°10°

419 36 25
                                    

『ʏᴏ ɴᴜɴᴄᴀ Qᴜɪꜱᴇ ᴇꜱᴛᴏ』

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ʏᴏ ɴᴜɴᴄᴀ Qᴜɪꜱᴇ ᴇꜱᴛᴏ

Estaba acostada en su cama, le permitieron no salir tras una revisión médica de cómo se encontraba y aunque su cuerpo estaba bien, aparte de una leve contusión cerebral motivo que perdiera la coordinación y equilibrio, quedando confundida de lo que hacía en ese momento. El dolor de cabeza había pasado pero psicológicamente el dolor continuaba, no era el primer trauma que sufría, ni mucho menos aquello generaría un problema mayor a perder sus padres y su propia vida malgastada hacía años atrás. Solo sentía rabia, odio que se repartía por todo su cuerpo y no era la única que lo sentía.

Jeff estaba a punto de llegar al límite de tiempo de aquella bomba en su cabeza, sentía las ansias del asesinato en sus venas, aún tener una gran necesidad por sentir la sangre humana por sus dientes sabía que no podía hacerlo todo por ella, no era una chica débil, solo le faltaba hacerse ver como él hacía siempre.

—¿Hoy no saldrás de la cama? Creo que hoy quieren hablar con nosotros, eso escuché.

La chica no le respondió, seguía tirada en la cama con una nueva camisa simple que le proporcionaron y el traje presidiario cubriendo todo su cuerpo, sus brazos estaban abrazando la almohada y sabía que no estaba dormida. Se atrevió a pasar su mano por el cabello de la joven que al sentir sus caricias se dejó, no estaba como para molestarse. Cerró los ojos notando como su corazón se envolvía en calor y palpitaba como si saltara un latido.

Se estremeció, era por el tacto del chico sobre su cabello y cuando acarició su nuca su piel se erizó.

—¿Tienes cosquillas?—La chica negó. El sonido de unos golpes en la puerta los advirtió de la llegada de los oficiales.—Vamos, a ver que fiesta nos montan.

Ayudó a su compañera a levantarse, Jane solo dejaba que sus brazos la guiaran como si estuviera impedida, su tacto era cálido como la noche anterior en la que fue a por ella, deteniendo que aquello acabara de una vez con el resultado que se deseaba. Aún podía sentir el calor de su cuerpo protegiéndola, ¿Cómo un asesino podía haberle hecho sentir así de segura? La situación lo ameritaba.

Caminaron por el pasillo bajando las escaleras cerca de la entrada de la penitenciaria, no sabían qué querían con exactitud, era lo más probable que se tratara del incidente pero al parecer no necesitaron respuestas para poder castigar a los abusadores. Jane en ese momento se sintió algo sucia pero apenas podía recordar lo que pasó desde que se acostó un rato. Lo que Jeff vio en cuanto la oscuridad se volvió a una ligera claridad fue como hacer que las cuerdas de su loca cabeza se rompieran, la voz de su cabeza susurraba en vez de gritar como en muchas ocasiones, fue incitarlo a pensar en el sabor de la sangre.

—Vamos, siéntense.

Llegaron a una pequeña habitación en la que no había más que una mesa con sus sillas. Ambos se sentaros y enfrente de ellos los oficiales que le informarían de lo que llegó del área de investigación.

ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| JaneffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora