『ʜᴀᴢ ʟᴏ Qᴜᴇ Qᴜɪᴇʀᴀꜱ』
No había necesidad de explicar nada, no había nada realmente o por el momento, cuando tenían la oportunidad de escapar las palabras sobraban y con una simple explicación de lo que querían hacer, su plan complejo de huida, el menor lo hizo sin rechistar advirtiendo sobre la molestia del cuidador de todos, o más bien jefe que también había tomado lugar en el abdomen bajo de Ben con una marca por encima de su cadera. El pequeño se quedó con la duda de lo que había visto pero su silencio fue comprado de forma fácil: Silencio por no acabar ahogado nuevamente en ácido, agua bendita y sal.
Una vez que abrió las puerta lo más difícil fue saltar las vallas mientras los oficiales ya habían movido a todos sus cuerpos dentro de la cárcel para atraparlos. Jane iba unos pasos atrás de él, en velocidad ganaba el mayor entrenado en miles de situaciones parecidas, las calles a su alrededor eran vacías, apenas había casas, si quiera había lugares de ocio o tiendas, parecía estar algo alejada de toda la ciudad, solo algunos coches de probablemente trabajadores.
—¡Jane más rápido! Así será difícil escapar.
La chica hacía todo lo que podía, no estaban muy alejados uno del otro pero aun así le estaba siendo difícil mantener el ritmo y lo podía notar.
Jeff puso su mirada en un coche, estaba seguro de que no conseguirían llegar tan lejos a pie y mucho menos si la Killer ya estaba dando muestras de cansancio, y apenas había salido hacía veinte minutos. Se acercó acelerando más el paso y abrió la parte delantera topándose con el motor, debía intentar arrancarlo de alguna forma. Cuando Jane lo vio no podía si quiera creerlo.
—¿¡Sabes arrancar eso?!
Jeff se apoyó sin darle mucha importancia a las tres patrullas policiales que los perseguían a lo lejos.
—Jane, uno no es un criminal sin saber robar algunas cosas.
Al chocar algunos cables de corriente el coche dio indicios de estar encendido, lo había conseguido y en cuanto se dio cuenta tomó el brazo de Jane y la empujó dentro del auto mientras se quejaba, la forma angosta en la que le estaba empujando hizo que chocaran pero no era el momento de poder sentir ningún estímulo más que el miedo.
—Joder Jeff, podrías haberme hecho entrar por la otra puerta. No quería saber cuánto te mide.
—Yo ya sabía el tremendo culo que te...—Ya sentada le dio una mirada bastante molesta.—...Que más da, vamos o acabamos como un colador.
Arrancó a toda la velocidad que podía, con suerte el coche no se quedaría en el sitio y podrían atravesar las calles. No estaba muy seguro del camino al bosque, pero era su único objetivo, una vez pisado el territorio de Slenderman sabría que se encontraban en su hogar y serían protegidos, al menos así fue el contrato verbal que tenían.
Ben debía estar en la cabaña a esas alturas.
Solo el pensar que si no fuera por su momento justo de llegar habría conseguido soltar aquellas palabras, podría haber hecho aquello que en el fondo habría deseado, pero, ¿Era correcto? Al fin y al cabo quería que ella estuviera alejada de ese mundo confuso que era su mente.
—¡Están intentando adelantarse!
Por el retrovisor podía ver como los coches se acercaban demasiado a una distancia medida como para no chocar, dar un gran giro e interponerse en su camino. Estaban a una distancia tan corta del bosque que podían ver los árboles alzarse.
—Creo que aún no saben de quien es propiedad esa mierda jajajaja.
Jane le miró de reojo, demasiada adrenalina para un loco esquizofrénico como él.
Apretó el pedal tanto como podía, la marcha estaba en el nivel máximo y no quedaba más que mantenerse al frente cortándole el paso a los demás.
—Oye Jane, sobre lo que pasó antes...
La pelinegra no le dio tiempo a abrir la puerta que el mayor ya estaba pasando su brazo por todo el largo del asiento para cerrarla de nuevo, obviamente aquello le había molestado, quizás era un mal momento sin duda, pero en la cabaña sería algo difícil de charlar.
—¿¡Qué haces?! Estás loca de ahí abajo.
—No voy a hablar eso ahora, Jeff. Ya te dije que solo es mi mente.
Jeff apretó el manillar.
—¡Sé que no es verdad! Yo sí que sé que sea solo mi mente. Date de cantos que no está Insane y nos hace chocarnos.
Jane bufó, iban a empezar a discutir cuando cada vez estaban más cerca de estar atrapados por la policía. Era un punto muerto, acabar frente al bosque de Slenderman o regresar a la cárcel. Realmente era una apuesta de muerte ya que la cárcel dejaba de ser una opción para ellos, era más seguro un tiro directo al corazón.
—¿¡Por qué crees que te miento?! Hay gente que se compra un coche sin motivo y yo...beso a un asesino.
—Yo decía cosas así cuando tenía dieciséis años Jane.
Se encogió de hombros, tenía razón, en su cabeza quedó mejor.
—¡Bueno! No hay un motivo, llevo encerrada contigo mucho tiempo. Me proteges.
—¿¡Por qué te protejo?! ¿Eso es todo? Te protejo porque es lo que tú haces conmigo. No soy un capullo, Jane, no más contigo.
Apretó el pantalón, estaba cansada de ese color y de la misma ropa todos los días, estaba cansada del mismo tema todos los días y sobretodo del estilo de vida que llevaba por su mente perturbada.
—¡No quiero que te pase nada como a mi padre! Sé que tan loco se puede volver alguien solo por escuchar esos alaridos en tu cabeza todos los días. ¡Quiero que estés bien, Jeff!
—¿¡Qué tiene que ver tu padre conmigo?! Lo maté.
—¡Jeff, el árbol!
Llegaron en menos de lo que duraría esa conversación. No le dio tiempo a tirar de la palanca del freno de mano y el cristal se rompió mientras el fuerte golpe hizo saltar los airbags, deteniendo el fuerte golpe que Jane pudo sentir en su abdomen contra la tapicería del coche. Los cristales habían creado algunas heridas en sus rostros pero no podían detenerse por el choque. Al bajar del asiento fue al otro lado tomando a Jane de sus brazos y levantándola para poder continuar su camino por el bosque.
Se sintieron seguros en cuanto pisaron las altas hierbas.
—¡Han entrado al bosque! No los pierdan de vista.
El oficial no pudo dar muchos pasos al ver los tentáculos aparecer entre los altos árboles de su bosque. Personas no autorizadas querían entrar en su zona y mucho menos sería volver a retener a unos de los suyos.
Slenderman no lo permitiría y ellos, tampoco. Como decía en contrato, dentro de ese bosque serían protegidos.
Hemotoxin-
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ᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ|| Janeff
Fanfictionᴘʀᴇꜱɪᴅɪᴏ;; Por culpa de su odio, Jeff y Jane acaban en la cárcel. Cuando se ven obligados a compartir celda, se dan cuenta que siendo los únicos Creepypastas encerrados deberán unir fuerzas. unir...¿Fuerzas? El estado mental de Jeff no está seguro...