por dos personas diferentes, y esta última fue producto de quien se encargó de la segunda. La medicina forense era increíble, llegando a determinar por las heridas que fue causado por un cuchillo y el peso de la persona era mayor a la primera.
Muy probablemente una mujer y un varón. Las probabilidades eran muy altas. Casi sin probabilidad de que se tratara de algo más, se negaban solo por miedo.
—Un símbolo perteneciente a los llamados proxy, unas personas que se ocupan de los trabajos físicos de Slenderman como ayudantes.
—Los niños de hoy en día encuentran droga en cualquier lugar...—Bufó.—¿Solo nos queda creer en algo sin fundamentos?
—Yo ya veo mucho fundamento. Tenemos los registros de Slenderman, ese símbolo, detuvimos a los Killers...
Negó, estaba soñando, debía ser eso. Si todo se volvía tan irreal entonces no le quedaba de otra que hacer justicia por su mano, era un caso del que no podían hacer uso de la ley regular por lo que se ajustaría para poder conseguir toda la información posible.
—Saca a los Killers, lo veremos de nuevo en la sala de preguntas.
Y tal como lo dijo él tenía obedecer a sus órdenes por más que el pelinegro estuviera encadenado. Sus pasos llegaron a escucharse por todo el pasillo y Jane pudo esperarse su llegar con solo escuchar el arrastre metálico de sus tobillos. La situación entre ambos era incómoda y en el momento que se volvieron a ver no pudo evitar apartar la mirada de sus ojos azules, no estaba segura si en su mirada había una pizca de arrepentimiento pero eso lo que llegó a interpretar en menos de tres segundos.
—¿Y me quitarán las cadenas o voy a tener que ir andando como un perrito caliente todo el rato?
—Eres muy humorista pero por la parte de quitarte las cadenas. Asesinaste a dos presos.
Jeff rodó sus ojos, estaba siendo condenado por algo que debían haber hecho ellos. No comprendía como la pena de muerte aun siendo legal en aquél país solo se usaba con asesinos y no con violadores y personas que mataron a personas por dentro. Al fijar su mirada en la chica tenía una pequeña sonrisa en su rostro, a pesar de aquella pelea él seguía mirando por ella a su manera, la manera que solo Jeff podría: Acabar con sus abusadores.
Al llegar a la habitación ambos se sentaron, de nuevo el lugar polvoriento y sucio en donde una ventana daba al vacío, una caída lo suficientemente alta como para acabar con la vida de quien intentara saltar y escapar. Jeff puso las manos sobre la mesa, sus muñecas pesaban por las esposas.
—Muy bien, hoy dirán toda la verdad.
El oficial ya los esperaba en la mesa. Durante un segundo se miraron de reojo sin entender muy bien lo que decía.
—Oh debe ser por ese chico, ¿Cómo se llamaba? Da igual, es una pena.—Jeff soltó una carcajada.—Creo que en el infierno ahora entiende lo de "No meterse en lo que no es suyo".
Jane se sobresaltó.
—¿¡Es una frase literal?! Eres un cerdo e irrespetuoso.
—Nada más que eso, soy Jeff The Killer.
Hablar con él era tan estúpido. Sacó la pistola de taser dejándola en la mesa, esta vez iba enserio y podría torturarlos todo lo que fuera necesario para conseguir la información de una vez por todas.
—Se acabaron los juegos.
Hemotoxin-
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ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| Janeff
Fanfictionᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ;; Por culpa de su odio, Jeff y Jane acaban en la cárcel. Cuando se ven obligados a compartir celda, se dan cuenta que siendo los únicos Creepypastas encerrados deberán unir fuerzas. unir...¿Fuerzas? El estado mental de Jeff no está seguro...